A pocas semanas de terminar el verano comienza la temporada alta de la cosecha gruesa. En paralelo, hasta el momento, las ventas de granos por parte de los productores presentan poco movimiento con un bajo nivel de comercialización, tanto en precio fijado como a fijar.
Según el Informe de Situación agrícola y Económica emitido esta semana por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), en soja y maíz se vendió hasta un 12 y un 21 por ciento de la producción respectivamente, lo que representa 9 por ciento menos que el promedio de los últimos 3 años, mientras que, en trigo, con una campaña cerrada, solo se vendió el 52% de lo cosechado, con una baja interanual aún más pronunciada del 12 por ciento.
Ramiro Costa, gerente de estudios económicos de la BCBA destacó que “adicionalmente, los niveles de mercadería con precio son notoriamente bajos, registrando un 12% y 32% para soja y maíz, respectivamente”. Se trata de los porcentajes más bajos de las últimas 10 campañas. En el caso del trigo, la mercadería con precio llega al 77 por ciento, “siendo el segundo registro más bajo en la última década”, precisó.
Los menores volúmenes de venta y de fijación de precio de la actual campaña gruesa son varios. “A nivel internacional se observa una significativa disminución de los precios, con reducciones del 28%, 36%, y 24% para la soja, maíz y trigo, respectivamente, en comparación con el mismo período de la campaña anterior”, explicó Costa. Esas caídas que se reflejan a nivel local en los precios FOB a cosecha de la BCBA, con reducciones equivalentes en los mercados internacionales de granos.
Mayores stocks
Este escenario se registra en un contexto global donde los stocks mundiales se han incrementado, impulsados por la recuperación de las cosechas proyectadas en la Argentina, que más allá de que redujo las estimaciones iniciales serán mucho mejores que las de la campaña pasada, así como de los consistentes niveles de producción de Brasil.
Al respecto, Costa agregó que el “récord de cosecha de maíz en Estados Unidos y la disponibilidad de trigo del Mar Negro”, no afectado ya por la prolongada guerra entre Ucrania y Rusia, que ya lleva más de 2 años. “Los fondos no comerciales vienen reflejando esta situación con posiciones de venta en soja, maíz y trigo, alcanzando una posición vendedora récord para el caso del maíz, desde 2006″, precisó.
Ante este panorama, la rentabilidad de los productores argentinos se deterioró, ya que los precios de los insumos de producción, a pesar de la baja del 11% de los fertilizantes en el último mes, aún se mantienen un 11% por sobre los valores del año pasado.
Más allá de lo específico del negocio granario, con sus implicancias internacionales y locales, Costa puntualizó que “al complejo contexto de precios se le suma la situación macroeconómica y política local que, junto a medidas como el Programa de Incremento Exportador (PIE), (o dólar exportador) vienen impactando en la dinámica de comercialización de las cadenas agrícolas”.
Para el analista, las expectativas respecto de la política cambiaria futura, en el esquema del PIE y las condiciones climáticas en desarrollo y las previstas para el futuro, son otros elementos claves que los productores tienen en cuenta al decidir la venta de su producción.
De normales a excelentes
Por otra parte, según la BCBA, las exportaciones agrícolas de 2023/2024 rondarán 32.095 millones de dólares. Ese monto implica 9.144 millones más que en la campaña 2022/23, gravemente afectada por la sequía que provocó 50 millones menos de toneladas de granos producidos.
No obstante, a raíz de la caída de precios del último bimestre y de la falta de lluvias de la segunda quincena de enero y primera semana de febrero, si se compara con la previsión de enero, respecto de las exportaciones, la caída por ese rubro es de 679 millones de dólares, a raíz de los menores valores internacionales. Para la proyección de la BCBA los picos de exportaciones se darán este año entre abril y junio, con ingresos mensuales estimados en más de 3.000 millones de dólares.
En otro orden, el informe de la BC señala que con el 83% de los lotes de soja en estado normal a excelente, la producción estimada es de 52.500.000 toneladas, a partir de una superficie sembradas de 17.300.000 hectáreas. En tanto, para el maíz, los lotes en estado normal a excelente llegan al 85% de las 7.200.000 hectáreas sembradas, estimándose una producción de 56.500.000 toneladas. Finalmente, para el girasol, esta oleaginosa muestra un 98 por ciento de los lotes en estado normal a excelente con una producción estimada en 3.800.000 toneladas producidas en una superficie de 1.850.000 hectáreas.
Fuerte caída
En este contexto de fuerte merma de los precios internacionales de los principales granos que exporta la Argentina, los economistas Emilce Terré y Tomás Rodríguez Zurro, de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), actualizaron los datos sobre los ingresos que generará la actual campaña agrícola. En ese sentido, los especialistas señalaron que en dos meses, el valor de la producción agrícola perdió 4.700 millones de dólares.
“La dramática caída de precios internacionales de los commodities agrícolas afectó fuertemente el Valor Agregado Bruto de la cosecha 2023/24. Cuando el 2023 llegó a su fin, el agro respiraba aliviado. Las periódicas lluvias del último trimestre ponían fin a la peor sequía de la que se tuviera registro en los últimos 60 años. Dos meses después, sin embargo, no sólo la ola de calor de febrero cortó de un saque el potencial de rindes en la región, sino que la cotización internacional de los commodities sufrieron un derrotero bajista, que deja a los precios de exportación argentinos un 35% debajo de los que se registraban a la misma altura del año pasado”, señalaron los especialistas en una reciente informe.
Y agregaron que “como consecuencia de ello, el Valor Agregado Bruto del Agro (VAB Agro) para el año 2024 se proyecta al mes de febrero en USD 10.453 millones; ello es, USD 4.700 millones por debajo de la proyección del mes de diciembre. Con estos números, si bien el VAB Agro muestra una fuerte recuperación post sequía, será el segundo valor más bajo desde la campaña 2018/19, casi un 20% por detrás del valor promedio del producto agrícola de los últimos cinco años”.
Por último, afirmaron que el particular, soja y maíz explican el 80% de la caída en el valor estimado de la producción. La ola de calor de febrero ha recortado el rendimiento proyectado de los cultivos recortando la producción esperada en 4 millones de toneladas, y además la combinación de caída de precios recibidos por el productor y aumento de los costos ajustó fuertemente el valor agregado por este eslabón clave de la producción argentina.
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