A pesar de la calma en el frente cambiario, una nueva particularidad que se registra desde hace ya varios días concentra cada vez más la atención de los operadores: el dato a monitorear ya no es sólo la brecha entre el dólar financiero y el oficial, que se mantiene en niveles mínimos, sino la diferencia entre las cotizaciones del dólar financiero que empezó a llamar la atención. Esa nueva brecha del dólar, en este caso entre el dólar MEP y el CCL (contado con liquidación) podría ampliarse en los próximos días, tras la nueva reglamentación de la CNV que facilita el acceso a importadores. Se prevé que el CCL podría sumar una demanda en torno a los USD 2.000 millones, lo que apuntalaría su cotización por encima de los USD 1.050 mientras que el dólar Bolsa se ubica en torno a los 995 pesos.
Esa brecha, denominada “canje” en la jerga financiera, no tiene para los analistas una explicación evidente en el marco de las restricciones que persisten en el acceso a las divisas al tipo de cambio oficial. Sin embargo, se presume que detrás del retroceso en el precio de una de las variantes del dólar financiero y el precio sostenido de la otra se encuentra un cambio de comportamiento de los importadores que permite, a su vez, acumular más dólares al Banco Central.
De hecho, la autoridad monetaria compró hoy una abultada suma de USD 468 millones debido al aumento de volumen estacional de ingreso de dólares ante el inicio de la cosecha gruesa. Se trata de la mayor compra desde mayo del año pasado. En contrapartida, la demanda para el pago de importaciones se mantiene acotada, a pesar de que el Banco Central ya debe afrontar 100% de los pagos según el calendario que se definió en diciembre del año pasado. Pero la caída de la actividad, en parte, mantiene en un bajo nivel esas operaciones comerciales.
Por otra parte, desde la consultora 1816 consideraron que, ante la casi nula brecha cambiaria si se considera el impuesto PAIS, los importadores probablemente se estén retirando del mercado oficial y operan directamente en los diferentes segmentos del dólar financiero. En algunos casos, incluso a pesar de perder, precisamente, acceso al MULC (mercado único y libre de cambios) dadas las restricciones cruzadas que impone el cepo aún vigente; y en otro casos, gracias a la habilitación oficial para operar en ambos mercados si es que la empresa en cuestión suscribió el bono para los importadores, el Bopreal.
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“Con la brecha cambiaria tan baja, es posible que en estos meses haya habido muchos importadores que decidieron darse de baja del MULC, pasando a pagar sus compromisos vía CCL”, apuntó la consultora que explicó el eventual mecanismo: si esos importadores contaban con dólares en sus cuentas, de los que no podían desprenderse dadas las regulaciones mientras mantenían actividad en el mercado oficial, “quizá ahora los estén vendiendo vía MEP generando una oferta constante”. Eso implicaría, según los analistas, que la deuda comercial que surge de la diferencia entre los pagos del Banco Central y las importaciones devengadas, no es tan alto ya que parte de esas importaciones devengadas se está pagando por fuera del mercado oficial en vez de acumularse como deuda.
Por otro lado, el CCL sumaría a partir de ahora mayor presión lo que pondría un piso a su precio, a su vez garantizando un tipo de cambio algo más favorable a los exportadores que liquidan 20% de sus ventas a través de ese mercado.
Una reglamentación de la CNV autorizó a aquellos que suscribieron el Bopreal a comprar CCL para completar los pagos de importaciones con las mismas condiciones que la compra del bono. Esa posibilidad complementa el monto a pagar al exterior por la diferencia entre el valor nominal comprado del Bopreal y el valor al que el importador vendió esos bonos. El acceso al CCL por esa diferencia podría sumar, según Aurum Valores, más de USD 2.000 millones. “Como ejemplo, si alguien compró Bopreal por USD 100 valor nominal y lo vendió a USD 70 en el mercado secundario, queda habilitado a acceder al CCL por los USD 30 restantes sin perder acceso al MLC. En términos agregados, si el BCRA colocó ese bono a los importadores por USD 8.000 millones, si todos ellos los hubieran vendido a 70% de paridad contra CCL, habrían pagado importaciones por USD 5.600 millones quedando habilitados a partir de ahora a demandar un máximo de CCL por USD 2.400 millones”.
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