El último año de vigencia del programa Extended Fund Facility (EFF) del FMI experimentará una serie de grandes cambios en comparación con el plan original, que fue establecido en marzo de 2022 y que ya vio pasar a cuatro ministros de Economía distintos y a dos presidentes del Banco Central en el camino.
Bajo mandato del gobierno libertario, el acuerdo financiero con el Fondo Monetario dará un giro en sus metas y propondrá el déficit financiero cero en un solo año, uno de los ajustes registrados por el organismo más ambiciosos de los últimos 30 años, y una amplia acumulación de reservas.
Son los instrumentos que el gobierno de Javier Milei y el organismo identificaron, durante su ida y vuelta que se extendió por un poco menos de un mes, como plan para estabilizar la economía. El croquis económico que el Poder Ejecutivo planteó a Washington convenció a los técnicos y a los directores, pero el Fondo Monetario se encargó de plantear desde el inicio los puntos flacos y riesgos que tiene el programa.
“Un contexto político y social complejo, con un Congreso fragmentado, caída de los salarios reales y alta pobreza”, serán los condicionantes del plan económico, planteó el organismo.
“Existen riesgos de que el paquete de políticas no cumpla inicialmente sus objetivos, lo que requerirá una formulación de políticas ágil, planes de contingencia y la necesidad de ampliar la asistencia social. Dicho esto, incluso si las autoridades no pudieran cumplir plenamente sus ambiciosas metas políticas, de todos modos se habrían tomado medidas importantes para corregir los graves desequilibrios de Argentina. En este contexto, los riesgos empresariales siguen siendo importantes, aunque el potencial de grandes atrasos a corto plazo ha disminuido significativamente”, mencionó el Fondo Monetario en su informe de staff aprobado por el directorio.
Existen riesgos de que el paquete de políticas no cumpla inicialmente sus objetivos, lo que requerirá una formulación de políticas ágil, planes de contingencia
El propio diseño del programa sufrió algunos cambios tras la conclusión del último examen técnico trimestral: el esquema de desembolsos fue rebalanceado para darle al Gobierno un giro de divisas más alto ahora (los USD 4.700 millones aprobados) y algo menos en las próximas revisiones. Con esos recursos, la Casa Rosada deberá cancelar los vencimientos de capital previstos para 2024.
Además, el Gobierno pidió al FMI extender la duración del Extended Fund Facility hasta fin de año, en lugar de hasta septiembre, cuando expiraba el programa actual. El equipo económico pidió ese tiempo para poder desarrollar de manera más completa su plan de reformas económicas y, según la agencia Reuters, abrir la puerta para un acuerdo financiero nuevo desde ese momento. Esa posibilidad no fue explicitada en el staff report.
Con todo, el informe, además de incluir una profunda radiografía del estado de la economía argentina, un grupo de medidas a tomar a lo largo del año. Se trata, en total, de siete medidas marco que tienen plazos específicos de cumplimiento:
1. ”Desarrollar y ejecutar un plan destinado a extender los vencimientos de una porción de la deuda doméstica con vencimiento en 2024″. Está planeada para fines de marzo. El Gobierno buscará dejar de depender de títulos públicos atados al tipo de cambio y reemplazarlos, primero, con bonos indexados a inflación y, en algún momento del año, retomar la emisión de bonos a tasa fija. Para eso, el FMI anticipó que, en una medida que tendrá lugar antes de fines de marzo, el Ministerio de Economía ejecutará “un plan destinado a extender los vencimientos de una porción de la deuda doméstica que vence este año.
El informe, además de incluir una profunda radiografía del estado de la economía argentina, un grupo de medidas a tomar a lo largo del año. Se trata, en total, de siete medidas marco que tienen plazos específicos de cumplimiento
2. ”Refinamiento del marco de política monetaria y de sus operaciones, para asegurar que esté bien anclado con objetivos de mediano plazo claros y bien comunicados, consistentes con la estabilidad de precios”. El FMI consideró que tras la corrección cambiaria inicial, el Gobierno necesitará migrar hacia un esquema de política monetaria que empuje la demanda de dinero y el ahorro en pesos a través de tasas de interés reales positivas contra la inflación, lo contrario a lo que sucede en la actualidad. Está previsto, con fecha límite, para fines de abril.
3. “Publicación de reformas detalladas del actual esquema de segmentación tarifaria para focalizar mejor los subsidios a la canasta básica energética para hogares vulnerables”. El organismo detalló que el Gobierno buscará, con apoyo del Fondo y el Banco Mundial, reemplazar el actual esquema de segmentación tarifaria por uno que oriente mejor los subsidios “hacia la canasta básica de consumo de energía para los hogares vulnerables, en línea con objetivos más amplios de eficiencia energética y clima”. Ese sistema debería estar completado, también, para abril.
4. “Eliminar el esquema preferencial de exportación existente”. Se trata del blend 80-20, que permite que 20% de las liquidaciones de ventas al exterior se cursen a precio de contado con liquidación, y 80% a dólar oficial, lo que da como resultado un dólar más alto. Sería eliminado a mitad de año, al parecer acercándose gradualmente a la cota más baja.
5. “Fortalecer la integración de bases de datos administrativos relevantes, trabajando con la asistencia técnica del Banco Mundial, para mejorar la focalización y eficiencia del apoyo social”, forma parte de lo que el FMI denominó una ayuda social “mejor direccionada”, aunque al mismo tiempo no dejó de plantear que el Gobierno deberá reforzar la ayuda social para evitar un impacto fuerte en los indicadores socioeconómicos como pobreza e indigencia.
6. “Desarrollar y publicar una hoja de ruta, en consulta con el personal del Fondo, para la flexibilización gradual de los controles cambiarios que describa las condiciones y objetivos necesarios”. Asoma, posiblemente, como la medida estructural más decisiva para el Fondo Monetario, sobre la que achacó con mayor insistencia a lo largo de los últimos años.
“Las autoridades planean eliminar el esquema de exportación preferencial para junio de 2024; revertir completamente el impuesto PAIS para fines de 2024 o antes, según lo permitan las condiciones”, por un lado. Por otro, planteó que el Gobierno “se ha comprometido a deshacer cualquier tipo de cambio múltiple y restricciones cambiarias restantes este año”, lo que tendrá una primera instancia a mediados de año cuando el equipo económico presente una propuesta formal de desarme del cepo.
El desarme de los controles cambiarios asoma, posiblemente, como la medida estructural más decisiva para el Fondo Monetario
7. “Presentar al Congreso el proyecto de Presupuesto para 2025, coherente con el equilibrio general, que describa los supuestos macroeconómicos clave y las políticas subyacentes”. Si bien podría parecer una medida de largo plazo, porque el plazo de presentación del presupuesto del año próximo es a mediados de septiembre, el FMI y el Gobierno ya conversaron sobre ese aspecto. El Fondo Monetario pidió que sea consistente con otro superávit primario que cubra el pago de intereses de deuda, lo que dejaría nuevamente al sector público en terreno de equilibrio financiero.
En la mesa de arena que el FMI y el Gobierno plantearon para el plan de estabilización que comenzó a mediados de diciembre hay una pieza que todavía no apareció en el proceso, por lo menos en el resultado de las negociaciones reflejadas en el staff report.
El recurso de la dolarización de la economía, una idea que el presidente Milei y el ministro Caputo recuperaron en los últimos días, no aparece nombrado en el último informe técnico del Fondo Monetario en ningún momento, aunque no implica que el equipo económico no pueda incorporar más adelante en el ida y vuelta con el staff del organismo una hoja de ruta para poner en marcha una medida de esa naturaleza.
Hacer Comentario