El hombre en familia cambia el tipo de auto que compra. No sólo por espacio sino por seguridad
El hombre en familia cambia el tipo de auto que compra. No sólo por espacio sino por seguridad

El hombre va manejando en el tránsito cotidiano y de pronto, por el rabillo del ojo, percibe un movimiento en la parte de atrás del auto. Gira levemente el espejo retrovisor hacia la derecha y la imagen que percibe le estremece el corazón. Su hijo de tres años, sentado en el asiento infantil, en la parte trasera juega a imitarlo con un volante imaginario y mueve sus manos como si estuviera manejando.

De pronto entiende por qué ese auto que cuidaba casi hasta la obsesión antes de ser padre, ahora es un depósito de juguetes, papeles de caramelos y migas de galletitas en el piso de las plazas posteriores y hasta tiene stickers que tapan más de la mitad de la ventanilla trasera derecha.

También entiende por qué ya no hace viajes largos “de un tirón”, porque las paradas en la ruta son más largas y el tiempo para llegar a destino también se ha extendido cuando sale de vacaciones. No se trata sólo de crecer y madurar, de entender que no hay ningún récord que batir como cuando tenía 22 años. Eso ocurrió, pero lo que realmente redefinió sus prioridades va en ese asiento infantil trasero, su hijo. Ya no hay apuro, cuidarlo es lo más importante.

La relación entre el Día del Padre y los autos es algo de lo que mucho se puede hablar en esta época en la que cambiaron los padres, cambiaron los autos y cambiaron las costumbres. El auto es, muy frecuentemente, el primer artículo de valor que un hombre adquiere en su vida. Por lo tanto, es un bien muy preciado, elegido en función del uso que le dará.

Tuning trailers
Para muchos jóvenes, el primer auto tiene que ser un deportivo, y si no lo es, lo convierten con accesorios para que tenga esa apariencia

Los hombres solteros se compran un auto lo más deportivo que sea posible, tanto se trate de un sedán o un hatchback (5 puertas, si así se puede llamar la trasera, que ya no es un baúl). Cuando se casen y formen una familia, será tiempo de pensar en otro tipo de vehículo, de más capacidad. Pero eso también cambió. Por supuesto que hay excepciones, pero esta es una generalización oportuna para el día de la fecha.

Hasta hace algunos años, no importa cuántos, porque depende de muchos factores y no es igual en cada rincón del planeta, una mentalidad machista que casi nadie cuestionaba, establecía que, así como la carne asada a la parrilla la cocinaban los hombres, el auto también era un asunto de ellos. No se discutía, y aunque había mujeres que hacían un asado en Argentina o una barbacoa en Estados Unidos, el tema del auto no se cuestionaba. Era tema de hombres.

La igualdad de género cambió esa condición que dejó de ser una normalidad para ser casi una excepción. Por eso, al comenzar a construir una familia, incluso antes de tener el primer hijo, compartir la vida con una mujer empezó a torcer esa costumbre. Lo más curiosos es que, sin querer y absolutamente de forma casual, el mundo del automóvil también cambió.

Autos por género
Las mujeres intervienen cada vez más en la elección del auto que se compra en la familia. La estadística de Kavak lo confirma

Hasta hace diez o quince años, había dos tipos de autos, los convencionales de dos o tres volúmenes y los familiares, y después, casi como una rareza, estaban las camionetas. Ahora están los Sport Utility Vehicles, famosos por su sigla SUV, cuyo principal cliente son las mujeres, ya que combinan el tamaño de un auto con una mayor seguridad percibida por la altura.

El mercado argentino valida la elección por este tipo de autos, no sólo porque cada vez más fabricantes tienen uno o dos SUV en su gama, sino porque han crecido las ventas de este segmento más que las de los demás. Actualmente, los sedanes y hatchbacks tienen aproximadamente el 42% del mercado de cero kilómetro, los SUV están en el 25% y las camionetas el 22%, dejando el restante 11% para otros segmentos como los diversos tipos de utilitarios. Sin embargo, los autos están en baja, porque cinco años atrás eran el 55% del total, las camionetas se mantienen estables entre el 20 y el 22%, pero los SUV crecen año tras año en la elección de los compradores.

Una estadística de Kavak, una de las empresas líderes en compra y venta de autos usados Online en Latinoamérica, suele actualizar un dato muy interesante dos veces por año. El de la cantidad de hombres y mujeres que compran un vehículo.

El último informe es el de 2023 y en pocos días habrá una primera versión de 2024 actualizada a fin de junio, sin embargo, el dato es similar en las últimas mediciones. Detalla Kavak que “según la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), solo el 28% de las licencias de conducir emitidas en un año corresponde a mujeres. Mientras menos del 30% de las conductoras son mujeres, en Kavak encontramos paridad en la adquisición de autos: entre julio y diciembre de 2023, un 46% de nuestros clientes fueron mujeres, y un 54% fueron hombres”. Lo que significa esta descripción, es que las mujeres no sólo compran el auto para sí mismas, sino que intervienen en la operación de compra del auto familiar.

El SUV termina siendo el auto perfecto para una familia. El padre cede su prioridad y elige un tipo de vehículo que se adapta a las nuevas necesidades
El SUV termina siendo el auto perfecto para una familia. El padre cede su prioridad y elige un tipo de vehículo que se adapta a las nuevas necesidades

¿Y cuánto intervienen los hijos en la elección del auto?

La famosa psicóloga chilena Pilar Sordo, ha sido la creadora de una frase que se hizo muy popular hace unos diez años, cuando se animó a decir que “somos una generación que le tuvo miedo a sus padres y hoy le tiene miedo a sus hijos”. Lo dijo en el contexto de una disertación respecto a la falta de límites que los padres modernos aplican a los hijos y el perjuicio que puede tener para el desarrollo personal de ellos en el futuro. “Padres de algodón, hijos de cristal”, suele usarse como un resumen de esta situación. Esta cita podría usarse para analizar lo que sucede con cosas mucho más importantes que la elección de un auto, sin embargo, es parte de lo que ha cambiado también.

Hoy, tómese como una crítica o como una evolución, el hombre de la casa no sólo tiene que compartir la elección del auto con su esposa, sino muchas veces también con sus hijos. “Al hombre le gustaría tener una coupé o un auto deportivo, pero entre la mujer y los hijos, termina comprando un SUV. Y cuando el hombre viene a regalarle un auto a su esposa, siempre le compra un SUV”, suelen decir los vendedores de las concesionarias de autos.

Precisamente por esa integración familiar, llega el momento en el que el padre debe prestar el auto al hijo, que cumplió la mayoría de edad y empieza a salir solo. El camino recorrido desde aquella vez que lo vio imitándolo por el espejo retrovisor hizo que naturalizara el hecho de tener que compartir algún día el uso del auto con su hijo o su hija, que ahora también lo piden por esa misma igualdad respecto a los varones. Entonces se cierra el círculo, entrega las llaves, y con todos los consejos del mundo y más aún, siente que fue una buena decisión que no sea un auto deportivo sino uno más seguro. El auto de los padres, es un SUV.

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