El presidente de la Unión Industrial Argentina, Daniel Funes de Rioja, afirmó que ningún candidato presidencial duda que hay que ordenar la macroeconomía con superávits gemelos y creación de empleo formal privado.
Después de haber sido reelecto para un nuevo mandato, el líder industrial indicó en una entrevista con Infobae que el desdoblamiento cambiario es una herramienta “posible” para generar dólares en el corto plazo y criticó con dureza los controles de precios.
Además, tras visitar al candidato presidencial y ministro de Economía Sergio Massa, afirmó que el Gobierno debe solucionar del goteo de aprobación de las importaciones para que no se paralice ni la producción ni las exportaciones.
Por otra parte, afirmó que dentro de las propuestas de la UIA, les han mostrado a los candidatos la necesidad de reducir impuestos y ordenar los tributos en los tres niveles del Estado para mejorar el nivel de competitividad del país. Además, afirmó que los empresarios no le temen a la integración y a la apertura, pero pidió que sea en condiciones de igualdad.
— ¿Qué desafíos se le presentan en este segundo mandato en la UIA?
— Estamos en un punto de inflexión con graves problemas por falta de credibilidad nacional e internacional por la insuficiencia de divisas. Esto compromete el nivel de importaciones para producir y exportar. Pero además el mundo está cambiando, con una economía de bloques muchas oportunidades en energía, la minería -litio, cobre y oro- que pueden ser la llave para un crecimiento más fuerte del país. Y muchas de esas chances tienen que ver con las provincias más pobres. Además, tenemos los alimentos que demanda el mundo y el turismo y otras actividades que pueden ser actividades de la cadena de valor y pueden revigorizarse si tenemos costos más competitivos. El gasoducto Néstor Kirchner generará menores precios internos: vamos a bajar la importación y con la inauguración del gasoducto en 2023 ahorraremos más de USD 2.000 millones y en 2024 podemos dejar de gastar de USD 4.000 millones en energía. Y eso servirá para más industrialización, que es fundamental e implica generación de valor, en términos de fertilizantes que están en una situación de déficit.
— ¿Qué le preocupa en el corto plazo con una campaña electoral en la que el Gobierno por supuesto se ocupará más de sus chances de ganar que en corregir estos desequilibrios?
— Ya nadie duda entre los referentes de mayor gravitación que hay que ordenar la macroeconomía; con qué intensidad o características, está en discusión. Pero nadie duda que se necesitan superávit gemelos, ordenamiento de la macro, que se genere empleo privado formal porque hay mucho público y cuentapropista. Cuando la industria crece, aumenta el empleo formal; es un círculo virtuoso. Hay que revisar el sistema fiscal, al analizar el sistema en 6 de los 7 principales impuestos tenemos un liderazgo global; ese es un grave defecto. La presión fiscal real supera el 50%. Tiene que haber una normativa sobre las pymes para desenredar, hay mucho para simplificar, y por ordenar la superposición entre Nación, provincias y municipios en materia tributaria. En este sentido, celebramos la baja de ingresos brutos en la Ciudad de Buenos Aires. Hay que generar un entorno para que haya más empresas privadas y empleo formal. Sin este empuje no vamos a crecer.
— ¿Ese fue el plan que le mostraron a Massa?
— Si, a Massa, al presidente Alberto Fernández, legisladores, gobernadores y a los jóvenes. La situación es grave, la informalidad y la marginalidad aumentan porque la Argentina hace 10 años que no crece. Y con él también hablamos de los temas coyunturales: el sirase es una gran preocupación, coincidimos con Massa para que no se pare la industria. Está la ansiedad de los industriales para ver si tendrán permisos los proveedores del exterior también quieren saberlo. Eso es clave para poder exportar.
— Pero no hay dólares…
— Venimos hablando con Massa, con Miguel Pesce, con Matías Tombolini. Nosotros propusimos el pago con moneda local de Brasil, también China y a Uruguay. En el caso chino nos preocupan las insuficientes exportaciones de valor agregado y se lo dijimos a China. Ahora se está hablando con India. Son paliativos.
— Frente a la queja, varios economistas dicen que las importaciones están en niveles altos.
— Este año hay un gran impacto por los insumos del gasoducto. Y hay cambio de productos. Hay actividades como la automotriz y otras que incrementaron su volumen y esto impactan sobre las importaciones y se trata de insumos, no de bienes finales. La industria dijo el presidente que está en un 68,9% de uso de su capacidad instalada, pero no es homogéneo; algunas sufren impacto y otras no tanto, pero ese nivel requiere de importaciones para mantenerse. Ayer volvió a plantearle el tema al ministro y darle listas al ministro. Si ellos perciben algún desvío o sobrestock, deben tener cuidado que hay empresas que trabajan así por cuestiones de logística.
— ¿Cuál es el nivel de aprobación de las Siras?
— Depende del día o la semana. Hay momentos que hay mucho pero es pequeño, y el núcleo duro está pendiente. La UIA se dijo ayer que hay preocupación por la transparencia de la Sira y Sirase; hay embajadas que plantearon su preocupación por este tema, pero todo lo que pasa por la UIA lo observamos.
— ¿Pueden agravarse desequilibrios económicos en la campaña?
— En la UIA hay pluralismo, pero tenemos una base de acuerdo que es el Libro Blanco. Si la agenda de la política va por otro lado, los problemas actuales se agudizarán. Sería un grave error.
— ¿Cómo observan la evolución de la inflación, mientras parte del oficialismo los responsabiliza de los altos precios?
— No somos la causa sino la consecuencia de la inflación, nos perjudica mucho desde la previsibilidad de la producción e impacta en la demanda. Somos conscientes que no se puede vivir ni programar ni tener horizonte con esta inflación. Tampoco creemos que los controles de precios solucionen la inflación. En cualquier programa queremos orden institucional, respeto a la ley, separación de poderes, respeto a la iniciativa privada, oportunidades para el sector privado, énfasis en la educación y volver a generar credibilidad internacional para insertarnos eficientemente en el mundo. Hemos perdido mercados y otros lo cubren. La solución es adecuarse, evitar la industria del juicio, no sacar derechos, pero si evitar abusos de la ley como huelgas salvajes o la ocupación de plantas. Estas cosas van en contra del ordenamiento. Además, hay que tener el marco de políticas de Estado que sean un acuerdo para mirar al futuro; esto significa no pensamiento único, sino coincidencias elementales como en los países desarrollados.
— ¿Están dispuestos algunos sectores a competir, a integrarse con otros países?
— Dependemos de las importaciones y necesitamos exportaciones y hay sectores que lo tienen claro. Hay modelos diferentes de integración; siempre deben ser para ganar-ganar. Este elemento no puede esta ajeno cuando se decide un proceso de integración. No queremos privilegios, pero tampoco ser castigados. Quien se quiere integrar con nosotros, no debe tener medidas paraarancelarias, porque si no la integración es asimétrica. Siempre hay sectores sensibles, pero eso debe ser atendido con tiempos de adaptación y con más competitividad. Eso significa menos impuestos distorsivos y menos carga sobre el sector formal de la economía.
— ¿Qué esquema concreto de integración promueven, dada la parálisis de la alianza entre el Mercosur y la Unión Europea?
— El mundo globalizado de los 90 pasó a ser uno en bloques. Hacia allí hay que ir.
— ¿Los múltiples tipos de cambio y la alta brecha complican estos cambios de fondo?
— La Argentina necesita alinear sus variables y el tipo de cambio es una de ellas. No sé con qué velocidad, pero hay que cambiar, porque los tipos de cambio múltiples tienen límites.
— ¿El desdoblamiento formal sería una herramienta útil para tener más dólares?
— No podemos excluir ninguna alternativa que mejore la situación.
— ¿Qué opinan de las propuestas de dolarización?
— No hemos tomado posición en eso, pero creo que los países necesitan de una moneda.
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