“En los 40 años que llevo como fabricante este es el peor momento que me tocó pasar. No puedo hacer nada”, así, con desesperación, resumió Gustavo Raciti la situación actual de su empresa, una firma familiar de producción de artículos e insumos de caucho ubicada en el barrio de Barracas que no puede producir desde comienzos de marzo, por los cortes de electricidad.
“Nuestra producción estuvo interrumpida primero durante 15 días en enero, el mes de febrero la fábrica estuvo cerrada por vacaciones al personal y desde el 6 de marzo al día de la fecha estamos sin energía. Las pérdidas ascienden a los $60 millones en producción y nos hacemos cargo de los salarios de todos los empleados teniendo la fábrica paralizada”, contó Raciti a Infobae. La empresa se llama Odranid Industrial y Comercial y está ubicada en la calle Suárez al 2700.
Luego, enumera la larga lista de reclamos que ya lleva realizados: tres cartas documento a Edesur, una carta al Ente Regulador de la Electricidad (Enre) y visitas diarias a la oficina de la empresa en la calle San José donde se atienden los reclamos de los usuarios no residenciales.
“Me dicen ‘no podemos hacer nada’. Estoy en contacto diario con un supervisor de Edesur. Ellos cambian el fusible ubicado en la esquina de la fábrica pero no quieren reconocer que el cable de red está quemado. Cuando prendo las máquinas que tengo, de última generación, me quedo sin energía”, relató el dueño de la empresa familiar.
Raciti, de 53 años, trabaja desde sus 13 años en Odranid -la empresa fue fudanda por su padre en 1966- y se mantienen al frente de esta empresa dedica a la fabricación de piezas de caucho para la industria de línea blanca, agrícola, sanitarios, hogar y juguetes para mascotas. “Todos los productos que fabricamos son de sustitución de importaciones”, remarcó. La firma cuenta con 25 empleados.
Lo que lamenta Raciti es la pérdida de clientes de toda la vida. “Ya dos clientes se llevaron la matricería para producir en otro lado. Es un trabajo de 40 años perdido”, contó. Odranid es proveedora, por ejemplo, de la fábrica de piletas Mi Pileta, para la que fabrican las piezas de goma del desagüe.
A pesar de la falta de energía, Raciti pagó una factura de energía eléctrica de $270.000 en febrero y de $220.000 en marzo. Según explicó, para sostener la producción, las máquinas de la empresa demandan la asistencia de tres fases de 380 voltios. “En enero la tensión nunca estuvo por encima de 360″, aseguró. Eso generó daños en su maquinaria, con cambios de repuestos para los que desembolsó 200.000 pesos.
A pesar de la falta de energía, Raciti pagó una factura de energía eléctrica de $270.000 en febrero y de $220.000 en marzo
“Estoy pagando sueldos sin producir. Los empleados en época normal pueden sumar horas extras o pagos adicionales por producción pero ahora están con el salario básico”, relató. El resto de los vecinos de la zona -según detalló- también tienen cortes de energía, pero más esporádicos porque pueden conectarse a algunas de las fases de 220 voltios. “Hubo un momento que había 100.000 reclamos por corte de luz, ahora creo que soy el último”.
“Pasamos la hiper del año 89, pero este momento es peor”, se lamentó Raciti. Según el empresario pyme, desde julio del año pasado no puede importar insumos ni productos terminados. “Te cobran en dólares billetes. Somos importadores y presenté un recurso de amparo por este tema”, agregó. “Me bloquearon el CUIT por tres meses para importar, todo de forma arbitraria porque nunca tuve ningún problema, desde hace 40 años”, indicó.
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