El Ministerio de Economía consiguió medio billón de pesos del mercado con la segunda licitación de bonos en moneda local desde que comenzó el cambio de gobierno. Si bien no afrontaba grandes vencimientos esta semana, desde apenas arrancado el 2024 comenzarán a abonarse las primeras obligaciones de pago del año para el Tesoro.
La Secretaría de Finanzas recolectó $500.000 millones a través de un bono indexado a la inflación con vencimiento el 14 de febrero de 2025, que paga el índice CER más 4,25% de tasa adicional. El Gobierno recibió ofertas por el triple del monto que terminó por adjudicar. Ese medio billón de pesos era el techo que ya había anunciado el equipo económico que tendría la colocación de este martes.
Un análisis de Portfolio Personal Inversiones (PPI) mencionó que “según nuestros números los vencimientos (se pagan el primer día hábil de enero) alcanzaban los $109.200 millones, por lo que, obtuvieron un resultado neto positivos de aproximadamente $390.800 millones”, mencionaron en un informe minutos después del resultado de la operación.
Finanzas recolectó $500.000 millones a través de un bono indexado a la inflación con vencimiento el 14 de febrero de 2025, que paga el índice CER más 4,25% de tasa adicional. El rendimiento de todas formas es negativo para ese bono
“El mercado volvió a reflejar una gran demanda por el Boncer25 (T2X5). El resultado de hoy llegó al precio máximo establecido licitándose a una tasa de CER -21,7% (TNA). Además, tuvo un factor de prorrateo del casi 11%, similar al de la última licitación (20 de diciembre). Como destacó el Mecon, solo se colocó un monto máximo de $500.000 millones a un precio máximo de $2.915,88 (cada VNO $1.000) lo que equivale a una TEA (tasa efectiva anual) de CER -20,4% (misma del viernes antes de las condiciones). Así, persiste la búsqueda de cobertura para mitigar el efecto de las tasas reales muy negativas”, continuó PPI.
Por último, plantearon que será necesario esperar “los llamados de licitación del año entrante. Será interesante seguir de cerca los siguientes desafíos que tendrá la nueva administración en un contexto de creciente demanda de pesos ante las tasas reales negativas que ofrece el mercado”, concluyeron.
Pedro Siaba Serrate, analista de esa consultora, en tanto, analizó que las marcadas tasas negativas que dio como resultado la licitación muestra que “todo el mercado está tratando de mitigar el efecto de la licuación”. “Más allá de la tasa negativa, el mercado cree que ese tramo de la curva ofrece mejores tasas (asumiendo nuestra proyección de inflación) que el resto de las alternativas”, dijo a Infobae.
El fundador de Cocos Capital Ariel Sbdar ensayó en su cuenta de X una explicación sobre el rendimiento negativo de los bonos colocados en este contexto de tasas bajas e inflación con una expectativa de aceleración. “Hoy día todos los bonos argentinos en pesos que ajustan por inflación hasta 2033 rinden negativo, es decir rinden inflación menos ‘algo’. En otras palabras suponiendo que te comprás algo a un año a inflación -10% y la inflación es 100%, terminás generando ~ 90%”, dijo.
“¿Por qué pasa esto? Simple, por que la expectativa de inflación es muy alta y la tasa fija no lo captura, por lo tanto el bono CER sube de precio hasta que se arbitra con la tasa fija. En el ejemplo anterior, si la tasa es 90% y el bono que ajusta por CER rindiera inflación +0%, habría un arbitraje de 10%, por eso el bono va a subir 10% hasta rendir -10% y estar equiparado con la tasa de interés”, continuó.
“La expectativa de inflación es muy alta y la tasa fija no lo captura, por lo tanto el bono CER sube de precio hasta que se arbitra con la tasa fija” (Sbdar)
“En conclusión, la expectativa de inflación en este momento en la Argentina es tan alta y la tasa de interés está tan por debajo de la inflación esperada que los bonos suben mucho de precio para capturar dicha inflación y los rendimientos pasan a ser muy negativos en términos reales”, completó.
“La tasa fue en línea con lo esperado, la sorpresa fue la cantidad de ofertas que dejó afuera. El Tesoro colocó el monto máximo que podía adjudicar, con un prorrateo del 11% y rechazando el 89% de las ofertas”, remarcó otra fuente del mercado minutos después de analizar el resultado de la licitación.
La estrategia financiera del nuevo gobierno comenzó la semana pasada con la colocación de 2,9 billones de pesos en una operación que buscó que una parte relevante de los pasivos remunerados del Banco Central migren hacia la deuda del Tesoro. Para eso puso sobre la mesa un título corto a un mes de duración, el mismo que tenían las Leliq del BCRA que fueron discontinuadas. Por ese dinero el Ministerio de Economía pagó menos de 9% mensual de interés, mucho menos que la inflación esperada para este mes y menos de lo que pagan los plazos fijos para los ahorristas
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