El complejo sojero fue sin dudas una de las cadenas productivas más golpeadas por la histórica sequía, que llevó a que la actual cosecha de la oleaginosa tenga una de las caídas más importantes de las que se tenga registro, con una merma respecto a la campaña anterior del 49%, al pasar de 42,2 a 21,5 millones de toneladas, según estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Esa baja repercutió en el resto de los eslabones, en especial, en la industria procesadora.
Según un informe de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), la molienda de soja hoy se encuentra en el nivel más bajo de las últimas dos décadas. “La peor sequía en 70 años es el origen de la escasez de divisas que tendremos durante todo el 2023 y que afecta también a la molienda de soja, principal complejo agroindustrial exportador generador de divisas”, sostuvo la entidad empresaria.
En su más reciente Monitor Agroindustrial Mensual, Ciara-CEC marcó que en el primer cuatrimestre del año se produjo una baja de 31,6% en el procesamiento del grano, de 5,26 millones de toneladas en el mismo período de 2022 a 3,6 millones de toneladas en la actualidad. Este último es “el peor registro de molienda de los últimos 20 años”. El crushing de la oleaginosa, dice la entidad, se encuentra “en caída libre”.
Pero el mayor problema se encuentra en que las proyecciones de procesamiento a lo largo del año no son buenas. De seguir la tendencia, se concretaría el peor volumen molido en dos décadas. La entidad estimó que la molienda anual podría ubicarse en 19,9 millones de toneladas. Si se toma en cuenta que el en 2022 el crushing alcanzó un volumen de 38,5 millones de toneladas, significa que, de consolidarse este panorama, el procesamiento industrial caería un 48 por ciento.
Importación
La industria exportadora considera que la importación de soja podría recortar las pérdidas y aminorar la caída interanual en la molienda, a sabiendas que de todas maneras habrá una fuerte merma productiva. Desde la cámara empresaria señalaron que con la compra a países vecinos de 10 millones de toneladas podría alcanzarse una molienda total de 30 millones de toneladas.
“La Argentina todos los años importa soja de sus países vecinos, de Paraguay principalmente, bajo el régimen de admisión temporaria, reexportando el aceite de soja y la harina, ya procesado. Este año hay una producción récord en Brasil y Paraguay se está recuperando de la sequía que sufrió la campaña anterior”, recordó Ciara-CEC.
Cabe acotar que incluso en el caso de que se importaran 10 millones de toneladas y se alcanzara a procesar 30 millones de toneladas, la caída respecto al año pasado se ubicaría en un todavía significativo 22%, equivalente a unas 8,45 millones de toneladas.
Récord
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) precisa a su vez que de enero a abril ya se importaron más de 3,05 millones de toneladas de soja, un máximo histórico para un acumulado enero-abril. “Es un volumen muy cercano a las 3,3 millones de toneladas que se importaron en todo el 2022″, indica el trabajo.
Asimismo, estimaciones preliminares de embarques dan cuenta de un ingreso de buques con soja al Up River superior a las 612.000 toneladas durante mayo, con grano en su totalidad proveniente del Brasil. Sin embargo, “resulta muy probable que las importaciones sean superiores cuando dispongamos de los datos de comercio exterior, ya que también debe considerarse el volumen de soja ingresada en barcazas principalmente desde Paraguay”, concluye el trabajo.
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