Sin duda, la contaminación con nanoplásticos y microplásticos (NMP) en el agua potable es una de las grandes preocupaciones de la ciencia actual y de los especialistas en salud, debido a que aun se desconoce el impacto real que puede tener su ingesta a largo plazo pero se augura que no será nada positivo y que podría convertirse en un verdadero problema de salud en el futuro.
Es por eso que los científicos parecen estar en la búsqueda de maneras de ayudar a reducir su presencia y su impacto en nuestras vidas y un estudio reciente parece haber encontrado una medida fácil, económica y al acceso de todos que podría lograr el objetivo planteado.
Y es que de acuerdo con un estudio reciente publicado en Environmental Science & Technology Letters de ACS podría reducirse significativamente mediante un método tan simple como hervir y filtrar el agua del grifo, especialmente si contiene calcio.
Zhanjun Li, Eddy Zeng y sus colegas, responsables de la investigación, señalan que esta técnica podría eliminar hasta un 90% de estas partículas plásticas presentes en el agua.
Según esta investigación, la contaminación por microplásticos e ha vuelto muy común en el agua, el suelo y el aire por lo que estas partículas, que pueden medir desde una milésima de milímetro hasta cinco milímetros, están bajo intenso escrutinio científico por sus posibles efectos en la salud humana, entre los que destacan sus daños a la microbioma intestinal.
Existen avanzados sistemas de filtración que pueden capturar estos polímeros en el agua potable, pero los científicos buscan métodos más asequibles y fáciles de implementar. En este contexto, los investigadores decidieron analizar si hervir el agua podía servir como una solución eficaz y práctica.
Para el experimento, los científicos hirvieron durante cinco minutos agua del grifo tanto dura como blanda y luego midieron el contenido de plásticos. El agua dura, rica en minerales, forma naturalmente una sustancia conocida como cal o carbonato de calcio (CaCO3) al ser calentada. Al aumentar la temperatura del agua, el CaCO3 forma estructuras cristalinas que encapsulan las partículas de plástico, que posteriormente pueden ser retiradas, reduciendo así la concentración de NMP en el agua consumida.
Eddy Zeng y su equipo señalaron que al hervir agua dura se favorece la formación de estas incrustaciones calcáreas, que con el tiempo se acumularían y podrían ser efectivamente retiradas junto con los plásticos encapsulados. Este proceso puede ser un complemento a las soluciones de tratamiento de agua existentes y una opción accesible para gran parte de la población global.
El gran desafío con los microplásticos y los nanoplásticos es su presencia en diferentes entornos naturales y su difícil eliminación por lo que por ahora continua de métodos viables y económicamente accesibles para mitigar la exposición humana a estas partículas.
Cuáles pueden ser los daños a la salud de los microplásticos
Los microplásticos, partículas de plástico menores a 5 mm, representan un riesgo para la salud humana al tener la capacidad de ingresar al cuerpo por ingestión, inhalación e incluso contacto con la piel.
Si bien aún se investigan sus efectos a largo plazo, la evidencia científica indica que la exposición a los microplásticos puede ocasionar:
- Problemas respiratorios: Las partículas más pequeñas pueden alojarse en los pulmones, aumentando el riesgo de enfermedades respiratorias, especialmente en personas con afecciones previas como asma.
- Alteraciones hormonales: Algunos componentes de los plásticos tienen la capacidad de interferir con el sistema endocrino, lo que puede provocar problemas de desarrollo, metabólicos y reproductivos.
- Daño celular: Estudios de laboratorio sugieren que los microplásticos pueden generar estrés oxidativo, inflamación y daño en el ADN de las células, lo que a largo plazo podría aumentar el riesgo de enfermedades crónicas.
Es importante destacar que la investigación sobre los efectos de los microplásticos en la salud humana aún está en desarrollo. Se necesitan más estudios para comprender completamente el impacto de la exposición a largo plazo.
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