El Fiscal Federal para el Distrito Sur de Nueva York anunció que Karl Sebastian Greenwood, fundador de la criptomoneda OneCoin junto con “La Criptoreina” Ruja Ignatova, fue condenado a 20 años de prisión por “fraude masivo”.
Las autoridades siguen buscando a Ignatova quien fue puesta en la lista de las 10 personas más buscadas de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) en junio de 2022, informaron las agencias internacionales de noticias.
La criptodivisa OneCoin, que empezó a operar en 2014 y tenía sede en la capital de Bulgaria, “fue una criptomoneda fraudulenta comercializada y vendida a millones de víctimas en todo el mundo, lo que generó pérdidas por miles de millones de dólares”, según explicó el fiscal en un comunicado.
“Como resultado de las tergiversaciones que Greenwood, Ignatova y otros hicieron en OneCoin, millones de víctimas invirtieron más de 4.000 millones de dólares en todo el mundo”, destacó la investigación.
El fiscal federal Damian Williams señaló en un comunicado que Greenwood e Ignatova estafaron a las víctimas con promesas de una “revolución financiera” y afirmaron que OneCoin sería el “asesino de Bitcoin”, la principal criptomoneda hasta el momento.
“De hecho, OneCoins no valía nada, y los inversores se quedaron sin nada, mientras que Greenwood se llenó los bolsillos con más de 300 millones de dólares. Esperamos que esta larga frase resuene en el sector financiero y disuada a cualquiera que pueda verse tentado a mentir a los inversores y explotar el ecosistema de las criptomonedas mediante fraude”, indicó Williams.
OneCoin resultó un esquema Ponzi promocionado como una criptomoneda con una cadena de bloques privada, administrado por las compañías offshore OneCoin Ltd. (Dubai) y OneLife Network Ltd. (Belice), ambas dirigidas por la búlgara Ruja Ignatova. Sus líderes han estado involucrados anteriormente en otros esquemas engañosos.
Ignatova desapareció en 2017 y fue reemplazado por su amigo Konstantin Ignatov cerca del momento en que se archivó una orden secreta estadounidense para su encarcelaminto. La mayoría de los principales líderes han desaparecido o han sido arrestados. Konstantin Ignatov fue arrestado en marzo de 2019 y Sebastian Greenwood en 2018. En 2019, Konstantin Ignatov se declaro culpable de los delitos de lavado de dinero y fraude, y podía enfrentar penas de hasta 90 años de prisión.
Según Cointelegraph “la criptomoneda OneCoin se promociona como un análogo del sistema Bitcoin pero con una blockchain privada. OneCoin fue creada por “One Coin Limited”, que fue fundado por Ruja Ignatova en el 2015″.
“Comparando OneCoin con Bitcoin, se pueden observar algunas diferencias significativas: la ausencia de una red peer-to-peer, lo que significa que la minería solo la realiza la empresa; todas las transacciones pueden ser operadas a través de bolsas de socios; y todos los datos solo pueden ser almacenados por el emisor, es decir, “One Coin Limited”. Según la empresa, el aspecto principal de su negocio es la difusión de material educativo sobre el comercio de divisas. Para la implementación de OneCoin, se utiliza el principio de marketing multinivel (MLM). En otras palabras, es un esquema de pirámide, que plantea muchas preguntas en la criptocomunidad sobre su legalidad”, se indicó.
La historia de Rujatova
Rujatova le decía a la gente que había inventado una criptomoneda que iba a competir con el Bitcoin y logró convencer a muchos para que invirtieran miles de millones de dólares en su supuesta creación. Sin embargo, en 2017 desapareció de la noche a la mañana sin dejar rastros. El periodista británico Jamie Bartlett pasó meses investigando cómo esta mujer logro ejecutar una estafa tan masiva para el podcast Missing Cryptoqueen de la BBC y trató de averiguar dónde se escondía.
En junio de 2016, cuando la búlgara empresaria de 36 año, se subió al escenario del Wembley Arena, un estadio cubierto en Londres, frente a miles de admiradores que la ovacionaban. Sin dudar, le prometió a la multitud que OneCoin estaba por convertirse en la criptomoneda más importante del mundo y que todos podrían pagar con ella “en todas partes”. Nada de eso ocurrió.
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