El BCRA tiene cuatro grandes factores de emisión monetaria, de los cuales tres de ellos responden al financiamiento al Estado y uno sólo a la demanda genuina de pesos del sector privado. A saber:
- La monetización del déficit fiscal;
- La monetización del déficit cuasifiscal;
- La monetización de las garantías que vende el BCRA (dólar futuro, puts); y
- La compra de divisas al sector privado que realiza el BCRA.
Cuando la oferta de pesos excede la demanda, cae de valor de la moneda y despierta el proceso inflacionario.
Desde 2002 el BCRA nuevamente emite por los tres grifos que financian al Estado y por eso desde entonces volvió la inflación a tasas de dos y tres dígitos al año.
En números concretos, desde 2011 la economía no crece, lo que implica que es la recesión más larga de toda la historia argentina (12 años, tres presidencias enteras). Pero en igual período la Base Monetaria Ampliada se multiplicó por 116. La desbordante oferta de pesos que el BCRA volcó a una economía estancada y se transformó directamente en inflación.
La desbordante oferta de pesos que el BCRA volcó desde 2011 a una economía estancada y se transformó directamente en inflación
Durante la última presidencia de Alberto Fernández en particular, la base monetaria ampliada se multiplicó por 11,6 durante, al emitir y expandir la cantidad de dinero primario por el equivalente a 32% del PBI.
Durante el último año en particular, el incremento de la base monetaria ampliada fue casi 10% del PBI, marcando un récord de emisión por el equivalente a USD 60.000 millones en 2023. Fue el más fuerte tras la pandemia e incluso durante la pandemia.
La emisión monetaria sin freno en una economía estancada hace más de una década terminó despertando la inflación nuevamente en Argentina.
Se pasó de una tasa cero anual en 2001, a casi 300% interanual a principios de este año, por factores inerciales y correctivas de política macroeconómica.
2024, apagando los motores de emisión
Déficit fiscal. Con un ajuste del 30% en el gasto público, el gobierno logró apagar el primer motor de emisión monetaria, y alcanzar superávit financiero, lo que implica que por primera vez en 16 años el Estado se financia sólo con impuestos, sin apelar a la emisión de deuda o de dinero primario.
En 2023 el déficit fiscal fue cercano al equivalente de 5% del PBI (unos 4 meses de recaudación tributaria), por lo que llevarlo a cero implica un ajuste en el gasto equivalente a USD 30.000 millones este año.
Déficit Cuasifiscal. El viernes 30 de junio el Gobierno anunció “emisión cero” dado que también logró apagar el segundo motor de emisión monetaria del Banco Central de la República Argentina.
El déficit cuasifiscal nace en los intereses que el BCRA paga por su deuda remunerada a las entidades financieras, lo cual en 2023 se convirtió en el principal componente del déficit del Estado y también de las fuentes de emisión monetaria.
El déficit cuasifiscal nace en los intereses que el BCRA paga por su deuda remunerada, lo cual en 2023 se convirtió en el principal componente del déficit del Estado
Así, la deuda del BCRA llegó a $58 billones a precios de hoy (13% del PBI), que remuneraba a una tasa del 133% anual (255% tasa efectiva anual). Los intereses de esa deuda generan una emisión endógena de pesos que en 2023 llegó a 10% del PBI.
El nuevo gobierno bajó las tasas de interés y redujo el stock real de pases pasivos.
Ese movimiento posibilitó en seis meses reducir la emisión endógena por los intereses de la deuda del BCRA en un 90 por ciento.
A precios de hoy se pasó de emitir sólo por intereses de la deuda del BCRA $5,6 billones en octubre 2023, a sólo $0,6 billones en junio y cero pesos en el inicio de julio.
El Gobierno pone fin a la deuda remunerada del BCRA, algo que no tiene ningún país del mundo y menos en las dimensiones que llegó en Argentina (tres bases monetarias).
Se transfiere el remanente de $18,4 billones de deuda del BCRA al Tesoro Nacional. Es decir, se termina de limpiar el balance del BCRA, pero “ensuciando” el balance del Tesoro Nacional. Ahora bien, la deuda del Central nació por financiar al Gobierno Nacional, por lo que la deuda vuelve donde se originó.
La capacidad de pago de la Administración Central no estará en duda, porque el Tesoro coloca los pesos que recauda con la nueva deuda en el BCRA
La tasa será flotante y la definirá el BCRA, pero dejará de pagarla el ente monetario con emisión y la tendrá que pagar el Tesoro con impuestos. La capacidad de pago de la Administración Central no estará en duda, porque el Tesoro coloca los pesos que recauda con la nueva deuda en el BCRA. No tiene impacto monetario porque los pesos vuelven al BCRA.
A fin de junio el Gobierno tiene depositados $13,9 billones en el Central, justamente para mostrar capacidad de pago de las Letras de Regulación Monetaria (LRM) que volvió a emitir el Gobierno Nacional. En julio se incrementará sustancialmente.
Los intereses de la deuda pública consolidada
El stock remanente de deuda del BCRA suma cerca de $18,4 billones, que la entidad remunera al 3,2% mensual (tasa efectiva mensual).
La transferencia de la deuda del BCRA al Tesoro devenga intereses por $600 millones por mes, equivalente a $8,4 billones por año (45,9% tasa efectiva anual), equivalente a 1% del PBI a un año.
Dicho en otros términos, el BCRA transfiere su deuda, pero una vez que bajó la carga de intereses desde 10% del PBI en 2023, a 1% del PBI a la actual tasa de interés de política monetaria.
Por supuesto exigirá al Ministerio de Economía un mayor esfuerzo fiscal para poder asegurar pagar la nueva carga de intereses y mantener el déficit cero que logró en el primer semestre del año.
La carga total de intereses de la deuda pública consolidada (Tesoro más BCRA) se reduce en 8% del PBI este año
Ahora bien, vale advertir que la carga total de intereses de la deuda pública consolidada (Tesoro más BCRA) se reduce en 8% del PBI este año y por tanto es el principal ajuste en las cuentas del Estado que se hizo en 2024.
El Estado Nacional pasa de pagar intereses por 12% del PBI en 2023 (10% del BCRA y 2% del Tesoro), a pagar 4% del PBI este año (1% del BCRA y 3% del Tesoro).
En definitiva, el compromiso del Gobierno de “déficit cero” y “emisión cero” implica poner en caja las cuentas del Estado y no emitir, ni para financiar el déficit del Tesoro, ni para financiar el déficit del BCRA.
Si bien resulta novedoso en Argentina, es lo que hace cualquier banco central en el resto del mundo, al menos donde hay democracias.
Por último, cuando el BCRA ya no tenga deuda propia y frene la emisión endógena, asumirá el desafío que tiene todo ente rector de política monetaria normal: cuidar la moneda y hacer política monetaria sólo con operaciones de mercado abierto.
Hay que recordar que con quita de 13 ceros en la espalda y los tres ceros adicionales que sumó el kirchnerismo en dos décadas, el BCRA jamás cuidó el valor de la moneda, sólo buscó cuidar los votos al populismo.
El BCRA debería volver a tener prohibido por Carta Orgánica no sólo emitir para financiar al Tesoro, sino también tener prohibido la emisión de deuda propia remunerada
El BCRA debería volver a tener prohibido por Carta Orgánica no sólo emitir para financiar al Tesoro, sino también tener prohibido la emisión de deuda propia remunerada. Instrumentos que destruyeron la moneda y hasta fueron las causas de hiperinflaciones en el pasado.
Conociendo la historia y las características de la política local, sin esas reformas es mejor opción cerrar el BCRA, a correr el riesgo que el Banco Central nuevamente sea la caja boba que financie al populismo.
El autor es Economista, director de la consultora Econométrica
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