El Banco Central de la República Argentina (BCRA) modificó normas contables que lo llevaron a reconocer una pérdida de casi 44 billones de pesos en el balance correspondiente a 2023. Este monto representa unos USD 54.000 millones al tipo de cambio oficial de $808,45 al 29 de diciembre del año pasado.
Según un comunicado de prensa conocido este viernes, estos cambios se realizaron para ajustar sus números a la metodología internacional. “Estas adecuaciones en materia de valuación contable significaron, al 31 de diciembre de 2023, el reconocimiento de una pérdida por $41.555.355 millones respecto a las Letras Intransferibles, y de $2.315.415 millones respecto de los Adelantos Transitorios”, precisó la autoridad monetaria que preside Santiago Bausili.
La entidad explicó que “el principal impacto de esta adecuación se observa en los criterios de valuación de las Letras Intransferibles y Otras Letras del Tesoro Nacional en dólares estadounidenses, así como de los Adelantos Transitorios al Gobierno Nacional”. Y argumentó que “anteriormente, para la valuación de ambas exposiciones con el Sector Público (Letras Intransferibles y Adelantos Transitorios) se utilizaban los criterios de “Valor Técnico” y “Valor Nominal”, respectivamente, dos criterios no aceptados por las normas contables profesionales argentinas vigentes para la valuación de créditos similares”.
El BCRA indicó que el reconocimiento de la pérdida patrimonial elimina la posibilidad de recurrir a las transferencias de utilidades contables para financiar al Tesoro
Al blanquear esta cálculo, que le permitía a la anterior administración registrar ganancias contables que no eran reales, las actuales autoridades del BCRA establecieron “con vigencia efectiva a partir de los estados contables al 31 de diciembre de 2023 que la valuación de los instrumentos mencionados se realizará a “costo amortizado considerando el límite del valor recuperable”, criterio dispuesto por las normas contables profesionales argentinas vigentes.
Según señaló el BCRA “la medida adoptada permitió eliminar las diferencias significativas en la valuación de los instrumentos mencionados con las normas contables profesionales argentinas vigentes, arribando a una medición objetiva del Patrimonio Neto como diagnóstico de la situación inicial heredada por el presente Directorio”.
La adecuación normativa reveló una pérdida anual de $41.555.355 millones por las Letras Intransferibles, y de $2.315.415 millones por Adelantos Transitorios
“Esta adecuación constituye el primer paso en dirección a presentar los estados contables en base a las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), tal cual se aplica a las entidades financieras en Argentina”, agregó el comunicado de prensa.
Asimismo, el BCRA afirmó que “el reconocimiento de la pérdida patrimonial citada, elimina la posibilidad de recurrir a las transferencias de utilidades contables (que poco reflejaban la real situación económica y financiera de la Institución) como mecanismo alternativo de financiamiento monetario al Tesoro, consistente con el compromiso de déficit cero y la eliminación del financiamiento monetario”.
A partir de ahora la tenencia de Letras Intransferibles y Letras del Tesoro en dólares, así como Adelantos Transitorios, se calcula en base a su valuación a “costo amortizado considerando el límite del valor recuperable”
Este recurso fue usado por todos los gobiernos a partir de 2003, aunque profusamente utilizado durante el gobierno de Alberto Fernández y también durante la segunda presidencia de Cristina Kirchner, períodos en los cuales fue moneda corriente el giro de utilidades que se generaba de la mano de la devaluación, pues al subir el tipo de cambio oficial, la tenencia en el activo del Central por las Letras Intransferibles y Otras Letras del Tesoro en dólares crecía -medida en pesos- en la misma proporción del salto del dólar, que en los registros contables de la entidad se informaba como una ganancia por la supuesta administración de esos bonos públicos en cartera.
Solo durante los cuatro años de la presidencia de Alberto Fernández las transferencias de utilidades alcanzaron los $2,8 billones ($2.764.694 millones).
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