Como hizo en casi 70 países desde 2006, el periodista, documentalista y escritor Billy Six llegó a Venezuela y comenzó a recorrer las calles de Caracas para preguntarles a las personas cómo vivían. Publicó dos videos en alemán, con poca edición, en los que se lo veía caminando mientras hacía comentarios críticos del Palacio de Miraflores:
"Hola, amigos, todavía en Venezuela, el socialismo sudamericano del siglo XXI", dijo en uno de ellos. "Aquí en las calles hay polvo, suciedad, basura, perros sin dueño".
Poco después, 15 agentes —dos de ellos, de civil; varios con armas largas y atuendo de fuerzas especiales— lo sacaron del hotel donde se alojaba en Paraguaná. Six fue acusado de espionaje, rebelión y violación del perímetro de seguridad. Según dijo su padre, Edward Six, desde entonces está detenido e incomunicado en la prisión Helicoide, donde se hallan algunos de los opositores más notables a Nicolás Maduro.
El padre del periodista cree que las autoridades se escudan tras una foto de Maduro tomada por Six, para acusarlo de haberse acercado en violación del perímetro de seguridad. El joven reportero no había conseguido visa de prensa para trabajar en Venezuela. Pero Edward Six aseguró que su hijo hizo la foto desde una zona autorizada.
En Berlín, el Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que las leyes de privacidad impiden la difusión de detalles sobre el caso, que ya lleva tres semanas. Pero un diplomático alemán denunció que las autoridades venezolanas no permitieron que los representantes del país visitaran al detenido, algo que garantizan las leyes internacionales.
En realidad, las molestias para el régimen se centran en los videos donde Six documentó el colapso económico y las migraciones del país. "Él nunca tocó un arma, nunca participó en una manifestación", dijo el padre del periodista. "Sólo estaba en la calle. Hablaba con la gente común. Les hacía preguntas. Y subió todo a internet".
Aunque por su trabajo para Junge Freiheit estuvo en lugares de enormes tensiones como Libia, Ucrania o Líbano, sólo en Siria enfrentó una forma de persecución y censura similar: fue detenido en diciembre de 2012 por los militares del gobierno de Bashar al Assad. Lo liberaron en marzo de 2013.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) denunció la detención de Six en el estado de Falcón el 17 de noviembre. La noche anterior la policía le pidió su identificación en un club de Punto Fijo; como no tenía su pasaporte, lo acompañaron hasta el hotel para que lo buscara, y lo interrogaron.
Al día siguiente la División General de Contrainteligencia Militar arrestó al periodista en el Hotel Los Taques Beach, de Paraguaná, y lo trasladó al Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), en Caracas. El 18 de noviembre, un tribunal militar lo acusó de "rebelión, violación de zonas de seguridad y espionaje", por lo cual podría ser sentenciado a 28 años de cárcel.
Aunque el gobierno ha demostrado una reiterada intolerancia ante la cobertura crítica en Venezuela, el caso de Six es el primero en que persigue a la prensa internacional. Por lo general, cuando un periodista trabajaba sin acreditación de prensa se lo expulsa del país; el joven reportero alemán, en cambio, lleva tres semanas detenido.
"No se conocen actualizaciones sobre sus condiciones o los cargos", dijo el CPJ en un documento. "Esto representa una amenaza seria para la libertad de prensa, que ya está muy limitada en el país".
Six realizó videos sobre la crisis socioeconómica de Venezuela y la migración y difundió sus trabajos en medios conservadores como Junge Freiheit y Die Deutschen Konservativen eV. Por esa inclinación política, creen sus padres, la prensa alemana no se ha ocupado mucho del caso.
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