El barril de petróleo alcanzó los USD 90 en la última semana, su valor más alto desde noviembre de 2022. La suba coincidió con el inesperado acuerdo entre Arabia Saudita y Rusia para mantener las actuales restricciones voluntarias a la producción y exportación de crudo hasta fin de 2023. De esta forma, los sauditas mantendrán el recorte actual de un millón de barriles por día, mientras que los rusos se comprometieron seguir reduciendo sus exportaciones de crudo en 300 mil barriles diarios. ¿Cómo impacta esta decisión en los mercados financieros? ¿A quiénes beneficia y a quienes perjudica esta movida?
Por supuesto, el impacto más directo se ve en la cotización del petróleo. El barril acumula un alza de 20% desde mitad de año, momento en el cual este acuerdo entre Arabia Saudita y Rusia se implementó por primera vez. Desde aquel momento, el acuerdo se fue renovando de forma mensual y la novedad ahora es que ambos países anunciaron su extensión hasta fin de año. Por lo tanto, la oferta limitada del petróleo aumentará la presión inflacionaria y los ojos de los analistas se posan sobre la próxima decisión de la Reserva Federal (FED).
Frente al rally actual y una economía norteamericana que todavía muestra algunos signos de resiliencia, cabe preguntarnos si Jerome Powell decidirá retomar el sendero de suba de tasas. De hecho, este se transformó actualmente en el escenario base de los operadores donde le asignan una probabilidad de 51,7% (20 puntos porcentuales más que hace un mes) al hecho que la FED vuelva a subir las tasas antes de fin de año.
Vale aclarar que este movimiento se espera recién para el Comité de Mercado Abierto del 1 de noviembre y no el próximo que ocurriría el 20 de septiembre. Además, el aumento de las tasas de interés no sólo se observa en el tramo corto, la tasa a 10 años también escaló esta semana y vuelve a ubicarse cerca del 4,3% anual, los valores más altos desde 2008.
La oferta limitada del petróleo aumentará la presión inflacionaria y los ojos de los analistas se posan sobre la próxima decisión de la FED
El aumento de los costos y la suba de las tasas de interés tiene un impacto negativo en la actividad económica mundial. Además, China, la segunda economía del mundo, sigue mostrando una fuerte desaceleración en el crecimiento económico impactado por el alto nivel de endeudamiento que ostenta el sector inmobiliario y la caída en las exportaciones.
Este sector había sido uno de los grandes motores de la economía en los últimos años y hoy se encuentra sumergido en una fuerte crisis financiera. El aumento de las tensiones geopolíticas, comerciales y tecnológicas entre Estados Unidos y China tampoco colaboran. Un contexto de mayor restricción monetaria y menor crecimiento económico global esperado suele ser negativo para la mayoría de los activos de riesgo y particularmente desafiante para los mercados emergentes.
Así, no sorprende que durante esta semana el ETF EEM, uno de los ETF más conocidos con exposición a empresas grandes y medianas de mercados emergentes y con Cedear operable en BYMA, haya retrocedido 2,3% en dólares. Asi mismo, las atractivas tasas de interés en Estados Unidos atraen capitales extranjeros y debilitan las monedas del resto mundo, las cuales acumulan 8 semanas de depreciación frente al dólar.
A nivel local, a la incertidumbre en el plano político y una macro muy deteriorada, se le suma ahora un contexto externo más desafiante
En este contexto, las acciones argentinas que tuvieron un desempeño espectacular durante 2023 con un alza que alcanzó el 49,5% en dólares, finalmente vieron una fuerte toma de ganancias y retrocedieron 9,7% esta semana. Los bonos tampoco pudieron escapar al malhumor internacional y perdieron 2,5% Por el contrario, las empresas vinculadas al sector petrolero fueron de los pocos activos que se mantuvieron en verde, con el XLE, ETF de grandes empresas de Estados Unidos del sector energético y con CEDEAR en BYMA, escalando 1,8% en dólares.
Como conclusión, el contexto macroeconómico mundial se complejizó nuevamente esta semana. La situación rememora a lo vivido en principio de 2022 donde la invasión de Rusia a Ucrania disparó el precio de los commodities, los bancos centrales decidieron elevar agresivamente las tasas de interés para controlar los aumentos de precios y el dólar se fortaleció alcanzando el máximo nivel en 20 años.
La FED hoy enfrenta el mismo dilema que hace un año antes: ¿Es necesario restringir aún más las condiciones monetarias con el objetivo de evitar un traslado de la suba del crudo al conjunto de la economía a riesgo de autoinfligir una recesión económica? El mercado ya comenzó a incorporar estos riesgos y decidió tomar ganancia.
Mientras tanto, a nivel local, a la incertidumbre en el plano político y una macro muy deteriorada, se le suma ahora un contexto externo más desafiante que podría extender las pérdidas de los activos locales por las próximas semanas.
Hacer Comentario