Ante un panorama complejo, la premisa es comparar tasas y no aceptar como válida la primera alternativa, que suele ser el descuento de valores en el banco donde la empresa tiene cuenta. En ese sentido, el mercado de capitales es complementario a este sistema y muchas veces ofrece financiamiento a tasas mucho más bajas que las de una entidad bancaria.
Lo primero a decir es que existen alternativas muy simples para financiar pyme. Entre ellas, sin ir más lejos, pueden mencionarse distintos productos (dependiendo del plazo y la moneda en la que se busque financiamiento):
– Cheque de Pago Diferido (CPD). Este el instrumento más utilizado, sobre todo desde la existencia del Echeq, que ha agilizado la operatoria. Pueden ser cheques de terceros o propios.
– Pagare Bursátil. En pesos o atado al tipo de cambio (dólar linked), ha tomado un volumen muy considerable en el último año -donde ha sido una alternativa de financiamiento interesante para empresas exportadoras-. Además, del lado de la demanda también ha resultado atractiva, ya que muchos inversores han elegido esta alternativa como opción de cobertura.
– Facturas de Crédito Electrónica (FCE). Esta herramienta de financiamiento permite que una pyme, proveedora de una gran empresa (dentro de un listado publicado por la AFIP), esté obligada a emitir ese documento. Es, si se quiere, el instrumento más nuevo.
¿Cómo funciona? Dentro de los siguientes 21 días de emitida, la gran empresa pagadora deberá: 1) autorizar la cesión de la FCE para su negociación (si opta por esta alternativa existen beneficios impositivos); 2) cancelar la obligación mediante la emisión de un cheque o una transferencia; ó 3) no hacer nada. En este último caso, transcurridos los 21 días hábiles, hay una aceptación tácita, que permite a la pyme ceder la FCE para su negociación. Vía el portal de AFIP, cede el documento a la AlyC donde tiene su cuenta comitente, y puede negociarla.
– Obligaciones Negociables (ON). Esta alternativa requiere del aval de una Sociedad de Garantía Recíproca. Existe un Régimen Simplificado donde todos los requisitos para la oferta pública (presentación de balances trimestrales, calificación de riesgo, etc.) recaen en la SGR, debiendo la pyme sólo presentar su balance anual en tiempo y forma, y por ende simplifica los requisitos.
Pero de ¿qué se trata una ON? De deuda emitida por la empresa, avalada por la SGR, lo que permite alargar el plazo de financiamiento de un proyecto futuro. Dicho esto, ahora, toca identificar los segmentos donde se pueden negociar los distintos instrumentos disponibles:
– Segmento Avalado: Acá es necesaria la calificación en una Sociedad de Garantía Recíproca (SGR). Una SGR tiene por finalidad facilitar el acceso al crédito mediante la emisión de garantías liquidas. Es decir, que la SGR no dará un crédito, sino el aval para presentar ante un acreedor. En consecuencia, el acreedor sabe que -más allá de la calidad crediticia de la pyme en caso de incumplimiento responde el garante.
– Segmento Garantizado: Un canal similar a una caución bursátil, donde la pyme (o su accionista) pone activos financieros en garantía en un fideicomiso el Mercado Argentino de Valores (MAV), habilitándose una línea equivalente al valor de los activos menos un aforo (dependiendo de que tipo de activo se trate). Dentro de esa línea, se pueden descontar cheques de terceros o cheques propios.
Una SGR tiene por finalidad facilitar el acceso al crédito mediante la emisión de garantías liquidas
– Segmento No Garantizado: El inversor compra riesgo emisor. Es menos líquido, pero existen inversores dispuestos a ofertar por cheques. Acá se recomienda consultar a la ALyC, donde tiene cuenta la pyme, si hay clientes interesados para el cheque que quiera descontar.
Cuestión de números
Según un informe del mercado Argentino de Valores (MAV), durante 2022, la negociación de Cheques de Pago Diferido (tanto físicos como electrónicos), Facturas de Crédito Electrónicas, y Pagarés fue de 779.567 millones -un 139% más que el año anterior-.
La operatoria de CPD explicó el 58% del total negociado, seguido por las operaciones de Pagarés que representaron el 40%, y el resto las FCE. En la operatoria participaron 10.818 cuentas comitentes (filtradas por CUIT), por lo que es claro que son más las pyme, que utilizan esta alternativa para financiar su capital de trabajo.
De hecho, en este año y en sólo cuatro meses (con la última cifra disponible a fines de abril), la negociación de Cheques de Pago Diferido (CPD), tanto físicos como electrónicos (Echeq), Facturas de Crédito Electrónicas (FCE) y Pagarés suma cerca de $600.000 millones en el MAV; y refleja un crecimiento mensual interanual promedio del orden del 320%. Lo que no cambia, por el momento, es la concentración: los cheques se llevan en promedio 60% de ese total.
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