No fue una buena rueda para la Argentina, aunque los mercados locales estuvieron cerrados por el feriado de Semana Santa. El dato más preocupante fue el derrumbe de la soja en Chicago que perdió 1,17% y cerró en USD 548,18 por tonelada. También se vieron afectados el maíz que bajó 1,23% y el trigo que perdió 0,95%.
Pero las malas nuevas no se agotaron en los precios de las materias primas que cedieron ante la fortaleza del dólar en el mundo. Los bonos Globales con legislación Nueva York, que son los que más influyen en el índice riesgo país, cedieron hasta 2% y subieron el indicador en 40 unidades a 2.472 puntos básicos.
Esto implica que al Banco Central le va a costar demasiado controlar a los dólares financieros porque la paridad del Global 2030 sigue en caída libre y van a necesitar demasiados bonos para colocarlos contra pesos en la plaza secundaria. Si intervienen el lunes, la paridad puede llegar al 25%, un nivel límite para futuras intervenciones.
Los productores agrícolas están atentos a este movimiento que no los favorece y que fortalecen su reticencia a deshacerse de la soja a estos precios.
El dólar se sigue fortaleciendo contra las seis principales monedas del mundo y derriba el precio de las materias primas a excepción del petróleo. El aumento del crudo es enemigo de los precios de los granos y de la inflación norteamericana. Aunque en la rueda de ayer en Nueva York hubo alivio, la aversión al riesgo continúa y castiga a la Argentina. Los bonos de la región se beneficiaron de la menor tensión, con excepción de la Argentina.
El oro y los bonos del Tesoro de Estados Unidos, refugio ante la incertidumbre, tuvieron ligeras bajas porque creen que el número que dará hoy la desocupación favorecerá la caída de la inflación. Los analistas estiman que la creación de empleos será de 240.000, unos 100.000 puestos menos que el promedio de los últimos seis meses.
El mercado celebra la mala noticia porque son números que conmueven a la Reserva Federal. Cualquier señal de enfriamiento de la economía es buena en un país que busca bajar la inflación en alrededor de 4 puntos a 2% anual. Hasta que la inflación no llegue a ese nivel, la Reserva Federal mantendrá las tasas por encima de 5% lo que puede generar una recesión que golpeará a los emergentes y en particular a la Argentina.
Ayer, en una rueda muy volátil el Dow Jones, que era el más fuerte de los índices bursátiles de Nueva York subió tan solo 0,01%, es decir quedó neutro. Pero los castigados S&P 500 y el Nasdaq de las tecnológicas aumentaron 0,36% y 0,76%, respectivamente.
El escenario se puede definir como de optimismo cauto. Los refugios no disminuyeron en forma exagerada sus precios. El oro cedió tan solo 0,13% a USD 2.023,70 por onza y el bono a 10 años aumentó su tasa, por la leve caída de su cotización, en 0,03% a 3,29%.
En este clima, los ADRs argentinos -certificados de tenencia de acciones- tuvieron un cierre mixto pero con escasos negocios. Los más destacado es que se interrumpió la recuperación de YPF que perdió 2,8% y fue el que más cedió pese a que el petróleo se mantiene en valores superiores a los USD 80 por barril. De hecho, Pampa Energía que se rige por el precio del crudo bajó tan solo 0,5%. Lo más destacado en estos activos fue la suba de Telecom de 4,7% y de Corporación América de 3,3%.
Los inversores argentinos siguen las novedades con atención. Saben que se vienen aumentos de tarifas importantes como el peaje de las autopistas que, en los próximos dos meses, pueden acumular subas de 90%. El Gobierno quiere compensar la fuerte caída de la recaudación de marzo por el menor ingreso de retenciones al agro.
Todavía queda una rueda por delante donde se observará qué sucede con los datos del desempleo norteamericano que impactarán en las decisiones de los inversores.
Pero el foco de los mercados en los próximos días estará puesto en las cuentas que hace el agro. Por caso, los USD 544 dólares por toneladas a los que cerró la soja representan, descontadas las retenciones un dólar de $272 a valor MEP, un precio que no los conforma.
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