Anoche, la Fuerza Aérea Jordana demostró su evolución de ser un antiguo adversario a convertirse en un aliado crucial de Israel, interceptando y neutralizando drones de ataque iraníes dirigidos hacia territorio israelí.
Según fuentes oficiales en Amán citadas por Reuters, cazas jordanos lograron identificar y destruir con éxito los drones antes de que estos pudieran alcanzar sus objetivos en Israel. Este incidente evidencia dos cuestiosnes claves: la capacidad de respuesta de Jordania ante amenazas regionales y la importancia estratégica de su relación con Israel, sobre todo teniendo en cuenta las tensas dinámicas en Medio Oriente acentuadas por la actual guerra en Gaza.
Es que la reacción de Jordania ante el ataque del régimen iraní recuerda lo que el brutal ataque de Hamas del 7 de octubre parecía haber dejado atrás: Israel lleva años trabajando en acuerdos de normalización con las naciones árabes y había logrado existos promisorios, como los Acuerdos de Abraham, además de su relación con Jordania. La desesperación por los 133 rehenes israelíes que siguen secuestrados en Gaza, estos 6 devastadores meses de guerra y la crisis profunda crisis humanitaria que el conflicto trae como consecuencia hace tambalear todo lo logrado en materia de paz en la región, pero el accionar de la Fuerza Aérea Jordana aporta un poco de luz en medio de tanta oscuridad.
La relación militar entre Jordania e Israel ha atravesado diversas etapas, desde enfrentamientos directos hasta una cooperación estratégica robusta. Históricamente, los pilotos israelíes superaron a los jordanos en diversos combates, durante la Guerra de los Seis Días, por ejemplo, la fuerza aérea israelí destruyó docenas de aviones de combate jordanos. Sin embargo, apunta con tino el columnista de Jerusalem Post Udi Ezion, a pesar de las derrotas, los pilotos jordanos fueron siempre respetados por sus competencias aéreas, consideradas superiores en comparación con sus contrapartes egipcias y sirias.
Tras el acuerdo de paz de 1995 con Israel, Estados Unidos jugó un papel crucial en la modernización de la Fuerza Aérea Jordana, suministrando decenas de F-16 y facilitando la adquisición de aviones de segunda mano de Bélgica y los Países Bajos. Actualmente, Jordania opera 64 aviones distribuidos en tres escuadrones y ha realizado su primer pedido de 12 F-16 avanzados a la compañía norteamericana Lockheed Martin. Esta modernización incluyó también la adquisición de nuevos helicópteros Black Hawk.
Hace una década, Israel contribuyó a fortalecer aún más a Jordania frente a amenazas comunes como ISIS, transfiriendo 16 helicópteros Cobra para mejorar sus capacidades ofensivas y defensivas.
“No habría más Fuerza Aérea Jordana”, estas palabras del entonces retirado comandante de la Fuerza Aérea Israelí, Avihu Ben-Nun, en vísperas de la Guerra del Golfo en 1991, ya quedron sepultadas en el pasado, contrastando drásticamente con la realidad actual de cooperación y competencia técnica. La evolución de las relaciones militares entre Jordania e Israel, desde la hostilidad hasta la alianza estratégica, destaca la complejidad y dinamismo de las geopolíticas en Medio Oriente.
La reacción jordana anoche es, en definitiva, un recordatorio de cómo la diplomacia y la cooperación militar pueden transformar antiguos adversarios en aliados indispensables en la búsqueda de la estabilidad y la paz regional.
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