Mientras los dirigentes más jóvenes de La Libertad Avanza armaban pogos en el lobby y en el primer piso del Hotel Libertador, anoche Javier Milei permanecía recluido en su habitación, a dónde sólo tenían acceso los miembros de su círculo más cercano. Al tiempo que disfrutaba y se reponía del subidón emocional que le provocó el triunfo nacional, con calma empezaba a prepararse, entre charlas incipientes con los íntimos, para los desafíos del día después: pautar la compleja transición con el gobierno de Alberto Fernández, armar el Gabinete Nacional y decidir cuál será el rol de la dirigencia de Pro en el Ejecutivo y el vínculo en el Congreso Nacional.
Mientras subían y bajaban intermitentemente desde el piso 21 -donde estaba el líder- y el subsuelo -donde se había reunido la dirigencia-, los referentes más cercanos a Milei adelantaban anoche, uno a uno, que el presidente electo no tiene planeado hacer anuncios concretos sobre su Gabinete esta semana, y se atrevían a asegurar que no lo hará antes del 10 de diciembre. “Va a jugar muy despacio. No hay motivos para apurarse y puede ser riesgoso. Si pasa algo con la economía no van a tardar un minuto en echarle la culpa. Hoy es todo responsabilidad del Presidente y de su ministro”, deslizó uno de sus asesores amigos, con voz calma a pesar de la euforia que lo rodeaba.
Una hora después, al capitalizar su triunfo por primera vez en público, el líder de La Libertad Avanza cristalizaba un concepto similar ante sus seguidores, puertas adentro del edificio, solo desde una tarima y frente a un atril: “Al Gobierno le digo: sean responsables. Háganse cargo de su responsabilidad hasta el final del mandato, el 10 de diciembre. Una vez finalizado el mandato podamos empezar a cambiar la Argentina”. Detrás, estrenaba un logo nunca antes usado con un dibujo en representación de la Casa Rosada, con la leyenda “Presidente Electo” en azul.
Todo indica que la conducción de los cargos más importantes del Gabinete de Milei sobre los que no se conocen detalles seguirán siendo un misterio durante los próximos 15 días. Pero durante los últimos dos meses se conocieron algunas pistas puntuales sobre cómo estaría conformado. En el camino entre las PASO y el balotaje, el aún candidato presidencial, ávido por mostrarse sólido ante las críticas por falta de experiencia y equipo, había anunciado cuáles serían los ministerios que mantendría en pie (Relaciones Exteriores, Capital Humano -que agruparía las secretarías de Trabajo, Salud y Educación-, Infraestructura, Justicia, Seguridad Interior, Defensa Nacional, Economía e Interior) y algunas de las figuras que pensaba designar para liderarlos.
La mayoría son empresarios devenidos en políticos. El jefe de Gabinete será Nicolás Posse; la canciller, Diana Mondino; el titular de Infraestructura, Guillermo Ferraro; el de Interior, Guillermo Francos; y la de Capital Humano, Sandra Pettovello. Sin embargo, no adelantó quiénes estarán en Defensa y Justicia, y sólo se sabe que sus titulares serían nombrados por la vicepresidenta, Victoria Villarruel, abogada y fundadora de una organización para reivindicar a las víctimas de la guerrilla, muy crítica de las políticas de Derechos Humanos del kirchnerismo y de las organizaciones afines, como Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, que negoció con Milei desde el inicio comandar “desde arriba”, de manera global, esas áreas desde la Presidencia del Senado.
Cuidadoso, Milei se reservó también el nombre, vital, del técnico que piensa designar al frente de Hacienda, y en su entorno dijeron que no tienen pensado revelarlo hasta asumir, nuevamente con el argumento de que intentará evitar todo lo posible que el oficialismo responsabilice por una posible, eventual volatilidad cambiaria durante el inminente período de transición.
Entre los expertos que se barajan para Economía circularon algunos ex colaboradores de Mauricio Macri, desde el ex titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, a Luis “Toto” Caputo, ex ministro de Finanzas. Pero anoche, atentos a evitar cualquier ruido en el inicio de la sociedad tras el triunfo, los dirigentes de Pro, que irrumpieron sonrientes y triunfantes en el lobby del hotel-búnker pasadas las 20, se mostraron reticentes a hablar de cargos y dispuestos a acatar cualquier determinación del jefe libertario en ese sentido.
“Javier es el presidente electo. Nosotros estamos, él es quien tiene que decidir qué lugar nos va a dar”, dijo uno de los varios dirigentes amarillos que, pasadas las 20 del domingo se abrazaban efusivamente con los eufóricos violetas junto a los ascensores de la planta baja del Libertador. En ese momento, Mauricio Macri y Patricia Bullrich aún no habían desembarcado en el hotel, pero ya estaba pautado que irían directamente a encontrarse con el futuro primer mandatario en lo alto del edificio. Y así lo hicieron, pasadas las 21.
El encuentro, en principio, iba a ser cerrado, sólo entre Macri, Bullrich y Milei y su hermana. Pero a último momento el plan viró a una reunión más abierta y descontracturada. A los dirigentes políticos se sumaron sus parejas, Fátima Florez y Juliana Awada, en un espacio abierto con otros dirigentes presentes. Y la charla no giró en torno al armado o las negociaciones para un eventual gobierno, sino a la jornada electoral y el triunfo en sí mismo. “No es el momento para eso ahora. No hay ministro de Economía, ahora el Gobierno va a querer tirarle por la cabeza todo lo que pase a Javier. Ellos se tienen que ocupar de la transición. En las próximas semanas irán hablando y en diciembre se terminará de decidir. Pero va a estar siempre, todo, en manos de Milei”, dijeron cerca del ex presidente después de que Massa dejara trascender que tomaría licencia de su cargo.
Entre los macristas que llegaron al Libertador anoche, vestidos de traje, estaban Cristian Ritondo, figura clave en la coordinación de la fiscalización en la Provincia de Buenos Aires, que busca ser presidente de la Cámara de Diputados; el intendente de Pinamar y diputado electo, Martín Yeza; el ex titular de Medios Públicos y actual diputado, Hernán Lombardi, su par Fernando Iglesias; el senador Federico Pinedo: y el diputado electo y asesor de Bullrich, Damián Arabia. Más tarde, cuando Milei estaba próximo a dar su discurso, se sumó el ex candidato a la gobernación bonaerense, Diego Santilli, el otro bonaerense, ex candidato de Horacio Rodríguez Larreta a la gobernación en la PASO, que contribuyó con fiscales en los comicios.
En el Pro, a pesar de la cautela y el énfasis en el respeto por la futura investidura de Milei, no dejaban de recordar que su asistencia a LLA en las escuelas de votación el día de los comicios fue “vital” para el triunfo. “En las Generales quedaron segundos porque el Gobierno les sacó la ayuda que les había dado en las PASO. Sin nosotros no les cuidaba nadie los votos”, resumieron, convencidos de que tienen derecho a formar parte de la nueva administración.
Si bien anoche intentaban disimularlo, admitían por lo bajo la ansiedad que sentían por conocer si se quedarán con algún ministerio o secretaría, o deberán conformarse con las segundas y terceras líneas en las cadenas de mando de cada órgano del Estado. “Lugares sobran y van a necesitar gente”, dijeron, con incertidumbre, cerca de Mauricio Macri.
La transición, creen desde ambos frentes, será compleja. Ayer, Alberto Fernández se comunicó con Milei para gestar un encuentro, a instancias de Santiago Cafiero, su canciller y mano derecha, que entró en contacto con el asesor principal del presidente electo, Santiago Caputo. El mandatario saliente y su sucesor hablaron por teléfono brevemente, pero no llegaron a coordinar para verse aún. Si bien el Jefe de Estado buscaba que se vieran hoy mismo para mostrar predisposición, el libertario, en principio, habría decidido postergar las conversaciones presenciales hasta el martes o el miércoles.
Anoche, en el efervescente búnker de av. Córdoba y Maipú, varios libertarios de primera y segunda línea se preparaban para festejar en Tequila. Milei, en cambio, tenía previsto quedarse a descansar, como desde las Generales, en el hotel Libertador. Mañana por la mañana, su primera actividad como presidente electo empezará a las 8, con una serie de conversaciones virtuales y telefónicas, bilaterales, con diplomáticos y presidentes de otros países que le programó Mondino. Después, por la tarde, se dedicará a brindar entrevistas a algunos medios de peso. Y para el resto del día no tiene actividades oficiales. No obstante, en su entorno adelantaron que probablemente se dedique a conversar con los propios sobre el esquema de trabajo para los veinte días que restan antes de la asunción del 10 de diciembre.
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