El debate en el Senado para retrotraer las tarifas reavivó un viejo debate alrededor de una maniobra del Ejecutivo harto conocida para frenar leyes sancionadas por el Congreso: el veto presidencial.
De acuerdo al artículo 80 de la constitución Nacional, el Presidente de la Nación tiene la potestad de objetar parcial o totalmente el proyecto sancionado por el Poder Legislativo. Una vez vetada una ley, el mandatario tiene un plazo de diez días hábiles después de sancionada para hacer uso de esta herramienta.
Desde el regreso de la democracia en 1983 el veto presidencial fue utilizado en 388 ocasiones. El ránking de objeciones es encabezado por Carlos Menem. Durante la década que estuvo en la Casa Rosada, el riojano utilizó esta herramienta 195 veces sobre un total de 1.548 leyes sancionadas.
El segundo puesto lo ocupa Raúl Alfonsín quien durante su estadía en Balcarce 50 llegó a vetar 49 leyes sobre la sanción de 645 normas. Otro radical, Fernando De la Rúa vetó unas 46 normas sobre un total de 325 leyes sancionadas durante su paso por la primera magistratura. Detrás suyo quedó su sucesor, el peronista Eduardo Duhalde, quien en su corta estadía en la Rosada usó el veto presidencial en 37 ocasiones.
Por último, el matrimonio Kirchner se colocó en lo más bajo del ránking teniendo en cuenta los doce años en el poder. En sus cuatro años como inquilino de la Casa Rosada, Néstor Kirchner vetó 38 leyes sobre un oral de 600 normas sancionadas entre 2003 y 2007. En tanto, Cristina Fernández de Kirchner utilizó el veto en sólo 21 oportunidades sobre la base de 909 leyes sancionadas en sus ocho años como presidente.
Por lo pronto, en poco más de dos años y medio el presidente Mauricio Macri vetó siete leyes sancionadas por el Congreso y se posiciona como el mandatario que menos ha utilizado esta herramienta constitucional.
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