Una vez dolarizada la economía, la población podría obtener la divisa con otros bienes, exportando o atrayendo capitales del resto del mundo y los que están fuera del sistema bancario argentino.
Una variante, indirecta, sería volver a un régimen en el que el BCRA pueda emitir pesos contra dólares en las reservas (Convertibilidad), según demanden. En ese caso, la entidad monetaria se independizaría del gobierno de turno. sin determinar la política de emisión, y no se opone a la Constitución. En la Argentina, se disfrutó de la estabilidad que trabajo la Convertibilidad, entre 1992 y 2001, sin objeciones jurídicas.
La mayoría de los países entiende que para ganar las ventajas de las monedas fiduciarias (obviar el respaldo en activos valiosos) el alza de precios debe ser de magnitud aceptable, en el rango de un dígito porcentual al año. De lo contrario, la población sustituiría las tenencias de base monetaria, expandiendo las de dólares y de otros activos.
La mayoría de los países entiende que para ganar las ventajas de las monedas fiduciarias el alza de precios debe ser de magnitud aceptable, en el rango de un dígito al año
La inflación en la Argentina no es sólo obra de la expansión monetaria, se añade también el cerramiento de los mercados por las crecientes restricciones comerciales, coartando las variedades de mercancías, ocupaciones y productos. Es decir, las empresas y personas ven crecientemente trabadas sus actividades.
Recortadas las hojas de ruta para decidir sus movimientos personales, crece la pobreza. El Indec debiera aceptar que un ambiente con obstáculos comerciales en alza impide mediciones de precios certeras. Ni las validan las metodologías aceptadas.
En todo el mundo, los habitantes de las zonas con mayor inflación han sido despojados de las señales, las hojas de ruta, hacia la prosperidad. Los gobernantes se reservan los mayores conocimientos y cunde la corrupción.
Para revertir ese proceso surge la propuesta de la dolarización, pero no se puede encarar sin dólares. Además, dolarizar no es para entregar dólares a cambio de pesos, sino para reformar el régimen monetario, asegurar el equilibrio de las finanzas públicas y conseguir la hoja de ruta hacia la estabilidad y prosperidad económica.
Dolarizar no es para entregar dólares a cambio de pesos, sino para reformar el régimen monetario, asegurar el equilibrio de las finanzas públicas y conseguir la hoja de ruta hacia la estabilidad y prosperidad
En estos días asombran los aumentos de precios de las mercaderías, principalmente los alimentos más esenciales y del dólar. Este fenómeno se repite en tiempos de incertidumbre política. Conocemos de sobra este proceso, explicado por David Hume hace más de 300 años, que empobrece, dañando el mecanismo de precisión de la coordinación productiva, por medio de precios y mercados libres de trabas.
La experiencia es que los gobiernos causantes de las crisis las exacerban, a fuerza de flamantes prohibiciones y “planes platita”. Para protegerse de algunas de estas circunstancias caóticas, los argentinos optaron por acumular activos en dólares por valor de unos 600.000 millones. El equivalente al PBI de un año. Los políticos responsables también.
De ahí que con la dolarización institucionalizada, se podría compartir las protecciones de los ahorros y evitar las crisis económicas endógenas.
Cómo fue el milagro económico alemán
Tras la Segunda Guerra Mundial la economía alemana se encontraba en ruinas, devastada por el conflicto. Al desastre de una población carente de alimentos, viviendas y trabajo, se sumaban los millones de humanos escapando de Europa Oriental. Faltaban 3,9 millones de viviendas y cuidar las víctimas de guerra, 600.000 niños vivían en establecimientos públicos, las industrias no tenían capital ni insumos para restaurar las industrias e infraestructura.
La moneda, era rechazada en las transacciones comerciales y proliferaba el trueque. El acaparamiento de los productos más fundamentales; el mercado negro; la especulación; los robos y la corrupción formaban parte de la miseria diaria. Esta situación se agravaba ante la total incertidumbre respecto al futuro político del país.
Con la llegada de la Economía Social de Mercado, surgió en la República Federal de Alemania un período que se bautizó como los “Treinta Gloriosos” (1946-1975), de abundancia y prosperidad (el crecimiento rondaba 7% anual, el desempleo cayó de 11% en 1950 al 0,7% de la oferta laboral en 1965. Se interrumpió con la crisis petrolera de 1973.
De 1945 a 1946, Ludwig Erhard sirvió como ministro de Economía de Baviera, una cartera que incluía la gestión de la masa monetaria y crediticia. A partir de 1948 dirige la administración de la economía de las zonas ocupadas por los aliados. Realiza la reforma monetaria e implementa la Economía Social de Mercado. Así, el 20 de junio de 1948 logró que se aprobaran tres leyes que prohibieron el déficit público, eliminaron todos los controles de precios y el sistema de racionamiento, crearon una nueva moneda y pusieron límites a la política monetaria del banco central.
La población buscaba cierta estabilidad económica y política. Para responder a estas demandas, la CDU se presentó como el partido de las reformas económicas y sociales. Su eslogan era “Seguridad. ¡No experimentos!”.
Con la radical reforma monetaria se canceló de inmediato el Reichsmark, que dejó de tener curso legal y fue sustituido por el Deutsche Mark
Con la radical reforma monetaria se canceló de inmediato el Reichsmark, que dejó de tener curso legal y fue sustituido por el Deutsche Mark. Cada alemán recibió únicamente una cuenta de 60 DM pagadera en dos veces y cada empresa recibió también 60 DM por empleado, anulando así el 90% del valor de la antigua moneda. Desapareció de inmediato el mercado negro y el trueque.
Para obtener dinero, los alemanes se ven obligados a trabajar, los comercios se vuelven a llenar de mercancías. la demanda supera ampliamente la oferta, ocasionando un alza de los precios que favorece una producción libre de trabas que, en tres meses, pasa del 45% al 75% del nivel de 1936. En contraste, la zona bajo control soviético prohíbe el uso de los nuevos marcos. Una consecuencia inmediata es la depreciación del marco oriental.
Para contrarrestar, los rusos emprenden el 24 de junio de 1948 un bloqueo de Berlín Occidental que durará un año. En diciembre de 1948, los sindicatos convocan una huelga general “para acabar con las draconianas condiciones que la economía de mercado impone”. Esta huelga tiene un importante costo para Alemania, se pasa de 760 000 parados a finales de 1948 al doble en 1949 y alcanza los 2 millones en febrero de 1950.
El 15 de julio de 1949, la CDU adopta un programa auténticamente liberal y gana las elecciones legislativas de agosto. Elegido diputado, Ludwig Erhard pasa a ser ministro de Economía en el gobierno de Konrad Adenauer. En septiembre de 1949, devalúa el Deutsche Mark 20%, la economía en conjunto se hace competitiva y en 1952 Alemania genera su primer excedente comercial.
El autor es director de BG Consulting
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