Según el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) que calcula el Banco Central, la competitividad de la economía medida por el valor relativo del peso argentino tocó inmediatamente después de la devaluación del 13 de diciembre –cuando el dólar mayorista escaló 118% a $800– los 169 puntos, un nivel muy alto si se tiene en cuenta una base teórica de 100 puntos, del 17 de diciembre de 2015, cuando se liberó el mercado de cambios en el inicio de la presidencia de Mauricio Macri.
Así, en un solo día el ITCRM saltó a un máximo en 18 años, desde un piso de 77 puntos el 12 de diciembre -que revelaba el enorme atraso cambiario que dejó la gestión de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía-, un nivel mínimo solo comparable con el exhibido en los últimos meses de la presidencia de Cristina Kirchner.
Estos 169 puntos representan el nivel más elevado del ITCRM desde el primer bimestre de 2006, durante la administración de Néstor Kirchner, luego de la total cancelación de la deuda con el FMI por USD 9.498 millones, el 3 de enero de aquel año. Para ponerlo en contexto, el ITCRM batió a comienzos de 2002 un récord de 200 puntos por el colapso de la convertibilidad, cuando el dólar mayorista subió de uno a 3,90 pesos. Asimismo, el dólar a 60 pesos posterior a las PASO de 2019 implicó un ITCRM de 148 puntos.
Un punto a destacar es que este salto cambiario reciente tiende a consumirse a una velocidad mayor que en procesos anteriores, dado el shock inflacionario que podría impulsar al IPC de diciembre al 30%, con una inercia que impediría reducir esta tasa por debajo del 20% mensual en enero y febrero. En dos semanas transcurridas entre el 13 y el 27 de diciembre el ITCRM se redujo en 7 puntos, a los 162 puntos.
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Abona a este sendero de rápida apreciación del peso la intención oficial de sostener un crawling peg -devaluación gradual- a un ritmo de solo 2% mensual hasta marzo, que anticiparía una fuerte corrección cambiaria pasado el verano.
“Pensando hacia adelante, destacamos que las restricciones cruzadas de operación en MULC/contado con liquidación siguen vigentes, lo que achica el universo de demandantes. Entendemos que, si hay una salida de los controles de cambios, podría haber cierta presión al alza debido a los pesos cautivos, principalmente de importadores”, indicaron desde Portfolio Personal Inversiones. La consultora calculó que un dólar mayorista de 807 pesos hoy representa unos 901 pesos del 13 de diciembre, solo por aplicarle la inflación de ese corto período.
“Hubo un formidable achicamiento de la brecha, que se fue de 154% al 16%, por lo tanto la recepción que el mercado le dio al tipo de cambio fue formidablemente buena, no se puede esperar nada mejor que esto dadas las condiciones en que está Argentina”, aportó Germán Fermo, estratega de mercados internacionales del Grupo IEB (Invertir en Bolsa).
El economista y asesor de negocios Salvador Di Stefano subrayó que “en el corto plazo cayó la brecha. Es un fenómeno transitorio, porque desde el exterior regresan dólares para gambetear el pago de impuesto a los bienes personales. Cuando dejemos atrás esta coyuntura volvería la brecha, probablemente no a niveles del 100%, pero no la vemos debajo del 40%. El dólar a estos precios es un muy buen negocio”. Asimismo, estimó que “el cepo no podrá desaparecer hasta tanto la economía argentina no muestre superávit fiscal y un Banco Central capitalizado”.
“Si se compara con otro período de fuerte apreciación del peso, como fue al final del segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (diciembre de 2015), el actual TCRM se halla un 50% por arriba de aquel período, y un 4% superior al de dic 2019, último mes de la Administración Macri” indicó en un informe el IERAL de la Fundación Mediterránea
“Pero dado que también se anunció que el tipo de cambio oficial nominal seguirá un crawling peg de 2% mensual, si la inflación resulta, por ejemplo, del 25% en diciembre y del 20% en enero, ya en febrero algunos tipos de cambio efectivos reales, como trigo, carne, no tradicionales y dólar tarjeta, la variación efectiva podría ubicarse en valores negativos”, enfatizó el IERAL.
“Con una ‘brecha’ que testeó niveles mínimos del 10%, los operadores se encuentran atentos a dicha dinámica combinada con tasas en pesos en descenso y un crawling-peg de sólo el 2% ya que, de no haber cambios, podría derivar a futuro en una ampliación. Ello podría ir sucediendo gradual y ordenadamente desde ahora aunque posiblemente con más decisión hacia febrero a partir de la reversión de la mayor demanda de dinero actual, momento que también podría ir marcando un agotamiento de las tácticas de trading, y así es que podría requerirse de una convergencia en el ritmo entre las tasas y el dólar, ya que el fuerte proceso de ‘licuación’ podría ir activando una mayor demanda cambiaria”, resumió Gustavo Ber, economista del Estudio Ber.
“Cuando se corrige la serie del tipo de cambio real de diciembre ajustándola por la inflación esperada actual (27,7%) en lugar de usar la mediana del REM ‘viejo’ como hace el BCRA (17,1%), el tipo de cambio real actual ya se ubica debajo del dólar de $60 post PASO 2019″, subrayaron los expertos de Aurum Valores.
¿Cuándo podría efectuarse el siguiente shock cambiario? “En este momento estamos en un período de alta demanda estacional de pesos, por eso el dólar no va a rebotar; pero suele darse vuelta en febrero. De todos modos hay que destacar que el achicamiento de la brecha se da en un contexto de fuerte caída en las tasas de interés. La de Plazos Fijos pasó de 10,9% a 9,2% y la de Política Monetaria de 11% a 8,6%, en todos los casos es Tasa Efectiva Mensual”, precisó Walter Morales, presidente y estratega de Wise Capital.
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