Luego de que la Cámara de Casación ratificara sus condenas a prisión perpetua por el crimen de Fernando Báez Sosa, dos de los rugbiers presos cambiaron de abogado. Se trata de Máximo Thomsen y Matías Benicelli, quienes tomaron la decisión de no continuar el vínculo legal con Hugo Tomei, el letrado que los había representado desde que inició el proceso.
Ahora, Carlos Attías asumió la defensa de Benicelli, mientras que Francisco Oneto -conocido en el ambiente político tras su postulación como candidato a vicegobernador de Buenos Aires por La Libertad Avanza acompañando la lista que encabezaba Carolina Píparo- hizo lo propio con Thomsen, según confirmaron fuentes del caso a Infobae.
La siguiente instancia judicial es la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires. Los defensores tienen unos días más para presentar recursos extraordinarios en el intento de revertir la situación de sus clientes.
De acuerdo a lo que pudo saber este medio, en su momento Tomei se involucró en el caso por cuestiones familiares. El abogado es padrino de bautismo de Emilia Pertossi, la hermana de Luciano y Ciro y prima de Lucas, tres de los detenidos. Ella, además, es empleada de su estudio. Distintas fuentes de Zárate hablaron incluso de una gran relación de amistad con el padre de los Pertossi.
Por otro lado, María Paula Cinalli, madre de Blas, otro de los condenados, es la hermana de María Elena Cinalli, madre de Ciro y Luciano Pertossi. “Ante esto, ya de por sí, tenía compromiso para defender a cuatro de ellos. Luego el resto, sin posibilidades económicas para costear otro abogado, se fueron sumando y por eso se generó la defensa conjunta”, contaron las fuentes.
Sin embargo, desde el entorno de Attías consideraron que la defensa unificada de los ocho fue “nula e ineficaz”, ya que “había intereses contrapuestos entre los autores y los que estaban al lado”.
En ese sentido, las fuentes aseguraron que Benicelli tuvo la intención de declarar y aclarar las cosas durante el proceso, pero que “lo obligaron a mantenerse callado” y que no pudo contratar a otro letrado porque, ante tal caso, “le decían que los demás acusados iban a declarar en su contra”. Incluso, dicen que el detenido se enteró de la manchas de sangre de la víctima en la ropa y el calzado en el mismo día de la audiencia. “En definitiva, nunca eligió su derecho a defensa”, afirmaron.
“Al estar callados, los jueces no tenían otra alternativa que juzgarlos a todos con la misma vara”, razonaron los allegados a Benicelli. Frente a ese contexto, plantearán “que sea juzgado nuevamente con todas las garantías procesales. Que declare, que aclare y que acompañe la prueba respaldatoria de su descargo, y después que los jueces decidan si lo absuelven, lo condenan o lo condenan a otra escala penal, por otro delito”.
Fernando fue asesinado el 18 de enero de 2020 frente a la discoteca Le Brique en Villa Gesell, luego de mantener una discusión con sus atacantes en el interior del boliche. El caso generó una profunda conmoción pública. Tres años después, en febrero del año pasado, el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores condenó a prisión perpetua a Ciro Pertossi, Enzo Comelli y Luciano Pertossi, además de Thomses y Benicelli. En tanto, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi recibieron penas de 15 años de cárcel como partícipes secundarios.
Las condenas quedaron firmes tras el fallo de los jueces de la Sala II -Fernando Mancini y María Florencia Budiño-, quienes consideraron que el homicidio de Fernando se cometió con premeditación, con el concurso de dos o más personas.
Si bien las penas no se modificaron, los magistrados sí cambiaron la calificación, al considerar que los asesinos no actuaron con alevosía.
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