La advertencia queda hecha: es pronto para cantar victoria. Sin embargo, si la primera impresión es la que cuenta, en el día del debut de las nuevas medidas anunciadas por el ministro de Economía, Luis Caputo, el mercado reaccionó de manera positiva. Mientras tal como se había informado, el mercado cambiario abrió con las primeras postura de venta en $800,1 para retroceder algunos centavos durante toda la rueda, las cotizaciones financieras y libres reflejaron cierta volatilidad pero nunca alcanzaron los valores máximos de la corrida cambiaria posterior a la devaluación del 14 de agosto, el lunes posterior a las PASO.
En las antípodas de esa reacción, el menú de medidas “de urgencia” con fuerte foco en el equilibrio fiscal que complementó el salto cambiario contribuyó a una reducción de la brecha cambiaria a niveles de hace cuatro años años, en los inicios de la pandemia. El dólar contado con liquidación (CCL) y el dólar Bolsa cerraron en $1014 y $1046 respectivamente, lo que achicó la brecha a menos de 27% mientras que con respecto al dólar libre, que cerró en $1070, la diferencia con el oficial no alcanza 35 por ciento. Es la menor diferencia en más de tres años, prácticamente a todo el mandato del ex presidente Alberto Fernández.
Ese desempeño fue considerado, también desde el exterior, como un éxito. De hecho, el ex compañero de Caputo en el Deustche Bank, el economista de la Universidad de Georgetown José Luis Daza, destacó “el logro” del ministro. “No recuerdo en 30 años otro caso q después devaluación 50% tasa interés no se dispare Tasa interés overnight (diaria) cayó 130% a 100%, brecha cambiaria colapsó”, lo saludó Daza y remarcó también la caída del riesgo país.
“Era esperable, con el tenor de las medidas, esta reducción de la brecha luego de la devaluación inicial, pero es muy temprano para cantar victoria y decir que la brecha puede seguir bajando o quedando en los valores actuales”, apuntó el trader Esteban Monte, quien identificó unos de los riesgos para mantener ese primer logro. “La tasa de interes es negativa versus inflacion”, dijo y destacó la proyección del banco norteamericano JP Morgan, que tuvo amplia repercusión en el mercado. La entidad pronosticó una inflación en torno a 60% para este mes.
Al desarrollo de una jornada sin sobresaltos también aportaron las novedades que empezaron a conocerse desde temprano en el mercado de ayer, no sólo tras las nuevas normativas del Banco Central para la operación del mercado cambiario en relación al comercio exterior sino también el plan de resolución de la deuda con los importadores y, sobre todo, el plan para las Leliq.
Ese último punto fue tratado particularmente en la reunión del titular del Banco Central, Santiago Bausili, con los banqueros. El mensaje fue claro: la “bola de Leliq” se desarma por tres vías: la primera, por el efecto de la inflación -la tasa actual de esos instrumentos se fijó por encima de la tasa de Pases pero muy por debajo de la inflación esperada-; la segunda, por la consolidación de la deuda de los importadores en un bono, lo que implica la salida de pesos de los bancos. La tercera vía es, nuevamente, el ajuste fiscal por el que se aseguraría que no habrá más emisión y, por ende, no sólo dejará de crecer el stock sino que empezaría a achicarse. Al menos por ahora, no se avanzó en la idea de canjear las Leliq por deuda del Tesoro y todo indica que se optó por la versión más gradual.
“En principio, las medidas anunciadas por Caputo suenan bien orientadas a atacar los principales problemas que se venían señalando, como el déficit fiscal, que estaba muy conectado con los subsidios a la energía, las transferencias a las provincias y las obras públicas”, sostuvo Javier Casabal, de Adcap. “Consideramos que esos son los principales problemas que había que atender y de ejecución relativamente rápida, sin necesidad de tener que pasar por el Congreso y su consiguiente demora”, agregó.
A pesar de esa primera “buena impresión” creada por el marketing fiscalista que ayer los anuncios del ministro ratificaron, en el mercado advierten que “todo esto es de corto plazo”. Se da por descontado que los anuncios de ayer simplemente apuntan a llegar en mejor estado en el frente fiscal y con las cuentas públicas algo emprolijadas a marzo, para cuando con los dólares de la cosecha gruesa se pueda avanzar en las reformas de fondo. Wait and see, esperar para ver y ver para creer.
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