Comprar hoy una heladera, un lavarropas o cualquier otro electrodoméstico grande implica desembolsar entre 550.000 y hasta $2 o $3 millones, dependiendo de qué producto se trate. Los precios habían subido fuertemente pos devaluación de diciembre y ello hizo que se desplomara la demanda (hubo mermas de hasta 50% interanual en el primer trimestre), afectada además por la falta de financiación. Si bien en el último tiempo la inflación está cediendo, y lo mismo las tasas de interés, la expectativa es de una recuperación de las ventas.
Pero para ayudar en este proceso de convergencia de precios -y luego de un exhaustivo análisis comparativo de valores a nivel regional-, la Secretaría de Comercio redujo esta semana los aranceles de importación para fomentar una mayor competencia y, consecuentemente, una caída en los precios. Concretamente, redujo el Arancel Externo Común (AEC) de 35% a 20% para lavarropas y heladeras y al 16% para neumáticos de camiones (los habían subido temporalmente en 2018 y esa excepción se sostuvo por varios años). A su vez, el Gobierno también bajó el arancel de varios insumos plásticos del 12,6% al 6%. “Esta medida, que disminuye a más de la mitad los costos de importación de las empresas, repercutirá favorablemente en los consumidores que demandan los diversos bienes fabricados con insumos plásticos, que va desde los envases para alimentos, productos de higiene personal y limpieza, hasta electrodomésticos y juguetes”, afirmó Comercio en un comunicado.
En el caso de las heladeras y lavarropas, esta decisión generó diversos impactos en las empresas. Por un lado, los retails de electrodomésticos comenzaron a analizar costos y evaluar qué conviene comprar en el exterior y qué localmente. Y por otro, los fabricantes -muchos de ellos con importantes inversiones recientes para ampliar producción- también evalúan cuál puede ser un buen mix, entre fabricación e importación, a la vez que reclaman al Gobierno medidas para poder ser competitivos a la hora de producir.
“Estuve viendo un montón de proveedores de línea blanca ya que, más allá de esta nueva medida arancelaria, ya servía importar con el tipo de cambio y los precios internos. En promedio, se pueden bajar los valores que hoy tenemos entre 20 y 30%, pero será un proceso largo”, explicaron desde una de las empresas. En el Gobierno saben que demorará tiempo y que la mayor oferta importada llegará probablemente a comienzos de 2025, pero están convencidos de que “la convergencia de precios se dará antes” debido a que los productores locales resignarán márgenes para no perder mercado, dijeron fuentes oficiales a Infobae.
Son varios los comerciales que asistieron, semanas atrás, a la Feria de Cantón 2024, en China, a buscar proveedores. MIentras acuerdan con el fabricante elegido, reciben las muestras y avanzan con las certificaciones, las heladeras y/o lavarropas llegarán recién en el primer trimestre del año próximo, estiman en los retails.
En otra importante firma que vende electrodomésticos remarcaron que esta rebaja de aranceles le da a Oriente mayor competitividad, además de que bajó el costo de los fletes. Según dijo un directivo de la empresa, esto altera los precios de toda la categoría, ya que hay mas chances de traer productos de Oriente con un arancel del 20% en lugar del 35%, y si bien el impacto real podría darse en tres meses o más, ya que esos productos requieren de diversas certificaciones, el impacto que podría haber hoy sería más a nivel de expectativa de los proveedores locales, que tal vez podrían reducir sus precios de antemano.
“Las marcas hoy están viendo qué se fabrica en el país y qué se trae de afuera, y los retails quieren sacar el intermediario y buscar la compra directa en el exterior. No todo conviene. El proveedor local ya está ofreciendo integrarnos verticalmente e importar en conjunto”, agregó la fuente consultada.
Advertencias de los productores locales
Más allá de las intenciones oficiales, los productores locales le advirtieron al Gobierno que ya no hay espacio para bajar precios debido a que están con los márgenes muy ajustados debido a la fuerte caída de ventas y las promociones que han tenido que hacer para traccionar algo de demanda. La medida adoptada mediante un decreto publicado este lunes generó preocupación en la industria y en las empresas comenzaron a analizar los posibles impactos.
De hecho, varios productores de heladeras, freezers y equipos de refrigeración nucleados en la Cámara Argentina de Industrias de Refrigeración y Aire Acondicionado (Cairaa) se reunieron este martes con el subsecretario de Comercio Exterior, Esteban Marzorati, y le plantearon su preocupación por la rebaja de aranceles al tiempo que le pidieron medidas para poder competir con los productos del exterior en igualdad de condiciones.
“El gobierno cree que si entra competencia del exterior, vamos a bajar los precios, pero nosotros tenemos un problema de competitividad por varias razones, que se las enunciamos. El planteo que le hicimos fue que si bajan los aranceles al producto terminado, también deberían reducir los de los insumos”, dijeron desde la cámara en diálogo con este medio. Por ejemplo, los fabricantes deben importar termostatos y plaquetas electrónicas, que pagan el 18% de arancel más el impuesto PAIS, ya que son productos que no se producen localmente. En cuanto a la rebaja de los insumos plásticos, la fuente remarcó que sirve pero que no tiene una gran incidencia en los productos. Según agregó la fuente, quedaron en pasarle a Comercio un listado de los insumos que tiene el sector para evaluar si es posible reducirles también el arancel. Por su parte, las fuentes oficiales admitieron que “se analiza bajar el AEC de otros insumos”.
El mercado habitual de heladeras asciende a 1 millón de unidades, de las cuales el 7% es de origen importado. Pero si las ventas siguen tan deprimidas como estuvieron en el primer trimestre, el año podría cerrar con un mercado de 300.000 o 400.000 unidades, con un mayor porcentaje de importadas.
En una de las empresas fabricantes de heladeras afirmaron que invirtieron mucho en los últimos años y que el objetivo es seguir produciendo, pero “si los demás empiezan a importar, se irá viendo”, dijeron.
Por su parte, desde la UIA remarcaron, tras un encuentro de junta directiva, que “la modificación de aranceles de bienes industriales debería darse en sintonía con mejoras en la macroeconomía, baja de la presión impositiva y recuperación de la actividad económica”. “En virtud de estas asimetrías, nuestro país compite en condiciones desfavorables con empresas que enfrentan menores erogaciones en impuestos y costos logísticos, acceden al financiamiento para la inversión y cuentan con mejor infraestructura. Paralelamente, el contexto del comercio internacional muestra un incremento en la utilización de aranceles, antidumping y una menor tributación al sector transable de la economía, como medidas para enfrentar la competencia desleal proveniente de Asia”, enfatizó la central fabril mediante un comunicado.
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