La llegada a Buenos Aires de un funcionario del Tesoro de los Estados Unidos y, la semana que viene, de uno de los más altos mandos del Fondo Monetario Internacional, podría darle, en los próximos días, un empujón más a un proceso que comenzó de manera silenciosa entre la Casa Rosada y Washington: la exploración de chances concretas hacia un programa nuevo, que pueda incluir desembolsos para el Banco Central y enmarcado en un nuevo set de políticas económicas.
El primer paso lo dio el subsecretario de Finanzas del Departamento del Tesoro de EE.UU., Brent Neiman, que llegó este miércoles a Buenos Aires y permanecerá hasta el viernes. En su primer día tuvo reuniones con funcionarios del Banco Central, entre ellos el presidente Santiago Bausili. Se espera que también tenga agenda con el Ministerio de Economía, pero no con el presidente Javier Milei.
No es el primer enviado del departamento que encabeza Janet Yellen a Buenos Aires, ya que hace semanas el subsecretario de Asuntos Internacionales del Tesoro Jay Shambaugh (a quien responde Neiman) ya había conocido de primera mano las impresiones del equipo económico sobre el plan del gobierno libertario. “Durante su visita, Neiman hablará sobre los esfuerzos de estabilización macroeconómica realizados hasta la fecha por la administración Milei y sobre las reformas adicionales propuestas”, indicó el organismo desde Washington.
El Tesoro norteamericano sigue bien de cerca el desarrollo del programa económico de Milei. Hace pocas semanas, tras un mano a mano entre Yellen y Caputo, le dio por primera vez un visto bueno y apoyo en términos generales y con advertencias sobre el impacto de las medidas iniciales sobre los sectores más vulnerables de la población. Un lenguaje similar al que utilizó el Fondo Monetario para plantearle al Poder Ejecutivo que proteja el poder de compra de las jubilaciones y de la asistencia social.
Dentro de dos semanas, por su parte, llegará a la Argentina el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, el economista chileno Rodrigo Valdés, para participar de un panel organizado por IEFA Latam Forum. Si bien no será parte de una misión oficial del organismo, se espera que en su paso por Buenos Aires tome contacto con funcionarios del equipo económico. Sería la segunda visita de un alto mando del FMI en un mes, tras el paso de Gita Gopinath, la subdirectora del organismo.
Caputo este martes aseguró que hay conversaciones preliminares, de carácter técnico, entre el Poder Ejecutivo y el Fondo Monetario para pasar en limpio si es viable la firma de un programa nuevo y con qué condiciones podría llegar, un proceso que en rigor comenzó hace algunas semanas y que había anticipado Infobae.
En esa agenda hay temas para limar asperezas, sobre medidas en curso y otras que planifique concretar el equipo económico en los próximos meses. En algunos tópicos hay posiciones encontradas, porque el manual del staff del FMI no ve con buenos ojos algunas medidas de política económica como un ancla cambiaria que pierda competitividad o que las tasas de interés sean negativas contra la inflación.
El FMI cree que el Banco Central debería acelerar el ritmo en el que devalúa el tipo de cambio oficial, de 2% mensual, para evitar tener que realizar, en algún momento, un salto brusco del dólar. El tipo de cambio real multilateral medido por el BCRA fue perdiendo competitividad desde la devaluación de hace tres meses, pero todavía se ubica levemente por encima del que tenía en diciembre de 2015 con el desarme del cepo cambiario.
En el Gobierno descartan una corrección cambiaria por la vía de un salto o de una aceleración del crawling peg porque implicaría, aseguran “un piso más alto para la inflación y necesitamos bajarla lo más rápido posible”. Esa idea les trasmitió Caputo a empresarios en los últimos días y también lo planteó ante los técnicos del Fondo Monetario.
Respecto a la tasa de interés, posiblemente el staff no haya visto con buenos ojos el recorte hasta 80% nominal anual para la tasa de referencia. El FMI, de hecho, propicia que el interés de los pesos sea positiva contra la inflación esperada. Algo así había ya dejado saber en su último reporte técnico. “Se espera que la política monetaria evolucione para respaldar la demanda de dinero y la desinflación, incluso mediante el establecimiento de un ancla nominal”, había sugerido.
La idea de que el Fondo Monetario otorgue dólares adicionales al Banco Central es una posibilidad cercana, que podría estar vinculado a una salida del cepo cambiario. Si bien no arriesgan una cifra, creen que lo ideal antes de una medida de esa naturaleza es que el colchón de reservas muestre, al menos, un nivel de reservas netas en terreno positivo. Milei aseguró que la distancia hacia un desarme de los controles cambiarios es de USD 15.000 millones. La discusión con el FMI también versará sobre cuál será el ancla nominal para los próximos meses. El Gobierno es más proclive en utilizar al tipo de cambio, pero para eso necesitará la plata del Fondo como reaseguro.
La Casa Rosada necesitará apoyos en el directorio del Fondo Monetario y ya comenzó a hacer alguna aproximación a los votos más relevantes en el board. En los próximos meses el Fondo también atravesará su propia campaña política. Este miércoles el organismo anunció el inicio de las candidaturas para elegir al próximo director gerente. El mandato de Kristalina Georgieva termina el 30 de septiembre pero tiene posibilidad de reelección, y la Unión Europea respalda la continuidad de la economista búlgara para que continúe en su cargo durante cinco años más.
Caputo va ahora en dirección a una segunda etapa del programa económico que inauguró en diciembre con las medidas de emergencia como la devaluación del tipo de cambio, el descongelamiento de precios, el aumento del impuesto PAIS, la reducción de la deuda comercial importadora a través de la emisión de bonos en dólares por parte del Banco Central y un ajuste inmediato del gasto público. En esta segunda etapa, el Gobierno –y el FMI– ya tienen identificado el camino a seguir: la eliminación de controles cambiarios. Está en discusión aún el timing, pero hay consenso en que para eso necesitará el BCRA un colchón de divisas que el Fondo Monetario podría aportar.
En términos de impuestos hay uno que el FMI identifica como clave para equilibrar las cuentas fiscales: el retorno de la cuarta categoría de Ganancias, que fue eliminada por el Congreso con impulso del entonces candidato presidencial Sergio Massa a fines de 2023. Es un tributo que es protagonista de un tira y afloje permanente entre el Gobierno nacional y los gobernadores provinciales al ser coparticipable. Aún no está claro si ese tributo será restituido y quién aceptará pagar el costo político de que unas 800 mil personas vuelvan a ser objeto del impuesto.
El debate sobre los tiempos es más nebuloso: en el Gobierno ponen paños fríos a un supuesto apuro para cerrar un programa nuevo de manera inminente y aseguran que hay tiempo hasta noviembre, cuando tiene lugar la última revisión trimestral del Extended Fund Facility (EFF) actual. De todas formas, en el Fondo Monetario abrieron una puerta para una resolución más rápida: la próxima instancia de negociación técnica formal es en abril, en ocasión del octavo examen de cumplimiento de metas.
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