El secretario de Programación Económica y segundo del equipo económico que encabeza Sergio Massa, Gabriel Rubinstein, admitió que la inflación de este mes será “muy alta”.
“No podemos descartar también que sea de dos dígitos; puede ser nueve y pico, 10 u 11, pero creemos que va a ser muy alta porque las inflaciones muy altas de las últimas semanas de agosto, por ejemplo la semana que terminó el 20 de agosto estimamos que la inflación fue del 4,8., la que terminó el 27, estimamos que aumentó 3,8%”, precisó Rubinstein, quien explicó que Economía decidió ahora informar sus estimaciones de la inflación semanal (la de la semana posterior fue 2,1%, señaló) para despejar ciertas expectativas instaladas en el mercado.
“Expectativas infundadas”
El virtual viceministro de Massa dijo que algunos hablan de hiperinflación, otros de dolarización o que la inflación será más de 10% mensual hasta fin de año, pero restó fundamento a esos análisis. “Tenemos elementos para pensar que no es así”, dijo Rubinstein, y explicó que por eso a Economía le pareció “correcto” difundir las estimaciones semanales que ya llevaban para mostrar que hay una incipiente desaceleración y para que “no se generen expectativas infundadas”.
Consultado sobre qué tasa de inflación lo haría “feliz”, Rubinstein dijo que sería una del 5% anual, pero que lograr una reducción es una mejora relativo y “una buena noticia”. La inflación de octubre, adelantó, “va a ser más baja que la de septiembre; lo que importa es bajar la inflación a situaciones más civilizadas y normales”.
En diálogo con radio Mitre, Rubinstein atribuyó la inflación de agosto y septiembre a los “efectos generales y particulares de la devaluación del 14 de agosto”, pero a su vez dijo que antes de la devaluación oficial el dólar blue ya había subido a $720 debido al “temor” que produjo el triunfo de Javier Milei en las PASO.
Déficit fiscal y brecha cambiaria
Consultado acerca de si Massa podría controlar la inflación antes que el plazo de año y medio a dos que señaló Milei, dijo sí, que lo haría más rápidamente. Pero señaló dos condiciones básicas para lograrlo. La primera dijo, “es tener superávit o al menos no tener déficit fiscal, para no tirar más pesos a la calle”, pues –fundamentó- la Argentina no tiene financiamiento y debe financiar el déficit con emisión. Se trata de una condición necesaria, pero no suficiente y por eso –añadió- “presentamos un presupuesto con superávit fiscal de 1% para 2024″.
La segunda condición, prosiguió el vice de Massa es eliminar o al menos reducir la brecha cambiaria que consideró “muy dañina para la inflación”. Al respecto, estimó que para reducir la brecha a entre 20 y 30% Economía debería disponer de entre USD 5.000 y 10.000 millones más “para ser usados” y que 2024 será un mejor año en materia de disposición de divisas”.
Cuando le observaron que el gobierno habla de reducir el déficit fiscal y de tener superávit en 2024, pero “está tirando más pesos a la calle”, Rubinstein casi que se lavó las manos. “Yo no me meto en decisiones políticas. Puedo tener una opinión personal y tampoco digo que me gustan. No es una cuestión de evaluación personal. Yo tengo que ver si las decisiones generan más déficit y ver cómo compensarlo”, señaló.
Y como elementos de “compensación” señaló una mayor recaudación del impuesto PAIS (sobre las importaciones) y la posibilidad de subejecutar partidas del presupuesto 2023 y mencionó 3 de ellas: inversión pública, transferencias a provincias y subsidios privados.
Post-Milei
Dado el “shock” que atribuyó al triunfo de Milei en las PASO, cuando le preguntaron si el 23 de octubre puede haber otro shock devaluatorio en caso de un nuevo triunfo de Milei, Rubinstein dijo que ese lunes “se verá si el resultado afecta la situación política. Ahí puede haber algún efecto sobre los dólares paralelos. La decisión sobre el dólar oficial es dejarlo fijo hasta el 15 de noviembre y luego empezar un moderado crawling peg.
¿Descarta una bomba?, fue la última pregunta.
“Depende de lo que llamemos bomba. Yo no descarto nada. Lo que no es posible es mantener indefinidamente una brecha del 100%. Pero el año que viene habrá más dólares. Y la política cambiaria sobre el dólar oficial será decisión del próximo gobierno”.
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