Con la mitad del ciclo cumplido, el “dólar soja 4″ entró hoy en su fase final, con un nivel de desempeño que no sólo cumplió las expectativas sino que registró, al menos hasta ahora, mejores resultados que la versión anterior. En los primeros 10 días de la medida vigente actualmente se lleva comercializado un volumen 50% superior al que se registró durante la tercera edición de la medida, entre abril y principios de junio, aunque la cifra actual dista de los resultados logrados tanto en la edición debut del dólar soja hace un año como en la que le sucedió en diciembre del año pasado.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario apuntó que “el volumen actual, no sólo supera ya al acumulado mensual del mes de agosto, sino que equivale prácticamente a la suma de julio y agosto combinados y resulta el más alto desde el mes de mayo”.
En los primeros 10 días de la medida vigente actualmente se lleva comercializado un volumen 50% superior al que se registró durante la tercera edición de la medida
Desde esa perspectiva, en el marco de la sequía, las fuertes expectativas de devaluación y la alta incertidumbre electoral, la medida dispuesta a principios de mes funcionó en términos de ingreso de divisas para restar presión al mercado cambiario.
Por caso, el Banco Central extendió a 25 ruedas su racha positiva, iniciada el 14 de agosto con el cimbronazo de la devaluación que llevó el dólar a $350 y el cierre estricto del mercado para los importadores, con un saldo positivo hoy de USD 51 millones, lo que lleva a USD 450 millones el total de compras acumuladas en el mes. Según cálculos privados, en los próximos días ingresarían otros USD 350 a 440 millones correspondiente al volumen comercializado en el marco del dólar soja vigente.
Por el Programa de Incentivo Exportador (PIE V) se operaron hasta el viernes pasado en el mercado un total de USD 1.179 millones, cifra en línea con la expectativa oficial de un ingreso de divisas de unos USD 2.000 a USD 2.500 millones, Eso significa que se espera un volumen similar para estas dos semanas, aunque no es la totalidad de la cifra que ingresa por el mercado de cambios oficial. Precisamente, la nueva edición de dólar soja incorpora la novedad de que el tipo de cambio diferencial se aplica mediante la posibilidad de liquidar 25% de las ventas en el mercado de contado con liquidación (CCL). Por eso, del saldo total, sólo USD 884 millones irán liquidándose en el MULC, mientras que los USD 295 millones restantes podrían ir liquidándose en CCL.
“Esto explicaría la relativa calma del dólar financiero en los últimos días. Al respecto, el CCL Senebi finalizó el viernes en $737, cayendo 0,7% respecto a los $742 de la semana previa. Así las cosas, la brecha cedió a 110,6% desde 112%, aunque, tomando mayor perspectiva, desde casi 130% el 29 de agosto. De esta manera, el spread lleva cuatro ruedas oscilando cerca de 111 por ciento”, destacaron desde PPI Inversiones.
Esa calma podría extenderse hasta fin de mes, mientras dura la medida, planteando el interrogante de qué tan intensa será la presión cambiaria a partir de octubre, ya en la recta final hacia la primera vuelta electoral. Tal vez por eso, tras algunas jornadas en que se evidenció un relajamiento de las restricciones a los importadores para el acceso a dólares a precio oficial, el Banco Central volvió a cerrar el grifo. La lectura obvia del mercado es que el Gobierno priorizará a partir de ahora, con la mitad del programa para la soja por delante, concentrar el mayor poder de fuego posible para contener la brecha cambiaria.
“A tan solo diez ruedas del fin del dólar “soja” 4, el Banco Central estaría priorizando ganar poder de fuego para utilizar en las tres semanas que separan el fin del PIE de las elecciones generales y, así, intentar brindar cierta calma en un período preelectoral que tiene garantizada altísima volatilidad por la incertidumbre política”, destacó la consultora.
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