Las centrales hidroeléctricas del Comahue, sobre el Río Limay en Neuquén y Río Negro, pasarán en las próximas semanas a manos del Estado Nacional luego de más de tres décadas, una vez que finalicen las últimas prórrogas otorgadas a las empresas concesionarias encargadas desde entonces de su operación y mantenimiento.
Según contaron a Infobae fuentes del Gobierno, las represas Alicurá, El Chocón Arroyito, Cerros Colorados y Piedra del Águila pasarán a manos de la empresa Energía Argentina (ex Enarsa) hasta que haya una nueva licitación, sin fecha definida aún, para posteriormente volver a consecionarlas.
Las centrales fueron concesionadas por 30 años en 1993 durante la presidencia de Carlos Ménem, hasta agosto de 2023, con la posibilidad de prorrogar los contratos por un año más. Desde entonces se extendieron las concesiones por plazos de 60 días. La última se conoció en marzo a través de una resolución firmada por el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, quien prepara el futuro de estos activos.
Este es un tema sensible por dos frentes. El primero es que Neuquén y Río Negro reclamaron en su momento que se las tenga en cuenta para el reparto de los activos. Se amparan en que la Constitución marca la propiedad provincial de los recursos, en este caso las aguas que alimentan la generación hidroeléctrica.
Durante su exposición ante Diputados por la primera Ley Bases Chirillo había dado una respuesta tajante contra ese argumento: “Cuando el contrato vence, los bienes que fueron dados en uso revierten al Estado Nacional, la presa y los equipos de la concesionaria. Esto es bastante claro en la Ley 15.336 que no fue alterada por la Reforma Constitucional de 1994″.
Por otro lado, las empresas concesionarias estaban avisadas de que ese sería el destino de los activos. Uno de los puntos centrales que generan incertidumbre es qué sucederá con la deuda de Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) por diciembre, enero, febrero y marzo. El Ministerio de Economía ofreció bonos para enero y diciembre, mientras que asegura que lo pendiente desde febrero comenzará a normalizarse “pronto”.
Una de las compañías involucradas es la italiana Enel, a cargo de El Chocón Arroyito, cuya última prórroga vence el 19 de mayo. La firma suspendió sus planes de desinversión en el país por la expectativa que genera la desregulación que comenzó Javier Milei, aunque en los últimos días hubo algunas marcha atrás en ese sendero.
También están involucradas la estadounidense AES, en Alicurá (vence el 19 de mayo); Aconcagua en Cerros Colorados (vence el 19 de mayo) y Central Puerto en Piedra del Águila (vence el 28 de junio).
En total la potencia nominal instalada entre todas las centrales es de unos USD 4.170 megawatts (MW), que representan en torno al 10% y 15% de la matriz energética nacional. Desde este año comenzarán a vencer otras 15 represas concesionadas que, aunque son de menor caudal de generación, correrán el mismo destino que las del Comahue.
Durante la gestión del Frente de Todos una de las ideas con mayor fuerza era realizar una auditoría para informar el estado de situación de cada concesión, en lo que fue un enfrentamiento de los equipos de Alberto Fernández con las compañías energéticas. Lo cierto es que la intención final era crear una nueva empresa estatal que se ocupara de las operaciones y licitara el mantenimiento.
Sin embargo, la intención de Milei, encarnada en Chirillo, es que todo lo público que pueda estar en manos privadas se privatice. Es por eso que para las centrales del Comahue se buscarán nuevas concesionarias y que el proceso hacia la privatización sea más fácil.
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