Luego de los señalamientos del presidente de la República, Gustavo Petro, que el martes 7 de noviembre de 2023 acusó del Estado Mayor Central (EMC), disidencias de las Farc a cargo de alias Iván Mordisco, de no mostrar voluntad de paz, y de la advertencia sobre qué camino escogerían de ahora en adelante, la organización al margen de la ley le respondió al mandatario, con un peculiar mensaje.
El presidente, que participó de la ceremonia de ascensos de 243 oficiales en la Escuela de Cadetes Francisco de Paula Santander, donde también se celebra el aniversario 132 de la Policía, fue especialmente crítico tanto con esta estructura armada, en un discurso que al parecer también iba dirigido al Ejército de Liberación Nacional (ELN), que también está inmerso en un proceso de paz, hoy por hoy en crisis.
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“Tienen aún la posibilidad de escoger si el camino es Camilo Torres Restrepo, el sacerdote que fundó la facultad de sociología de la Universidad Nacional, o Pablo Escobar. Colombia no es la dueña del mercado de la cocaína, ahora son multinacionales. Colombia se queda con lo peor: sobreexplotación de los campesinos, que no reciben ni una mínima parte de lo que vale en Estados Unidos o en China”, dijo Petro.
Esta afirmación causó una fuerte molestia en el seno de las disidencias, que por intermedio de su perfil de X (antes Twitter) no dudaron en responderle al jefe de Estado. Y negaron que estén detrás de la producción de cocaína y otras sustancias psicoactivas, como denunció el presidente Petro en su intervención, que generó controversia en las redes sociales.
“@petrogustavo, nosotros no somos productores, ni consumidores de drogas, a diferencia del gobierno. Fuimos quienes combatimos a Pablo Escobar mientras el gobierno le autorizaba pistas. No seguimos el camino de Camilo Torres sino el del guerrillero invencible Manuel Marulanda Vélez”, publicaron en su perfil, @FARCEP_.
Y es que la mención del líder del ELN en la década de los 60, que tuvo influencia universitaria, no cayó bien en las disidencias de las Farc, que han recalcado que su lucha armada está inspirada en la trayectoria criminal del máximo líder de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda Vélez, que hasta 2008 comandó esa organización insurgente.
Una especie de “herencia” con la que hombres que no entraron al proceso de paz firmado con el Estado, durante el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, han pretendido revalidar el estatus político dado por el presidente Petro. Pese a que el propio mandatario los señaló de tener fuertes intereses en la comercialización de drogas, con dominio en departamentos como Cauca, Putumayo y Caquetá.
¿Qué más dijo Gustavo Petro?
En su discurso, desde el sur de Bogotá, el primer mandatario de los colombianos hizo un fuerte llamado sobre el futuro que deben tener los diálogos entre el Gobierno nacional y los grupos guerrilleros. Esto luego de que el EMC suspendió los diálogos, debido al incidente que ocurrió en el corregimiento El Plateado de Argelia (Cauca), cuando un grupo de militares fue secuestrado por presión de las disidencias.
“La pregunta que tienen que hacerse quienes hoy son sujetos o actores de esa violencia en los territorios, en la Colombia profunda, es ¿Vale la pena? ¿Vale la pena tanta muerte por nada? ¿Vale la pena la destrucción de Colombia en una economía en la que apenas somos los sirvientes de un narcotraficante?”, indicó Petro.
Y, del mismo modo, reconoció que justamente esa “negociación política” con las disidencias fue, a todas luces, prematura. “Decidimos una operación contra esa fuerza, conquistamos las cumbres, las posiciones dominantes, retiramos de esas posiciones estratégicas al EMC y vino una negociación política, quizás prematura en mi opinión”, puntualizó el presidente en su pronunciamiento ante los oficiales policiales.
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