Un informe puso el foco sobre el aumento de los créditos bancarios al sector privado, aunque ersiste un enorme desequilibrio entre los préstamos al Estado y a las personas y empresas.
“Frente a la elevada exposición crediticia y de ingresos que la banca comercial tiene al sector público nacional (Tesoro y BCRA) y, ante la retracción de demanda de crédito directo desde esa fuente, las entidades financieras vienen redireccionando la liquidez existente”, notó la consultora Quantum, que dio datos al respecto.
País sin crédito
A fines de febrero pasado, precisó, la exposición de los bancos a riesgos de crédito de los sectores público y privado era de 69% y 31%, respectivamente, “producto de una tendencia que se observa desde hace varios años; ello derivó en que la relación préstamos a PBI en Argentina esté en niveles del 6%, cuando en Chile es 83%, Brasil 72%, Colombia 44% o Uruguay 26 por ciento”.
Ese cuadro de situación empieza a cambiar, tanto por la dinámica de los depósitos como por la asignación de la consiguiente liquidez.
Al respecto, Quantum precisa que en los últimos 30 días los préstamos en pesos al sector privado crecieron casi 1% en términos reales, mientras los préstamos en dólares lo hicieron 20% y acumulan un aumento del 64% desde el inicio del actual gobierno.
Eso se debe, explica el informe, a un fuerte aumento de los depósitos en dólares y a las expectativas de estabilidad “que permite que los bancos mantengan una menor liquidez sin remuneración en el BCRA”.
De hecho, en los últimos 30 días los depósitos en pesos del sector privado crecieron 1% en términos reales y los en dólares 2,8% (y 23% desde el inicio de la gestión mileísta) “en un contexto donde los bancos apuntan a prestar al sector privado con rendimientos superiores al de inversiones alternativas”, como títulos públicos y pases.
Según el informe, la expansión de esos préstamos es clave para que la economía pueda recuperar dinamismo. “La complementariedad del mercado de capitales y los préstamos bancarios al sector privado contribuirían a impulsar la demanda agregada ante el actual cuadro recesivo”, dice un pasaje.
Quantum atribuye el incremento de los depósitos en dólares a una mejor perspectiva de la balanza de pagos y de las reservas y a la percepción de un menor riesgo sistémico, que hizo que las colocaciones en la moneda norteamericana aumentaran en USD 3.200 millones (de USD 14.100 millones a USD 17.300 millones) entre la devaluación de diciembre y el pasado 30 de abril.
De Leliqs a exportaciones
¿Adónde se canalizó ese fondeo de los bancos? Principalmente, a créditos en la misma moneda. “Los bancos pasaron a una etapa de expansión de los préstamos reduciendo la prioridad previa de una política crediticia “defensiva” de la liquidez. Así, el stock de préstamos en dólares al sector privado pasó de USD 3.550 millones a USD 5.800 millones en el mismo período, destinados principalmente a prefinanciar exportaciones.
Debe tenerse en cuenta que por normativa del BCRA, los depósitos en dólares se pueden aplicar solamente a financiaciones que generan dólares.
También se recuperaron los préstamos en pesos, que pasaron de caídas mensuales del orden del 15-20% real promedio en diciembre 2023 a una tasa real mensual de crecimiento de casi 1% a fines de abril 2024, un arco de cambio de casi 20 puntos.
Crédito y caída de ingresos
Los préstamos en dólares a personas (personales y financiamiento con tarjetas de crédito) crecieron a una tasa mensual real de 3,2% hacia fines de abril aumento que –reconoce Quantum- “posiblemente también se relacione con la mayor demanda para obtener recursos para palear la caída de los ingresos reales”.
En cuanto a empresas, hacia fines del mes pasado los préstamos se contraían a una tasa real mensual de 2,1%; tasa todavía negativa, pero mucho menor al achique que se venía verificando a fines de 2023, cuanto la caída llegó a ser del 25 por ciento.
Por último, el financiamiento a las empresas privadas se ha venido canalizando en buena medida a través del mercado de capitales de renta fija local.
Se trata, concluye el informe de una fuente que se mantuvo “bastante dinámica” en los últimos tiempos: “en general, ha venido financiando a las empresas a plazos que varían entre 1 y 36 meses con tasa variable más margen (Badlar + 3-7% anual) para los plazos más cortos y alternativamente ajustable por CER más un margen (de entre 1 y 3%) y en dólares para los plazos más largos”.
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