El resultado de la primera vuelta, en la que el ministro de Economía y candidato presidencial Sergio Massa logró el mayor caudal de votos luego de haber quedado tercero en las PASO, parece mostrar que a la gente no le molesta tanto que haya llevado la inflación a dos dígitos mensuales, ni el aumento de la pobreza y la indigencia ni la falta de dólares para importar insumos, por citar solo algunos puntos.
Esto plantea que el problema de la economía argentina tiene que ver con los valores que imperan en la sociedad en que la cultura de la dádiva y el miedo a no poder seguir viviendo del trabajo ajeno puede más que la cultura del trabajo.
¿Qué puede esperarse de ahora en más con la evolución de la economía? En principio, va a seguir en medio de un mar de incertidumbre hasta la segunda vuelta.
Una segunda vuelta entre un candidato con propuestas populistas y en medio de un desborde inflacionario y otro que quiere dolarizar sin tener dólares para hacerlo y que propone recortes del gasto público deseables pero inalcanzables.
Denominador común
El denominador común de ambos candidatos es que ninguno de los dos tendrá mayorías propias en el Congreso para llevar adelante las reformas estructurales que requiere la economía argentina.
Javier Milei no tiene ningún gobernador que le brinde apoyo, por ejemplo, para encarar una reforma tributaria, que incluye impuestos coparticipables. Eso significa que para eliminar o bajar impuestos coparticipables, Milei debería tener el apoyo de senadores que no tendrá en la cantidad necesaria.
El denominador común de ambos candidatos es que ninguno de los dos tendrá mayorías propias en el Congreso para llevar adelante las reformas estructurales que requiere la economía argentina
El gran interrogante es si Massa sigue haciendo populismo y expansión monetaria de aquí a noviembre o reduce el ritmo de populismo. En principio, si logró quedar primero en las elecciones, es probable que se plantee: ¿por qué cambiar la estrategia de aquí a noviembre, si me sirvió para pasar del tercer puesto en las PASO al primer puesto en la primera vuelta electoral? En otras palabras, no debería esperarse un aumento del tipo de cambio oficial, al menos hasta luego de las PASO, si es que Massa gana la segunda vuelta.
Si Massa no gana la segunda vuelta, no parecería estar en sus planes allanarle el camino a Milei en materia de recomposición de precios relativos.
Para salir adelante, la economía argentina va a requerir de dos grandes acciones. Por un lado, un cambio de precios relativos, lo que implica un tipo de cambio más alto, aumento de las tarifas de los servicios públicos, eliminación del cepo, unificación cambiaria, eliminación de los controles de precios, de los cepos y dificultades para importar insumos, etc.
Por otro lado, la economía argentina requiere de profundas reformas estructurales para poder salir de su larga decadencia. Los problemas de inflación y falta de dólares son consecuencia de los parches que le aplican a la economía para tratar de evitar mayores desbordes.
Massa vs Massa
Si Massa llegara a ganar la segunda vuelta heredará sus propios y groseros errores: un gasto público infinanciable, una carga tributaria que asfixia al sector privado, una economía cerrada al mundo y que le quita competitividad, una legislación laboral que espanta a los empresarios y desalienta la creación de empleos.
Si Massa quisiera revertir la decadencia argentina tendría que romper con el kirchnerismo y hacer algo así como la gran Menem. Esto es, cecir una cosa en la campaña y hacer otra en el gobierno y buscar alianzas legislativas con Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza.
La incertidumbre sobre el futuro económico argentino no desapareció. Se mantiene hasta diciembre, de manera que no debería descartarse un mes de turbulencias económicas y luego, a partir de diciembre, el duro camino de recomponer los precios relativos. Pero eso solo no bastará para arreglar la economía. Sería un simple rodrigazo.
Luego vendrían las reformas estructurales. Y una vez hecha las reformas estructurales habrá que ver si el siguiente gobierno continúa por el mismo camino. El electorado argentino es muy volátil en sus apoyos. De esa forma se hace muy difícil construir un país.
En definitiva, el resultado de las elecciones de la primera vuelta está muy lejos de despejar dudas sobre el futuro económico del país.
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