Desfile escolar - Fiestas Patrias - colegios - Augusto B. Leguía - Perú - 3 de julio
Durante la gestión de Leguía se llevó a cabo un evento poco conocido por los peruanos.
(Infobae: Archivo Histórico del Instituto Riva-Agüero / Andina)

“Un, dos, un, dos”. Estas palabras retumbaban en los rincones del patio de un colegio ubicado en el extrarradio de Lima. Los alumnos, que minutos antes del ejercicio mental y físico estaban escribiendo en sus cuadernos Justus o Loro, marcaban pasos con un rictus de seriedad forzada. A pesar de estar obligados a realizar este rito que emula el desfile militar de las Fuerzas Armadas del Perú, los colegiales desfilaban con genuino entusiasmo. Poseían más de un motivo que convertía la imposición en una actividad llena de sentido y compromiso personal.

Era el mes de la patria y los escolares estaban entusiasmados por la proximidad del desfile escolar, un acontecimiento que evidencia su patriotismo. Aunque marchar les resultaba incómodo, en el fondo experimentaban un orgullo genuino por el Perú a pocos días de celebrar las Fiestas Patrias.

En los primeros días de julio, el ambiente se tornaba festivo: banderitas del Perú colgaban en cada salón de primaria y secundaria, escarapelas gigantes adornaban las paredes y periódicos murales mostraban la historia de nuestro país. Toda esta parafernalia lograba que la felicidad se reflejara en los profesores.

Los escolares peruanos desfilan en julio para rendirle homenaje a su patria.
Los escolares peruanos desfilan en julio para rendirle homenaje a su patria.

Los estudiantes también desbordaban alegría, aunque no se les notara en sus rostros mientras marcaban los pasos al ritmo de la canción Húsares de Junín. ¿En qué radicaba este estado de ánimo? Los educandos sabían que, si su batallón ganaba en el desfile escolar, todos sus integrantes obtendrían dos puntos adicionales que se sumarían a las notas finales de los cursos de Educación Cívica y Educación Física. También estaba en juego la nota de conducta, un puntaje que preocupaba sobremanera a los padres, quienes dirigían su atención a este apartado al abrir las libretas y veían con inquietud un posible ‘C’ o ‘B’.

Estas actividades se repiten cada año en las escuelas del Perú, y las anécdotas contadas líneas arriba son una constante. Sin embargo, en las primeras décadas del siglo XX ocurrió un acontecimiento que dio a los peruanos una perspectiva distinta de los desfiles escolares: niños y adolescentes ya no marchaban en el frontis de su colegio ni lo hacían para obtener puntos adicionales en sus libretas escolares.

El desfile escolar que conmemoró la Batalla de Ayacucho

Entre 1921 y 1924, Augusto B. Leguía, entonces presidente del Perú, organizó una serie de actividades para conmemorar los 100 años de la Independencia del país. Durante el periodo mencionado, se llevaron a cabo numerosos desfiles militares, además de diversos eventos sociales, religiosos y culturales.

Las festividades, impulsadas por el mandatario peruano, incluyeron desfiles que resaltaban el poderío militar del país. Estos desfiles fueron acompañados por eventos sociales destinados a promover la unidad nacional y resaltar los valores cívicos.

Desfile escolar - Fiestas Patrias - colegios - Augusto B. Leguía - Perú - 3 de julio
El 9 de diciembre de 1924 se celebró una ceremonia importante en Lima. La Basílica Catedral de Lima fue el centro de atención durante el Te Deum que se realizó para conmemorar la Batalla de Ayacucho.
(Archivo Histórico del Instituto Riva-Agüero)

Leguía, que asumió el poder en 1919 y gobernó hasta 1930, aprovechó las celebraciones del centenario para consolidar su liderazgo y proyectar una imagen de estabilidad y progreso. Bajo su mandato, el Perú experimentó una modernización en distintas áreas, incluyendo infraestructura y educación.

Ahora bien, durante su gestión se llevó a cabo un evento poco conocido por los peruanos, pero que marcó un precedente: permitió que estudiantes de distintos colegios de Lima marcharan en un contexto festivo, la conmemoración del centenario de la Batalla de Ayacucho (1924). Este acontecimiento fue dado a conocer por la Pontificia Universidad Católica del Perú a través de su portal web.

Durante el aniversario número 100, se desarrollaron diversas actividades en la ‘Ciudad de los Reyes’. Tales como la recepción de delegaciones extranjeras, actos oficiales, almuerzos y bailes de gala, obras teatrales y musicales, corridas de toros y caballos, inauguraciones, homenajes, y desfiles escolares y militares, entre otros eventos.

En cuanto al desfile escolar, es preciso señalar que se llevó a cabo el 7 de diciembre de 1924 en la antigua Plaza Francisco Antonio de Zela, hoy conocida como Plaza San Martín. La Municipalidad de Lima organizó este y otros eventos con el objetivo de rendir homenaje a los héroes de la Batalla de Ayacucho.

Desfile escolar - Fiestas Patrias - colegios - Augusto B. Leguía - Perú - 3 de julio
Así se llevó a cabo el desfile escolar en Lima en el año 1924.
(Archivo Histórico del Instituto Riva-Agüero)

Otras actividades realizadas en el centenario

El 7 de diciembre de 1924 también se llevó a cabo el desfile municipal. En esta ocasión, adultos atravesaron la plaza de la Penitenciaría, precedidos por la bandera de la Municipalidad de Lima. Aquellos que marcharon sabían que, con su acción, rendían homenaje al general don José de San Martín.

Tres días después, específicamente el 10 de diciembre de 1924, escolares participaron en una actividad simbólica. Niñas de una escuela fiscal del Callao, vistiendo uniforme de gala y portando la bandera nacional, participaron en la inauguración de la avenida del Progreso, hoy conocida como avenida Venezuela. Este evento fue una de las múltiples actividades organizadas para conmemorar el aniversario de una batalla trascendental en la historia del Perú.

Desfile escolar - Fiestas Patrias - colegios - Augusto B. Leguía - Perú - 3 de julio
(De izquierda a derecha) Desfile municipal y escolares en la inauguración de la avenida del Progreso.
(Composición Infobae: Archivo Histórico del Instituto Riva-Agüero)

La Batalla de Ayacucho, librada el 9 de diciembre de 1824, ocupa un lugar especial en el corazón de los peruanos como el evento que selló la independencia del país y aseguró la libertad de Sudamérica. Para el pueblo peruano, esta contienda simboliza el coraje y la determinación de sus antecesores, que lucharon con valentía para romper las cadenas del colonialismo.

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