El cierre de los mercados de Nueva York dejó novedades promisorias para hoy. Los bonos de la deuda argentina en dólares con ley Nueva York tuvieron un alza de 2% promedio y los ADRs -certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas neoyorquinas- cerraron casi todas en verde en particular la de los bancos. Si la bonanza se transmite, hoy debería bajar el riesgo país.
Es que las restricciones para limitar la tenencia de dólares a las entidades financieras rige hasta fin de mes y no generó alarma en los inversores que aprovecharon para hacerse de acciones de las entidades financieras. La medida que los obliga a no aumentar las carteras con dólares billete y reemplazarlos por bonos es apenas un arma electoral para atravesar esta semana que promete ser de las más intensas.
Los bonos de la deuda local subieron porque los inversores en el exterior asumieron más riesgos a pesar del conflicto de Israel en Medio Oriente. Pero esta reacción positiva es sumamente vulnerable, porque se debe a la esperanza de que los nuevos balances que se presenten registren ganancias, algo que no se sabe si va a continuar. La Reserva Federal puede ponerse más dura si el conflicto desata subas del petróleo y las materias primas que comprometan la inflación de Estados Unidos.
De todas maneras, los ADRs de Cresud sobresalieron en Wall Street con alzas de 5,7% seguidos por Grupo Galicia con 5,6% y Macro con 5,1%.
Donde las noticias no fueron buenas fue en el sector de las divisas. El dólar se mantuvo fuerte frente a las seis principales monedas del mundo y el yuan cotizó a 7,3111 por dólar, el nivel más bajo desde el 1 de diciembre de 2007. Si el candidato a presidente piensa anunciar mañana el swap con China, ya debe saber que equivaldrá a bastante menos que USD 5.000 millones.
Pero ese poder de fuego no es al que más apuesta, sino al de los controles de las mesas de dinero con despliegue de fuerzas de seguridad. En las redes hacen trascender hasta nombres de ALyC (agentes de Bolsas) que pueden ser allanados. Se juegan a mantener ese clima de temor durante estas cuatro ruedas, pero el mercado en la última semana de elecciones difícilmente se paralice. Los controles encarecerán al dólar por el mayor riesgo en las operaciones de compra y venta.
Por otra parte, la licitación de bonos del Tesoro de la semana pasada, dio cuenta de que el esquema de renovación está al borde del agotamiento. Pero nada de esto interesa. Lo que esté más allá de esta semana, es largo plazo.
La idea del Gobierno es lograr una paralización absoluta del dólar libre y de intervenir con todo lo que tenga a mano en el mercado de dólares financieros. Sabe que no va a recibir dólares de la exportación porque no liquidarán hasta saber el resultado de las elecciones. Las importaciones, de hecho, están suspendidas al igual que las entregas de proveedores de mercaderías a supermercados y comercios.
La Bolsa, por supuesto, puede ser receptora de pesos de los inversores que se van a volcar por los papeles más atrasados. Los ADRs anticiparon que bancos, empresas orientadas a la exportación y de energía serán las privilegiadas.
Los vaticinios del exterior son muy negativos respecto a lo que queda del año. Por caso, J.P. Morgan aumentó 20 puntos su pronóstico de inflación para el año. Ahora lo estima en 210%. Otros informes calculan que en octubre la inflación puede alcanzar a 13% y trepar a más de 15% mensual después de las elecciones y que el dólar puede subir más de 400% durante todo el año.
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