“Muchos pesos, cero ahorro y revancha de la vida sumada al temor de que en el futuro no lo pueda hacer. ´Ahora quiero vivir y no me importa nada´ más ´los pesos queman’ y ´en cualquier momento explota todo´ hace que los consumidores opten por no dejar para mañana lo que pueden consumir hoy. La gente se está gastando los ahorros”.
Así graficó a Infobae el experto en consumo y director de la consultora W, Guillermo Olivetto, al ser consultado sobre los motivos que impulsan la demanda en un año en el que la inflación proyectada ronda el 150% de piso, los salarios pierden cada vez más valor y hay un nivel de incertidumbre política creciente.
De todas maneras, las realidades no son uniformes. Mientras que los sectores altos y medio altos siguen consumiendo y los del nicho medio bajo aguantan y hacen malabares (entre esos suman el 50% de la pirámide social), los de la base de la pirámide están mucho más complicados. “Ahí el tema es la comida. Además, el salario informal cayó 11%. La Argentina está más dual que nunca; hay dos realidades que conviven y hacen que luzca inentendible. Pero es un error pensar que sólo consumen los ricos”, agregó el analista.
La Argentina está más dual que nunca; hay dos realidades que conviven y hacen que luzca inentendible (Olivetto)
El último informe de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), que muestra los datos de consumo de mayo, refleja un estancamiento en términos desestacionalizados -es decir, en comparación con los datos de abril- y un avance interanual, pero de apenas 1,2%. De esta forma, el indicador de consumo que la entidad hace en conjunto con la consultora Ecolatina acumula en los primeros cinco meses del año un crecimiento de 3,8% respecto de igual período del año previo.
“Aunque todo indica que el consumo seguirá perdiendo dinamismo en los próximos meses. De hecho, a partir de enero se observa una tendencia bajista en las tasas de crecimiento interanual, pasando de un avance de 6,1% en el primer mes de 2023 al 1,2% actual actual”, precisó el documento.
Según remarca el informe de la CAC, este fenómeno se da en un contexto de severas restricciones y debilidades macroeconómicas que condicionan y restringen fuertemente el desempeño de la economía argentina y que, además, continúan la tendencia a acentuarse en el último tiempo.
Como resultado, agrega, el ingreso disponible de los hogares pasó a terreno negativo interanual el último trimestre de 2022 y desde ese entonces no solo se ha mantenido en rojo, sino que además ha profundizado su caída. Para junio se espera un dato aún peor.
En diálogo con este medio, el economista jefe de la CAC, Matías Bolis Wilson, enfatizó que el impacto de la sequía es enorme y que generará, sin dudas, un impacto en la economía real. ¿Por qué no se percibe todavía? Porque “el consumo amortigua con el desahorro de las familias o con endeudamiento; la gente no llega a comprar bienes más grandes, entonces gasta lo que le sobra. Y por otro lado, también juega el hecho de querer sacarse la plata de encima por la inflación”, planteó el economista, al tiempo que agregó: “El baño de realidad lo vamos a tener”, remarcó.
El ingreso disponible de los hogares pasó a terreno negativo interanual el último trimestre de 2022 y desde ese entonces no solo se ha mantenido en rojo
Los shoppings, por ejemplo, siguen mostrando niveles de consumo altos a pesar de la aceleración inflacionaria. Desde la Cámara Argentina de Shoppings Centers (Casc), su gerenta general, Silvia Acerbo, precisó que a nivel promedio país, las ventas de los centros comerciales se ubican “algunos puntos por encima de la inflación”, en tanto que el público creció 15% con respecto al 2022. Las estadísticas oficiales también reflejan un contexto todavía positivo para las ventas de los shoppings.
El Indec dio a conocer sobre el cierre de la semana el relevamiento de abril y registró una suba de 15,4% interanual en las ventas a precios constantes (ascendieron a $6.828 millones). En cuanto a los rubros, el que más creció es diversión y esparcimiento 230,5% nominal, seguido de perfumería y farmacia 173% y electrónicos, electrodomésticos y computación 171%. En el caso de la indumentaria, el aumento a precios corrientes (considerando la inflación) fue de 133,8%, cuando la inflación del sector en abril interanual fue del 120%. En este caso, los números que manejan en el sector de indumentaria marcan una caída de unos 15 puntos en términos de volumen.
Pero el índice de ventas en valores constantes con base 100 en 2017 se ubicó en 91,9 puntos, pese a que desde entonces la población creció poco más de 6%, de ahí surge que en seis años se acumuló una caída promedio por habitante de alrededor de 13 por ciento.
“Hay una desaceleración del consumo que se manifiesta fundamentalmente en el sector de bajo precio y el rubro informal. En Avellaneda y La Salada la venta está 30% abajo con respecto al año pasado. En cuanto a las marcas de shopping, venden con la financiación del Ahora 6 y Ahora 12″, dijo una fuente de la industria. Si bien es cierto que muchos consumidores de clase media comenzaron a visitar los locales de Avellaneda ante la fuerte disparada de los precios de la indumentaria de marca, cayó la venta principal de esos lugares, que es la mayorista, agregó la fuente.
Otro sector que refleja un buen dinamismo es el de hoteles y gastronomía, aunque se registran diferencias entre las ciudades turísticas, como puede ser la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Iguazú, Ushuaia, Calafate o Bariloche, y otras localidades del interior del país que no tienen este atractivo. El presidente de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica (Fehgra), Fernando Desbots, remarcó que el consumo es bueno y que este fin de semana largo que pasó hubo bastante movimiento debido al Previaje.
Otro sector que refleja un buen dinamismo es el de hoteles y gastronomía, aunque se registran diferencias entre las ciudades turísticas
“A nivel nacional, hay destinos turísticos que por naturaleza tienen movimiento a raíz del turismo extranjero. Pero en las capitales, el consumo se vio diesmado. En Capital Federal, si bien hay zonas de mucho movimiento, como Palermo, en otras como Microcentro o Puerto Madero hay locales en alquiler”, precisó el dirigente.
La problemática, remarcó Desbots, es la pérdida de rentabilidad, ya que en la gastronomía es más lineal el traslado de la inflación a los precios, pero en la hotelería hay un desfase entre el momento de la reserva y el pago final, por lo que hay riesgo de perder contra el IPC.
Un sector que comenzó a registrar caída es el consumo masivo, especialmente en el canal tradicional, y con más fuerza en el AMBA. Los datos de la consultora Scentia de mayo reflejan una merma en las unidades vendidas en mayo del 3,1%, explicado por la contracción de 12,4% de los autoservicios independientes, ya que las grandes cadenas mostraron un crecimiento del 7,8%. Dentro de los autoservicios, los del AMBA cayeron 29 por ciento.
La diferencia entre canales sigue siendo explicada por la brecha de precios de hasta 100% en algunos casos en favor del canal moderno debido a su participación en Precios Justos. Pero también se debe al menor poder adquisitivo de las localidades donde no existen los grandes supermercados. “El consumo masivo en mayo acusó el primer golpe fuerte: 3% de caída. Parecería empezar a sentirse un menor nivel de actividad que se prevé se note más en el segundo y tercer trimestre”, enfatizó Guillermo Olivetto.
Se supone que se tiene que frenar por la recesión, pero todavía no se nota demasiado (Olivetto)
De todos, y pese a algunos sectores que empiezan a mostrar desaceleración o caídas, a nivel general el consumo resiste. ¿Por qué? Porque los pesos cada vez valen menos y como cuesta acceder a bienes durables (una propiedad o un auto) o a viajar al exterior, no hay propensión al ahorro y los consumidores buscan satisfacer sus deseos de corto plazo. El director de la consultora W remarca que eso ocurre porque hay trabajo, mucho de poco ingreso, pero empleo al fin.
“Nosotros vemos que hasta una parte de la clase media baja sigue este patrón, más de lo que se podría haber creído. Se supone que se tiene que frenar por la recesión, pero todavía no se nota demasiado”, afirmó Olivetto, quien mencionó como un dato no menor el cambio de mentalidad que la pandemia provocó en la sociedad y que motiva mucho más a “vivir el hoy”.
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