La venta de autos mostró claras señales de recuperación en 2023, tanto entre los 0 km como entre los usados; pero sólo los segundos lograron acercarse a los números de los mejores años. Los primeros, por el contrario, se mantuvieron trabajando a un ritmo lento, al menos en relación a la época de abundancia que se registró entre el 2016 y el 2018.
Aunque la comparación entre ambos mercados no es lo ideal, teniendo en cuenta que se dirigen a públicos diferentes, la relación entre ellos es estrecha, dado que es la demanda de vehículos nuevos la que abastece luego a la oferta de las ventas de segunda mano (apenas sale de la concesionaria un 0 km pasa a ser un usado más). Lo cierto es que en 2023 por cada auto nuevo que se vendió, se transfirieron tres vehículos viejos en el país.
Un breve repaso de los números, permite entender mejor la situación. Según datos publicados por la Dirección Nacional de los Registros de la Propiedad del Automotor (Dnrpa), entre enero y diciembre del año pasado se patentaron 452.091 autos 0 km en la Argentina, lo que implicó un crecimiento del 10,6% en comparación a los 410.388 patentamientos del 2022.
En tanto, durante todo el 2023 se vendieron 1.654.742 vehículos usados, un 5,2% más que las 1.571.523 unidades transferidas en 2022, siempre hablando del total nacional. Por lo tanto, ambos mercados crecieron, pero el de usados triplicó en tamaño al de 0 km.
Relación poco común
El hecho de que el mercado de vehículos de segunda mano sea más grande no es una novedad, pero usualmente la diferencia es mucho menor. Si se analizan las cifras históricas de ambos sectores, se encuentra que hubo un punto de quiebre a partir del 2019, cuando la escasez de contenedores, el freno de la producción por la irrupción del Covid (2020) y la crisis de los microchips (2021 y 2022), comprometieron seriamente el abastecimiento en la concesionarias de Argentina y del resto del mundo. Antes de eso, el mercado de usados doblaba al de los 0 km; pero desde el 2019 en adelante comenzó a triplicarlo o hasta cuadruplicarlo en algún momento.
En vistas a futuro, todo es una incógnita para el sector automotor. Lo único claro, es que a partir de ahora el escenario será otro y las reglas de juego serán diferentes. “Con la asunción de un nuevo gobierno, comienza una nueva etapa política y económica que seguramente habrá de llevarnos a nuevos lugares”, comentó Alejandro Lamas, secretario de la Cámara de Comercio Automotor (CCA).
“Sabemos que al principio será duro de transitar, pero nos prometen una luz al final del camino, por lo cual tendremos que recurrir al máximo de nuestro profesionalismo para poder sortear el nuevo contexto con la esperanza de que el sacrificio tenga sentido”, comentó el referente de la industria automotriz.
Desde la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara) se mostraron conforme respecto a los resultados del 2023, pero no fueron tan optimistas para el año que comienza. “Luego de un gran esfuerzo de concesionarias, fábricas, autopartistas y gremio, hemos completado el año con cifras más que aceptables, sobre todo si tenemos en cuenta la multiplicidad de factores que influyen en nuestra actividad, como cuestiones electorales y cambiarias que tuvieron un gran protagonismo durante el 2023″, dijo Sebastián Beato, presidente de Acara.
En función de este escenario y de la previsión para 2024, el directivo reconoció que es evidente que, lejos de renacer, la actividad mostrará una tendencia a desacelerarse. “Por eso corregimos las proyecciones que teníamos. Vemos ahora un mercado de 340.000 patentamientos para 2024 aunque puede ser también que tengamos que volver a ajustar ese número hacia abajo en los próximos meses”, señaló el referente.
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