“A medida que el mercado se abre y la competencia aumenta, la eficiencia en la cadena de suministro se convierte en un factor clave para mantener la viabilidad del negocio”, destaca Florencia, quien cuenta con amplia experiencia en la gestión de productos e insumos productivos a través de extensas cadenas de valor, que incluyen a China, Buenos Aires y Tierra del Fuego.
¿Cómo es buscar eficiencias en cadenas logísticas tan largas y complejas?
Creo que lo más complejo hoy se relaciona con la apertura del mercado, donde se ve una gran diversificación y un aumento de la competencia. En este contexto, si no somos eficientes, la logística que estamos implementando no tiene valor. Por eso continuamente se revisan costos y tiempos para mantener la competitividad.
Además, nos encontramos en un contexto de fletes extremadamente complicados, con tarifas altísimas para el transporte desde Asia hasta Latinoamérica. Esto, por supuesto, impacta significativamente en el costo del producto terminado.
Por eso, la negociación de fletes y la obtención de espacios a tiempo para embarcar en China juegan un papel fundamental para determinar si un negocio será viable o no.
¿Cuáles son los retos que identificas en tu gestión logística?
A veces nos cuesta tomar conciencia en Argentina de lo lejos que estamos de los grandes centros de producción y consumo del mundo. Pero sí reflexionamos un poco, nos damos cuenta que estamos trasladando materiales desde China hasta Ushuaia, en el “fin del mundo”, y luego llevándolos hasta Buenos Aires. Esto implica recorrer una gran cantidad de kilómetros y la intervención de muchas personas, lo que genera una serie de costos que se suman en la cadena de valor y que deben ser gestionados de manera eficiente.
Por otro lado, no solo trabajamos con cargas marítimas, sino también con cargas aéreas, por lo que también nos afecta la frecuencia de los vuelos, ya que además, a veces manejamos cargas voluminosas que no se pueden transportar en vuelos comerciales.
Por eso, cada detalle que revisamos en la logística representa un mundo aparte que podemos explorar y mejorar.
¿Es siempre clara la decisión entre el transporte internacional por vía marítima o vía aérea?
Solía ser evidente, pero en el contexto actual de fletes, la situación ha cambiado. Hoy en día, revisamos cada carga para determinar si es más conveniente optar por un transporte aéreo, especialmente dado que las tarifas marítimas han aumentado tanto que la balanza está muy equilibrada.
Todo esto es muy dinámico. El flete internacional, y en particular el marítimo, se ha visto muy afectado por el conflicto en el Mar Rojo y por el aumento en el flujo de carga hacia Brasil. Como resultado, las tarifas se han triplicado en los últimos tres meses. Todo esto, por supuesto, tiene un impacto directo en el costo final de los productos, incluidos aquellos que compramos en el supermercado y que han sido importados.
En la misma línea, también desde Buenos Aires hasta Tierra del Fuego podemos optar por el transporte marítimo o el terrestre, dependiendo de las necesidades de la carga y del contexto, así como de la disponibilidad de espacio en el barco. Es importante tener en cuenta que en estos casos los costos son completamente diferentes, por lo tanto se analiza todo este conjunto de factores para decidir si se realiza el transporte de forma marítima o terrestre, y lo mismo aplica para los envíos “hacia arriba”.
¿Qué factores entran en juego a la hora de decidir entre el transporte terrestre o el marítimos para el transporte dentro del país?
El transporte terrestre es más flexible y sencillo, pero también más costoso y no se puede afirmar que sea más rápido; por ejemplo, un camión de Buenos Aires a Ushuaia tarda aproximadamente cuatro días, al igual que un barco.
La principal diferencia radica en la disponibilidad de la mercancía y el tiempo de liberación en el puerto de Ushuaia, lo que marca una gran diferencia en el proceso.
¿Qué relevancia tiene tu red de vinculación con los diversos actores de la cadena para tu trabajo?
Generar contactos es clave en nuestra industria. Al final del día, somos personas coordinando cargas con otras personas, por lo que mantener una buena comunicación es fundamental.
La cercanía en las relaciones es esencial. Sin embargo, en logística, el tipo de contacto varía significativamente según el modo de transporte. Hablar con un operador marítimo sobre un contenedor es muy diferente a comunicarse con un transportista que moverá la carga en camión hasta Ushuaia.
Esto también representa un desafío, ya que los métodos de comunicación difieren: mientras que en algunos casos se utiliza el correo electrónico o sistemas específicos, en otros es necesario llamar por teléfono, y no siempre se usa WhatsApp. Esta atención a la forma de comunicarse es igualmente importante para la operación.
¿Cuánto tiempo de planificación suelen demandar, por ejemplo, los insumos productivos?
Se requieren aproximadamente seis meses de planificación previa, desde que se coloca una orden de compra a un proveedor en China, para asegurarnos de que la mercancía llegue a tiempo. Es un período considerable, donde la planificación es clave, ya que si no planificamos adecuadamente, por más eficientes que seamos, no llegaremos a tiempo.
¿Estás conforme con haber elegido este rubro para tu desarrollo profesional?
Sí, completamente. Me gusta mucho el dinamismo que ofrece. La combinación de logística, comercio exterior y el contexto argentino genera una constante urgencia, y eso evita que uno se aburra. Cada día es diferente, especialmente en este contexto de apertura y alta competitividad. Es crucial estar revisando constantemente lo que hacemos y cuestionarnos por qué lo hacemos de esa manera, buscando formas de hacerlo más eficiente o a un menor costo. De lo contrario, se corre el riesgo de quedarse atrás.
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