El polvo de la corrida cambiaria de fines de abril parece haberse asentado al menos por ahora y las opciones de ahorro conservadoras por excelencia, el depósito a plazo fijo y el billete verde, se reacomodaron en nuevos niveles. Junio y el aguinaldo que está por llegar para los trabajadores en relación de dependencia encuentra a dólar libre cerca de los $500 por unidad, múltiples tipos de cambio y a la tasa de interés rozando al 100 por ciento.
A poco de alcanzar la mitad de año conviene, entonces, repasar cuáles son los resultados parciales que obtuvieron hasta el momento esas opciones de inversión en valores nominales, pero principalmente reales (luego de deducir el efecto de la inflación).
El plazo fijo, la inversión bancaria minorista más sencilla, gozó de cuatro subas de tasa de interés de referencia del Banco Central en lo que va del año. Dos de ellas en abril. El ahorrista que colocaba depósitos a plazo a principios de año tenía por delante una tasa nominal anual del 75% -una tasa efectiva mensual del 6,16%- y hoy coloca al 97% nominal anual -un rendimiento efectivo mensual del 7,97 por ciento.
De todas formas, la suba de tasas que trató sin éxito de correr a la par de datos de inflación creciente, recién está empezando a ser percibida por los ahorristas. Con tres cambios de tasa en menos de un mes, es imposible colocar más de un plazo fijo de 30 días en ese período.
Con lo cual, el que depositó $100.000 a fin de 2022 a una tasa del 75% anual y fue renovando cada 30 días -tanto capital como intereses- hasta colocar al 91% nominal anual a principios de mayo, estará cobrando en estos días $136.851 sumando capital e intereses, algo menos del 37% de rendimiento nominal.
Hasta mediados de abril el ahorrista en pesos venía ganando al juego del “carry trade”
Hasta mediados de abril el ahorrista en pesos venía ganando al juego del “carry trade”, ya que obtenía ganancias en dólares por sus inversiones en pesos: la tasa rendía más que el avance del dólar. Pero la escalada del dólar libre en la segunda mitad de ese mes terminó por inclinar la balanza en favor de los dolarizados.
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El dólar libre terminó 2022 en $346 y cerró mayo en $492 para la venta. Para la compra, que es el precio al que le tomarían esos dólares de vuelta, terminó el mes en $485 por unidad. Así, el hipotético ahorrista que hubiera colocado $100.000 en billetes a fines del año pasado tendría hoy USD 289 que se traducen a pesos en $140.173,41 en total. Algo más de $3.000 más que el que optó por el plazo fijo.
Dejando de lado el dólar ahorro -sólo 724 mil personas pudieron comprarlo el mes pasado, y nunca por montos equivalentes a $100.000- existe otra opción sin restricciones. El dólar MEP. Y, de las tres, fue la más conveniente.
El dólar MEP terminó 2022 a $327,94 y al final de mayo estaba en $467,03 por unidad. De nuevo, quién hubiera colocado $100.000 en su momento tendría hoy casi USD 305 que se traducirían, en pesos, a $142.413 en total. Algo más de $2.000 más que el dólar libre y $5.000 más que el plazo fijo.
Por debajo de la inflación
El dato de inflación de mayo todavía es una incógnita, por lo que el rendimiento en términos reales de las opciones preferidas de los ahorristas más conservadores todavía no puede medirse contra la marcha de los precios. Pero si las expectativas de una inflación en torno al 8,5% se cumplen, el acumulado en cinco meses superaría el 43% y todas las opciones habrían perdido capacidad adquisitiva.
Si las expectativas de una inflación en torno al 8,5% se cumplen, el acumulado en cinco meses superaría el 43% y todas las opciones habrían perdido capacidad adquisitiva
Un plazo fijo UVA precancelable, por su parte, estaría rindiendo algo más del 37% en lo que va del año (partiendo de la base de que se coloca a 90 días y el segundo plazo fijo consecutivo todavía tendría 30 días por delante), pero su rendimiento va a estar determinado por el dato de inflación de mayo.
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