En su debut, el impacto de la puesta en marcha del plan de emisión cero, complementado con una flexibilización del cepo a partir de esta semana, fue claro pero modesto: contuvo las tensiones en el mercado cambiario que se venían acumulando pero las trasladó, al menos en parte, al mercado de deuda.
El divorcio inicial entre brecha y riesgo país, con la primera con tendencia a la baja pero en el rango de 40% y el segundo sosteniendo el alza por encima de los 1.500 puntos básicos, se consolidó durante la segunda semana de la Fase 2.
Es que no quedaron, en estos días, despejadas las principales dudas respecto a la estrategia elegida por el ministro de Economía, Luis Caputo, que el mercado parece creer a medias.
Si bien el anuncio de intervención en el dólar financiero sosegó las subas de las cotizaciones, en el mercado siguen sin descartar que, después de todo, el Banco Central deba convalidar un tipo de cambio más alto para subsanar la falta de dólares y acumular reservas.
Si el mercado hubiese dado credibilidad plena a los anuncios, lo que deberíamos ver es a la brecha colapsando y a los breakevens (diferencial entre tasa fija y deuda CER) bajando (Consultatio)
“Si el mercado hubiese dado credibilidad plena a los anuncios, lo que deberíamos ver es a la brecha colapsando y a los breakevens (diferencial entre tasa fija y deuda CER) bajando muy fuertemente. Eso no ocurrió o sucedió de una manera muy tímida”, apuntaron en Consultatio, que atribuyó ese resultado ambiguo a que el mercado no terminó de entender el planteo del Gobierno o tiene un entendimiento distintos respecto de los resultados que cabe esperar de ese plan.
Con la lente de esa segunda opción es que la decisión de privilegiar la baja de la inflación a costa de sacrificar la acumulación de reservas no deja de hacer ruido.
El foco de los inversores no se movió un ápice. Mientras la estrategia oficial opera sobre los pesos, el mercado sólo cuenta los dólares y sigue evaluando con recelo la propuesta que desplegó el equipo económico, “Como tenemos pocos dólares, tengamos también pocos pesos”, simplificó el razonamiento oficial Ricardo Delgado, economista fundador de la consultora Analytica.
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Lo cierto es que el plan de “tener pocos pesos” empezó a mostrar algunos resultados y se prevé que serán más notorios en la medida que los precios denoten una mayor desaceleración. Bajar la inflación hasta hacerla converger con el timo de devaluación “en torno a 0%” es la última de las premisas que marcó el Presidente como condición sine qua non para levantar el cepo. Esa convergencia luce hoy más cercana que hace un mes. Sin embargo, sigue sin haber claridad respecto del proceso.
“Evidentemente, el impacto de las medidas de la Fase 2 ya se ha hecho notar en los dólares financieros, deteniendo el exceso de nerviosismo y la presión sobre los mismos, producto de la escasez de reservas: la noticia de la esterilización de los pesos generados por la compra de dólares por el BCRA en el MULC, por el equivalente en los mercados de CCL y MEP funcionó como catalizador para contener a una brecha superior al 50% que lucía incómoda para el Gobierno, para continuar con su objetivo de desaceleración de la inflación”, apuntaron en su último informe semanal los analistas del Grupo IEB.
Pero sumaron la cuestión de fondo: “Resta saber cómo continuará la película: si el Gobierno logrará contener con un “cepo de pesos” a los dólares financieros atacando la brecha desde arriba, y no desde abajo con un salto devaluatorio o una aceleración del crawling, o si se verá obligado a responder a las necesidades de dólares con un tipo de cambio más elevado”, apuntaron.
Resta saber cómo continuará la película: si el Gobierno logrará contener con un “cepo de pesos” a los dólares financieros atacando la brecha desde arriba, y no desde abajo con un salto devaluatorio (Grupo IEB)
Existe también un factor adicional a evaluar y es aquel escenario en el que la inflación tiende a 0%, como anticipó en reuniones con empresarios el ministro de Economía, Luis Caputo, pero el riesgo país se mantiene en niveles similares a los actuales.
“Aun si se materializara la expectativa de inflación nula hacia fin de año, persiste la duda de si será suficiente para convencer al mercado si se convive con un riego país en los niveles actuales”, advirtieron en Consultatio.
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