El Banco Central ya emitió más de $1 billón para financiar las cuentas públicas. La cifra excede por lejos la meta acordada con el FMI para el primer semestre del año, que impone un tope a la asistencia directa del BCRA al Tesoro de $373.000 millones. Esa cifra permitida en concepto de adelantos transitorios ya fue consumida prácticamente en su totalidad la semana pasada cuando el Central giró $140.000, que se sumaron a los $230.000 ya enviados en marzo y abril.
Sin embargo, esa no es toda la ayuda que recibió el Ministerio de Economía de parte de la autoridad monetaria. Por el contrario, la entidad emitió el doble de ese monto para comprar deuda en pesos en el mercado secundario a otros organismos públicos, que a su vez vuelcan esos pesos recién salidos de la máquina de imprimir a las licitaciones primarias del Tesoro para renovar compromisos y obtener nuevo financiamiento. Esa operatoria es un atajo para sortear el límite impuesto por el FMI que encontró el Gobierno a mediados del año pasado cuando surgieron las primeras dificultades para renovar la deuda en pesos. El organismo, por su parte, hizo la vista gorda y su puesta en práctica se volvió recurrente.
A tal punto se aplicó que el BCRA compró entre marzo y abril $740.000 millones de bonos en pesos, cifra que coincide con el financiamiento neto obtenido por el Tesoro.
Así, el monto total de auxilio del Central alcanzó, hasta ahora, $1,1 billón y esa cifra sigue trepando. La próxima semana, el viernes 19, vencen $371.000 millones mientras que el martes siguiente se deberán afrontar compromisos por $140.000 millones y una semana después otros $476.000 millones. En total unos $987.000 millones, que se esperan surjan esencialmente de bancos públicos y el Fondo de Garantía de Sostenibilidad (FGS), a los que el Central les adquiere parte de su tenencia existente para dotarlos de la liquidez necesaria.
A esa masa de pesos emitidos, que aunque pase inadvertida bajo el radar del Fondo, tiene impacto en los índices inflacionarios, se le suma la emisión por el dólar soja 3 que fue menor a la prevista dados los magros resultados de la medida. Dado que no funcionó tal como se esperaba, la recaudación por las retenciones provenientes de las exportaciones liquidadas de granos tampoco se percibirán por lo que la diferencia de todos modos será cubierta con emisión monetaria, ante la renuencia de inversores privados a aumentar el financiamiento al Estado.
Pero el impacto en las cuentas públicas de la caída de recursos es de tal magnitud que esa estrategia resulta insuficiente. Así es que desde el Palacio de Hacienda recurrieron a todos los depósitos del sector público disponibles, tanto en pesos como en dólares, para aplicarlos a financiar las cuentas. Esto se evidenció también la semana pasada, en consonancia con el adelanto transitorio que el 4 de mayo el Central aportó al Tesoro.
“El jueves 4 tenían que hacer un pago al FMI de USD 800 millones (equivalente a $180.000 millones) y tenían solamente USD 379 millones, además de $22.922 millones. En total $111.000 millones. No alcanzaba y se pidió el adelanto. Al día siguiente, los depósitos totales, pesos y dólares, eran de $83.000 millones”, explicó Sebastian Menescaldi, director de la consultora económica EcoGo.
El retiro de depósitos en dólares por parte del propio Estado se suma al goteo por parte de los ahorristas privados, que tiene un cierto impacto en el nivel de reservas brutas. En el último mes, de acuerdo a las estadísticas oficiales, los depósitos en dólares cayeron unos USD 1.000 millones, lo que deja en USD 15.300 millones el stock total.
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