“Ayer lo vi a él. Me mandé en el edificio y me recibió. Me trató mal, es un ser inescrupuloso”. Así define una de las mujeres reunidas este viernes en la esquina de Libertador y Las Heras, en Vicente López, al hombre con quien se enfrentó cara a cara en las últimas horas. No lo nombra explícitamente, pero todos los presentes en el lugar saben a quién se refiere. Se trata de Alejandro Muszak, el CEO de Wenance, la fintech acusada de estafar a más de 3.000 clientes que depositaron sus ahorros en la plataforma.
El encuentro cara a cara con el empresario lo relató la mujer este mediodía frente a Infobae y otras víctimas de la compañía, las cuales se reunieron por primera vez con el objetivo de poner en común sus experiencias y así pensar, en conjunto, soluciones que puedan resultar beneficiosas para la mayoría. Muchas de ellas ya asistieron con una premisa: creen que no van a volver a ver ni un centavo del dinero que le confiaron a la financiera. Quieren que -por lo menos- el dueño vaya preso. Otros, en cambio, mantienen algo de esperanza y buscan la forma de recuperar un porcentaje de sus inversiones.
Entre los presentes hubo matrimonios, personas mayores y varios jóvenes. Las edades variaban, pero la preocupación de todos era la misma. La señora en cuestión -cuya identidad prefiere ocultar- fue de las primeras en llegar a la intersección pautada. Lo hizo un rato antes de las 12, el horario estipulado, y con una pancarta en la que reclamaba la devolución de su plata. Minutos después arribó un hombre, que se presentó como uno de los 200 trabajadores de Telefe que cayeron en la estafa.
Cuando ya eran más de 15 los presentes, la damnificada detalló su breve e inesperada reunión con Muszak. Lo hizo sin ocultar su bronca e impotencia por llevar dos meses sin una respuesta a sus reclamos. “Me mandé en el edificio sin cita ni nada. Quería agendar una cita con sus secretarias, pero justo lo ví en el pasillo. Estaba ahí, a unos metros. Me acerqué y me recibió”, comenzó diciendo sentada al lado de varios carteles y fotos en contra del empresario.
En diálogo con este medio, la mujer reveló qué fue lo que le aconsejaron las asistentes del CEO antes de ingresar a una oficina con él: “‘Tratalo bien’, me pidieron. Me dijeron eso y después él me trató mal a mí. Yo ingresé con el celular porque nadie me avisó nada, pero cuando vio que lo tenía conmigo se desesperó. Tiene miedo de que lo graben. Seguro cuando me fui retó a sus secretarias por eso”.
El intercambio con el empresario duró unos pocos minutos. Al respecto del mismo, la ahorrista afectada señaló que Muszak no se hizo cargo de las denuncias: “Me dijo que esto no era una estafa. Así. Es un ser inescrupuloso. Le pregunté si no le importaba que haya gente muerta -del estrés- por esto y me dijo que no se hacía cargo de las decisiones que toman las personas. También que no creía que nadie se suicidara por algo así”.
La mayoría de los reunidos este mediodía en Vicente López remarcaron que la gravedad de sus casos pasa porque se encuentran en una situación gris. Es que estos son víctimas de las empresas de Wenance que operaban bajo distintas denominaciones como “Be Capital”, “Wine Capital”, “Italper”, entre una decena más. Estas captaban clientes a quienes ofrecían préstamos mediante publicidad en redes sociales y otros medios.
Estos, a pesar de ser por montos reducidos, poseían altas tasas de interés y se concedían con facilidad y escasos requisitos. Para recuperar el capital prestado, la compañía efectuaba débitos directos de las cuentas bancarias de los clientes. En ciertos casos, estos persistieron incluso después de haber liquidado el préstamo, llegando a vaciar las cuentas de algunos afectados.
“Nuestro principal obstáculo es que todavía no podemos constatar el vínculo entre estas empresas y Wenance. Tenemos que lograr eso para poder avanzar con las causas”, explicó una de las damnificadas.
La crisis en Wenance
La fintech captó a empresarios, abogados, contadores y comerciantes como clientes con la promesa de buenas rentabilidades. Pero, de un día para el otro, a principios de julio, dejó de pagar dividendos. Ahora reúne denuncias por estafas en Buenos Aires, Córdoba, Uruguay y hasta España.
En estos últimos días, la crisis de la compañía empezó a sentirse hasta en la recepción del edificio de Vicente López, donde funcionaban algunas de sus oficinas. En diálogo con Infobae, el encargado de seguridad describió: “Esto es un caos, viene gente todo el tiempo. De las cuatro oficinas que había, hay dos enteras que se vaciaron. Echaron a todos y todos vienen a reclamar”.
La empresa Wenance, dirigida por Alejandro Muszak, fue acusada de estafar a más de 3.000 inversionistas. Su modelo de negocio se basaba en ofrecer préstamos a personas con limitado acceso al crédito bancario, generalmente aquellos con bajos recursos y alto riesgo crediticio.
Para financiar estos préstamos, la empresa captaba inversiones de ahorristas prometiendo tasas de interés considerablemente más elevadas que las convencionales, aproximadamente 20 puntos por encima de un plazo fijo. Estos fondos luego eran canalizados en fideicomisos privados.
El esquema insostenible colapso porque mientras a unos se les cobraba intereses exorbitantes, a los inversionistas se les prometían rendimientos muy superiores al promedio del mercado.
Hace poco más de dos meses, los clientes que habían confiado su dinero a Wenance comenzaron a levantar acusaciones contra la financiera. Un escándalo que se acrecentó con el despido de más de 200 empleados de la compañía y empresas asociadas, todas bajo la dirección del mismo CEO.
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