La inflación es uno de los grandes problemas macroeconómicos de la Argentina y se percibe en cada rincón del país, pero no siempre avanza al mismo ritmo. Las estadísticas oficiales dejan ver grandes diferencias claras en el comportamiento de los precios de acuerdo a la región.
Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en los últimos cinco años el Índice de Precios al Consumidor (IPC) avanzó 1.262% en el Gran Buenos Aires (GBA), mientras que en otras zonas del país la inflación fue hasta 132 puntos menor.
En detalle, la región con subas de precios más marcada se dieron en el Noreste argentino. En esa región la inflación fue de 1.394% entre septiembre de 2018 e igual mes de este año (132 puntos más que en el GBA). Por su parte, el IPC tuvo un incremento de 1.356% en el Noroeste, de 1.317% en Cuyo, de 1.312% en la región Pampeana y de 1.288% en la Patagonia.
De acuerdo a las estadísticas relevadas por el organismo nacional, la brecha de 132 puntos entre el Gran Buenos Aires y el Noreste argentino, regiones entre las que se evidencia la diferencia más grande, se centró en algunos ítems en particular.
Tomando siempre como referencia el período septiembre de 2018 contra igual mes de 2023, se encuentra que en el Noreste hubo algunos rubros que tuvieron incrementos muy marcados, por encima del IPC general. Entre ellos se encuentra el de mayor incidencia sobre la medición inflacionaria, el de alimentos y bebidas, que en esa región del país tuvo un aumento del 1.584% en el período analizado. También se destacaron las subas de indumentaria (1.592%), restaurantes y hoteles (1.559%) y salud (1.564%), entre otros ítems.
En el Gran Buenos Aires también hay rubros que acumulan un ajuste considerablemente mayor al promedio, como indumentaria (1.764%) y restaurantes y hoteles (1.527%), pero el rubro de alimentos y bebidas, que es el de mayor incidencia sobre la medición general, tuvo una variación de precios mucho menor que el Noreste (la suba fue de 1.437%). En ese rubro en particular la brecha entre ambas regiones fue de 147 puntos porcentuales.
Los datos oficiales indican además que en la región del país donde menos subieron los alimentos y bebidas fue justamente en el Gran Buenos Aires.
El economista Camilo Tiscornia, Director de C&T Asesores Económicos, explicó que las diferencias se deben en gran medida al comportamiento de los precios regulados, que en el GBA tuvieron variaciones inferiores al resto del país.
Efectivamente, las estadísticas del Indec señalan que los valores regulados por el Estado se ajustaron 812% en Buenos Aires, mientras que en otras regiones los incrementos fueron significativamente mayores. En donde más se ajustaron fue en el noreste, donde aumentaron 917,33% durante los últimos cinco años.
“Además, hay más concentración de Precios Justos en el ámbito del GBA, por lo que puede haber algún beneficio diferencial en esos productos, que no están dentro de los regulados, pero que están sujetos a controles del Estado nacional”, comentó el especialista. Esto último, explicaría por qué hay tantas diferencias en los incrementos medidos dentro del rubro de alimentos.
Para el economista José Vargas, director de Evaluecon, el hecho de que el GBA tenga un IPC bastante más bajo que el resto del país tiene que ver con el nivel de subsidios que reciben en algunos segmentos claves, como los servicios públicos.
“También se registran diferencias por los patrones de consumo y la alta demanda en comparación al resto del país. Al ser la región de mayor densidad, el impacto del IPC es completamente distinto al del resto de las provincias”, apuntó.
Asimismo, Vargas señaló que las provincias más alejadas, como las del norte del país, están más alejadas de los centros de distribución, por lo que se ven más afectadas por los aumentos de los costos de la logística.
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