El Fondo Monetario Internacional (FMI) criticó con dureza las medidas adoptadas por el Gobierno luego de las elecciones al afirmar que aumentan las fuertes dificultades macroeconómicas que afronta el país.
Además, aclaró que la dolarización que propone el candidato Javier Milei exige condiciones previas para funcionar en forma adecuada y no reemplaza las medidas fiscales y monetarias que hay que adoptar para estabilizar al país.
En la conferencia de prensa desde Washington que realizó su vocera, Julie Kozack, no dio precisiones sobre la próxima revisión que debe enfrentar la Argentina para recibir el próximo desembolso. Pero fue tajante sobre las decisiones adoptadas por el equipo que dirige el ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, aunque el organismo haya perdido poder de fuego al haberle desembolsado recursos al Gobierno sin que se hubieran cumplido las metas del programa.
“La situación económica de la Argentina sigue siendo muy difícil y compleja; la inflación es muy alta y sigue aumentando; los colchones de reservas son bajos y las condiciones sociales son frágiles”, afirmó Kozack.
“El paquete de políticas acordado en la última revisión, la quinta y la sexta, tenía el objetivo de salvaguardar la estabilidad a través de la reconstrucción de las reservas, restablecer el orden fiscal y proteger a los más vulnerables”, indicó. “La revisión del tipo de cambio junto con una política monetaria y fiscal restrictiva son componentes esenciales del programa”, precisó.
Luego, advirtió: “Las medidas de política adoptadas exacerban las dificultades de la Argentina”. Al respecto, aclaró que el organismo todavía evalúa su alcance. “Estamos trabajando para entender mejor y evaluar estas medidas recientes y la necesidad de adoptar acciones compensatorias que puedan adoptarse para fortalecer la estabilidad y salvaguardar los objetivos del programa al tiempo que no se exacerben las vulnerabilidades”.
“Nuestro objetivo sigue siendo salvaguardar la estabilidad y proteger a los más débiles en estas épocas difíciles”, indicó la funcionaria que previamente se desempeñó como auditora de la Argentina en el inicio del programa firmado con el actual gobierno.
“Es de interés para el FMI seguir trabajando con la Argentina con un consenso tan amplio como sea posible para garantizar la estabilidad y la prosperidad del país”, afirmó. De todos modos, no dio pistas sobre cuándo se realizará la próxima revisión. Tanto el Gobierno como el Fondo optaron por postergar este análisis para después de las elecciones de octubre y la eventual segunda vuelta en noviembre. “Es demasiado pronto para especular cuándo se hará; es nuestro interés seguir trabajando en forma estrecha con la Argentina”, reiteró Kozack sin salir de su libreto habitual.
Cerca de Massa retrucaron en voz baja las críticas del Fondo y afirmaron que “se deberían haber preocupado cuando le dieron un crédito al gobierno de Macri en 28 horas”; a la vez, saben que cualquier cuestionamiento de Washington en voz alta puede ser un punto a favor del candidato en medio de la campaña electoral.
La opinión del FMI sobre la dolarización
Cuando se le preguntó sobre la dolarización que promueve Milei –que mantuvo un contacto virtual con el staff del Fondo– Kozack indicó: “La determinación del tipo de cambio es una prerrogativa del país. Cuando hablamos de esto con los países nuestra preocupación es que la política macroeconómica sea coherente con una transición ordenada entre tipos de cambio”.
Además, expresó: “Es importante garantizar la viabilidad de largo plazo del sistema cambiario que se seleccione y en ese sentido la dolarización requiere pasos previos importantes y no es algo que no reemplace una política macroeconómica sólida”.
Tras la última revisión en la que el FMI le giró el desembolso de USD USD 7.500 millones, el organismo advirtió que el programa firmado por el gobierno de Alberto Fernández en 2022 se ha “descarrilado” por el incumplimiento de las metas acordadas. En paralelo, el Fondo pidió una serie de “acciones previas” al país para concretar ese giro de dinero, como la devaluación del 20% adoptada tras las elecciones primarias de agosto último.
La tensión entre ambas partes se reflejó en la necesidad de la Argentina de tener que recurrir al gobierno de Catar, a la CAF y al swap con China para pagarle un vencimiento al organismo multilateral que integra desde 1956.
El calendario de pagos contempla un pago el 6 de octubre por USD 1.280 millones, otro el 12 de octubre por USD 640 millones y un tercero por USD 673 millones, el último día de octubre. Pero el Gobierno pagará los USD 2.600 millones, todos juntos, el último día de octubre, ocho días después de las elecciones; se trata de una facultad que tienen los países deudores y que no altera el estatus del programa de refinanciación.
El informe del staff técnico de fines de agosto enfatizó que el programa necesitaba un paquete de medidas para volver a funcionar, junto con la devaluación, como una tasa de interés positiva en términos reales, decisiones que refuercen la recaudación tributaria y una aceleración del recorte de subsidios a las tarifas eléctricas. La mayoría de
En varios tramos del extenso staff report, el organismo planteó cómo el calendario electoral implicó una fuente adicional de tensión económica. “La dinámica electoral ha complicado la formulación de políticas y ha aumentado las incertidumbres. Los desvíos en las políticas reflejaron restricciones políticas y consideraciones electorales, incluido el hecho de que el ministro de Economía, Sergio Massa, también es candidato presidencial, y las incertidumbres políticas se sumaron a las tensiones más recientemente”, expresó, tajante.
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