El 38% de los hogares peruanos tiene un gato, de acuerdo a la empresa de investigación de mercados Ipsos. Esta mascota ha ido ganando popularidad en nuestro país en los últimos años, debido a su carácter independiente, su elegancia de movimientos y su capacidad para adaptarse a diferentes espacios.
Aunque los gatos son conocidos por ser más autosuficientes que los perros, siguen siendo criaturas encantadoras y afectuosas que aportan compañía y alegría a quienes los consideran parte de su familia. Su carácter apacible y su facilidad para vivir en espacios pequeños los hacen una opción ideal para aquellos con un estilo de vida más sereno o que residen en departamentos.
El Día Internacional del Gato, que se conmemora cada 8 de agosto, es una fecha ideal no solo para celebrar a esta singular mascota sino también para conocer sobre las enfermedades más comunes en los felinos, para así poder prevenirlas, detectarlas y atenderlas de manera oportuna.
La salud de los gatos
Aunque los gatos son bastante independientes, requieren mucha atención, y es crucial estar atento a comportamientos inusuales o signos de enfermedad.
Es natural no querer pensar en problemas de salud cuando se trata de las mascotas del hogar, pero al igual que los seres humanos, los gatos pueden contraer diversas enfermedades, algunas de las cuales pueden ser bastante incómodas e incluso letales. Por eso, la prevención es clave para asegurar que un felino tenga una vida larga y feliz.
5 enfermedades más comunes en los gatos
Estas son las 5 enfermedades más comunes en gatos, junto con sus síntomas, tratamientos y formas de prevención:
- Diabetes Mellitus: esta condición se desarrolla debido a una producción insuficiente de insulina o, en algunos casos, a la ausencia total de esta hormona, lo que provoca hiperglucemia, es decir, niveles excesivamente altos de azúcar en la sangre de los gatos. Factores como una dieta inadecuada, la falta de ejercicio y el aumento de peso contribuyen a este desorden metabólico, incrementando el riesgo. Es más común en gatos mayores, generalmente a partir de los 10 años, aunque también puede afectar a felinos más jóvenes.
- Leucemia felina: es una enfermedad viral que afecta el sistema inmunológico, debilitando las defensas del gato y haciéndolo más susceptible a otras infecciones. En muchos casos, puede causar tumores, trastornos sanguíneos e incluso la muerte, lo que resalta la importancia de la vacunación. Los gatos pueden contagiarse principalmente a través del acicalamiento mutuo, mordeduras, y al compartir platos de comida o agua. El virus se encuentra en la saliva, secreciones nasales, orina, heces y sangre de gatos infectados. Por esta razón, es crucial mantener a los gatos en el interior, ya que el riesgo de infección aumenta hasta un 30% cuando interactúan con gatos callejeros.
- Rabia: es una enfermedad grave que siempre resulta fatal para el animal infectado y, además, es una zoonosis, lo que significa que puede transmitirse de animales a humanos. Generalmente, se contagia mediante la mordedura de un animal infectado, aunque también puede propagarse a través de arañazos y heridas abiertas. Por ello, es crucial que el gato esté vacunado.
- Hemobartonelosis felina: es una anemia infecciosa que afecta a gatos de todas las edades, provocada por la bacteria Mycoplasma haemofelis, la cual compromete el sistema inmunológico y destruye las células rojas de la sangre. Tiene un período de incubación de 6 a 17 días y puede manifestarse de forma latente o volverse clínica debido al estrés o a enfermedades concurrentes. La transmisión ocurre principalmente a través de pulgas, por lo que es esencial que los gatos sean desparasitados externamente con tratamientos innovadores y de alta calidad.
- Insuficiencia renal: cualquiera que conviva a diario con gatos habrá notado que tienden a no beber mucha agua. Esta falta de hidratación puede ocasionar diversas complicaciones, entre ellas la insuficiencia renal. Esta afección es más común en gatos mayores, cuando la función renal comienza a deteriorarse. La insuficiencia renal puede derivar en problemas como anemia, deshidratación y diarrea. En casos más graves, es necesario tratar la enfermedad con medicamentos, siguiendo las indicaciones del veterinario. Por ello, es fundamental modificar los hábitos del gato lo antes posible para prevenir complicaciones serias. Una buena opción es utilizar bebederos tipo fuente, que atraen al gato al mantener el agua en movimiento, y colocar bebederos en distintas habitaciones de la casa para facilitar la hidratación. Además, se recomienda incluir comida húmeda en la dieta del gato.
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Cuidados que hay que tener
Cuidar el bienestar de nuestros gatos es una responsabilidad que va más allá de brindarles afecto. Requiere atención a ciertos aspectos clave para garantizar su salud y felicidad:
- Mantén sus espacios limpios: La higiene es fundamental para prevenir la presencia de parásitos. Dedica tiempo a limpiar su cama, juguetes y las áreas donde suele estar, manteniéndolos siempre en las mejores condiciones.
- Supervisa sus salidas y actividades: Limitar su acceso al exterior o controlar sus aventuras fuera de casa reduce significativamente su exposición a peligros y parásitos. Lo ideal es que tu gato permanezca en casa o, si sale, sea bajo supervisión.
- Usa los antiparasitarios adecuados: La protección contra parásitos debe ser constante. Aplica los productos recomendados por el veterinario en los tiempos indicados para asegurar que tu gato esté siempre protegido.
- Consulta a tu veterinario de confianza: La comunicación constante con tu veterinario es crucial. Los chequeos regulares permiten detectar y prevenir posibles problemas de salud, asegurando que tu gato reciba el mejor cuidado posible.
¿Por qué ronronean los gatos?
El ronroneo de los gatos es un fenómeno que suele asociarse con el estado de bienestar y contento del animal. Estos felinos realizan esta acción principalmente cuando se sienten relajados y seguros, ya sea mientras están siendo acariciados, descansando o amamantando. También lo hacen en situaciones de estrés o dolor, lo que les permite encontrar alivio.
Este sonido, producido por las vibraciones de los músculos de la laringe y el diafragma, tiene un efecto calmante tanto para el gato como para los humanos que los rodean. La baja y constante frecuencia del suave zumbido del felino puede favorecer la curación de sus tejidos, aliviar el dolor y la inflamación, y fortalecer su sistema inmunológico.
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