El Museo Nacional de Brasil estaba tan carente de dinero que recurrió a la financiación en grupo para reabrir una exhibición que tuvo que cerrar debido a una infestación de termitas.
Desde comienzos del 2018, una de las principales atracciones al público, la sala donde se exhibía el esqueleto del Maxakalisaurus, estuvo cerrada por varios meses. La muestra recibió un millón de visitantes desde el 2006, pero un ataque de terminas destruyó la estructura de madera sobre la que reposaba la estructura paleontológica de casi 12 metros.
Por ello, las piezas más grandes debieron ser ubicadas a un costado y los visitantes no podían hacer un recorrido completo del lugar.
Así, las autoridades, con un bajísimo presupuesto para el mantenimiento, buscaron recaudar al menos 7.000 dólares a principios de año en un sitio de financiación colectiva para reconstruir los daños. La campaña fue un éxito, ya que reunieron casi 60 mil reales, casi el doble de la meta inicial. La sala se reabrió en julio.
La precaria situación de la institución salió a la luz mientras surgen recriminaciones sobre quién es el responsable del incendio del domingo que destruyó por lo menos una parte de los archivos más ricos de América Latina, piezas históricas y documentos.
Con el correr de los años, el Museo ha tenido importantes dificultades de presupuesto, y tuvo que ser temporalmente cerrado en 2015 "por falta de recursos para su mantenimiento", admitió el domingo el ministro brasileño de Cultura, Sergio Sa Leitao.
Renato Rodríguez Cabral, profesor en el departamento de geología y paleontología, dijo que el declive del museo no ocurrió de la noche a la mañana. "Fue una tragedia anunciada", afirmó mientras abrazaba a estudiantes y compañeros de trabajo. "Los gobiernos sucesivos no proporcionaron fondos ni invirtieron en infraestructura", sostuvo.
Por su parte, el vicedirector del Museo Luiz Fernando Dias Duarten declaró este lunes que él y sus colegas sabían sobre los riesgos de incendios en el inmueble y se preocupaban por ellos todos los días. Según explicó, desconectaba todos los aparatos eléctricos de su oficina por cuestiones de seguridad antes de irse, y agregó que los empleados habían recibido hace poco una capacitación por parte de los bomberos sobre cómo minimizar los riesgos y reaccionar en caso de un incendio.
El presidente brasileño Michel Temer anunció que los bancos y compañías públicas y privadas han acordado ayudar a reconstruir el Museo.
(Con información de AP)
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