A través de su cuenta de la red social X —ex Twitter— presidente Javier Milei recomendó el libro “Defendiendo la deflación” de Philipp Bagus y defendió la eliminación del Banco Central.
“Para los críticos de la eliminación del Banco Central (o más acotados por la dolarización) recomiendo que no se le acerquen al libro porque tomarán una idea de las tonterías que han dicho a lo largo del debate. ¡Mentes abiertas a disfrutar de un gran libro!”, sostuvo el mandatario en su cuenta.
El economista alemán es Profesor Titular del Máster en Economía de la Escuela Austriaca de la Universidad Rey Juan Carlos. Sus principales áreas de investigación son teoría monetaria, teoría bancaria, teoría del capital y teoría de los ciclos económicos. Es autor de “La Tragedia del Euro”, publicado en 12 idiomas, “Deep Freeze- Iceland´s Economic collapse” con David Howden, “Porqué otros se hacen más ricos a tu costa” con Andreas Marquart y Small States y otros títulos.
En el libro que recomendó Milei, Bagus —que nunca ahorra felicitaciones para el mandatario argentino y que repetidas veces lo contacta para felicitarlo por su gestión— argumenta a favor de la deflación, un fenómeno económico caracterizado por una disminución generalizada y sostenida del nivel de precios. Si se quiere, la situación inversa a la inflación.
“Para los críticos de la eliminación del Banco Central (o más acotados por la dolarización) recomiendo que no se le acerquen al libro porque tomarán una idea de las tonterías que han dicho a lo largo del debate” (Milei)
Su planteo es considerado disruptivo ya que va en contra del consenso de que la deflación es perjudicial para la economía porque resulta de una caída de la actividad económica y suele ser síntoma de una situación muy nociva para las condiciones de vida de la población. Para el economista cercano a Milei, sin embargo, este fenómeno puede surgir como resultado de una mayor eficiencia en la producción, avances tecnológicos y una mayor productividad.
Así, la deflación podría ser beneficiosa y natural.
Adrián Ravier, profesor de macroeconomía y pensamiento económico en la Universidad del CEMA, explicó a Infobae: “La deflación suele ocurrir cuando hay crisis económica, cuando la gente no puede vender los productos que tiene, y empieza a bajar los precios. Entonces, al bajar los precios, la gente tiene la idea de que cuando hay deflación, hay recesión y crisis, y entonces hay que evitar la deflación. En realidad la deflación es la consecuencia de un proceso de crisis que ya existe, no es la causa de la crisis”.
“Bagus hace un estudio empírico de la época de Estados Unidos entre 1880 y 1900, donde el salario real de los trabajadores aumenta, donde la actividad económica mejora y Estados Unidos empieza a convertirse en la gran potencia que es después. Esos 20 años de desarrollo económico ocurren con deflación. Lo que dice Bagus es que eso ocurre con una deflación benigna, no maligna. Es como decir, la deflación no está necesariamente acompañada de una crisis económica. Cuando hay un crecimiento económico sano y aumenta la productividad y las empresas y las personas encontramos maneras más fáciles de hacer las cosas, lo normal sería que los precios caigan”, detalló.
Sin embargo, “desde la gran depresión de los años 30′ los economistas entienden que hay que evitar la deflación porque viene acompañada de crisis económica, desempleo en aumento y demás. No sé si es un libro que vaya a sumar a esta Argentina porque el país tiene un problema distinto. Tenemos un proceso de inflación muy elevado que estamos tratando de resolver. Milei está aplicando políticas contractivas que intentan reducir los niveles de inflación y estabilizar la economía”.
“Eventualmente, si Argentina logra un programa de estabilización exitoso, incluso un programa de dolarización, que eso no está claro, deberíamos tener una inflación de un dígito. Y en la medida que el programa se sostenga, eventualmente este debate puede ser importante. O sea, una economía en donde no hay un Banco Central que permanentemente esté inflando la masa monetaria, emitiendo moneda, abriría una etapa posible deflación con crecimiento genuino, con mejora en los salarios reales y con aumento de productividad. Pero para eso falta mucho tiempo. Por más que algún comerciante pueda bajar sus precios o dejarlos estables de un mes a otro, todavía la situación inflacionaria está presente”, añadió.
Nicolas cachanosky, director del Center for Free Enterprise en The University of Texas at El Paso, dió también su explicación del argumento de Bagus.
“A lo que más estamos acostumbrados es a la deflación mala o maligna, que es la que se asocia a una recesión o alguna crisis económica. Pero vos podés tener deflación de la buena, que es cuando la economía aumenta la productividad, se producen más bienes y eso lleva a que los precios naturalmente bajen. Un ejemplo contemporáneo quizás es la industria de electrónica, teléfonos, computadoras, etc., que en los últimos 20, 30 años aumentó la cantidad, calidad y los precios en términos reales bajan o se mantienen estables. Entonces el punto es que no toda deflación es mala”, dijo.
“¿De dónde surge la idea de que la deflación es un problema y por qué hay autores como Bagus y otros que hablan de defender la deflación? Tiene que ver con cómo se ve históricamente. Si vos mirás la deflación antes de que surjan los bancos centrales, siglo XIX, siglo XVIII, la deflación se correlaciona con crecimiento económico. O sea, vos tenés precios que bajan y más producción. A partir de que hay bancos centrales, la deflación se correlaciona con recesión. Cuando los precios bajan es porque hay una recesión. Y de ahí se genera la asociación de que la deflación es mala. Y no necesariamente es el caso. ¿Por qué se dan estas dos distintas correlaciones? Pues los bancos centrales administran la oferta de dinero en términos generales. Entonces, si vos tenés por error que la oferta de dinero, el money flow, si querés, el PBI nominal cae, eso te genera una caída en el nivel de precios y en la actividad económica”, consideró el economista.
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