El fin del primer semestre fue para el Gobierno el período más complejo desde que asumió, al menos en el frente que mejor le fue desde principios de año, el financiero.
Con una capacidad de compra de dólares para las reservas del Banco Central que sorprendió por lo baja y un escenario internacional que se complicó para los países de la región afectando sus monedas, junio trajo pocas buenas noticias.
Ni la aprobación de la Ley Bases y el Paquete Fiscal, cuya reglamentación avanza como prioridad absoluta de la gestión, logró desviar el viento de frente que comenzó a soplar y que amenaza, este mes, con soplar con más fuerza.
La capacidad de compra de dólares para las reservas del Banco Central sorprendió por lo baja en junio
Es lo que ocurrió, al menos, en las primeras dos semanas de julio. Por caso, aunque el sector agropecuario aumentó el nivel de ingreso de divisas respecto del mes anterior, los demás sectores exportadores aportan mucho menos con lo cual el BCRA sigue con los números bien apretados. En los papeles, estaba previsto a partir de este mes, pero lo cierto es que los resultados negativos se anticiparon. Como el frío.
De hecho, se le atribuye a la inesperada ola polar que tuvo un primer episodio en mayo y volvió con mayor fuerza en las últimas semanas, al menos una parte de los males que se viven, incluso, en el mercado financiero.
Lo cierto es que si el primero terminó mal, el segundo tampoco empezó bien. A la dificultad de sumar reservas, prevista o no, la sequía de divisas en el mercado oficial y financiero es marcada, se le sumaron nuevos datos de inflación poco auspiciosos.
El mismo día que el Indec informó para junio un índice por debajo de lo esperado a pesar del aumento de tarifas, distintas mediciones privadas, como la de Econviews de Miguel Kiguel, dieron cuenta de un salto de los precios de los alimentos de 3% en la segunda semana del mes sobre la suba de 1,6% de la semana anterior.
Esos registros prenuncian un claro cambio de tendencia en la inflación de alimentos, aun cuando se trate de los productos estacionales -esencialmente de verdulería- los que están impulsando el alza.
Admiten los economistas a cargo de las estadísticas que “el frío” es en parte responsable. Las heladas ayudan poco y nada a los cultivos, a la actividad económica en general y a las cuentas del Banco Central en particular.
El sector energético, uno de los grandes aportantes de divisas al mercado oficial durante el primer cuatrimestre, ya no suma como en ese momento sino más bien todo lo contrario. Resta, según explicó el presidente Javier Milei en una de las entrevistas televisivas que concedió durante la semana.
Las heladas ayudan poco y nada a los cultivos, a la actividad económica en general y a las cuentas del Banco Central en particular
“Sorprende lo bajo que está siendo el volumen promedio operado en el segmento oficial en lo que va del mes de junio. Incluso más bajo de lo que ya fue en junio. El mismo se ubica en USD 170 millones promedio diario y está siendo en su mayor parte explicadopor las liquidaciones del bloque agroindustrial (USD 125 diarios declarados por Ciara) que incluso están acelerando versus junio (USD 116 millones diarios). Con lo cual, la explicación de la merma en los volúmenes ofrecidos en dicho segmento hay que volver a buscarla en el resto de los bloques exportadores”, coinciden desde la consultora Outlier.
Sin embargo, el frío difícilmente pueda explicar las turbulencias en el mercado cambiario. En el mercado persisten las dudas sobre el camino que tiene trazado, en teoría, el Presidente y su ministro de Economía, Luis Caputo, para salir del cepo. Las repetidas declaraciones de uno y otro, en las que destacan que no habrá devaluación y ratifican la baja del Impuesto PAIS, resultan a todas luces señales insuficientes para calmar las ansiedades.
Si junto al Banco Central se avanza aceleradamente en la eliminación de los pasivos remunerados y estaría casi lista la solución a los “puts”, lo cierto es que la tasa de interés todavía parece una tarea pendiente a la que los inversores están bien atentos. De hecho, había hacia principios de semana una expectativa tal vez apresurada de que esa suba podría producirse entre jueves y viernes, lo que no ocurrió. Ahora, el mercado empieza a dudar y los analistas ponen paños fríos sobre una herramienta tradicionalmente considerada elemental para frenar la suba del dólar.
“Si bien no nos animamos a descartar una suba, nuestro escenario es que el Banco Central no va a tocar la tasa de interés por el momento y probará por algunas semanas el nuevo esquema de Lefis (las letras que absorbieron los pases) con la suba implícita que implica no tener Ingresos Brutos”, apuntó en su informe semanal Econviews, en alusión al diferente tratamiento impositivo que tienen los títulos del Tesoro, como son estas nuevas letras, respecto de los pases del Banco Central. No está claro que sea suficiente, pero todo indica que es la estrategia de prueba y error la que está puesta en marcha.
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