En México el robo de cables de luz es común, debido a que están hecho de cobre, un material con alto valor en el mercado.
Las afectaciones causadas por este delito no sólo incluyen la interrupción del servicio eléctrico, sino también daño al erario público, pues las pérdidas económicas son millonarias.
Es por sus consecuencias que este tipo de robo se castiga con prisión. Las penas varían según la legislación específica de cada estado.
En el caso de la Ciudad de México (CDMX), su Código Penal en el artículo 224 establece sanciones por robo de equipamiento y mobilario urbano, una categoría que abarca recursos destinados a prestar a la población servicios públicos, tal como el cableado.
Con base en lo dispuesto en el citado artículo, el robo de cables de luz se puede pagar con una pena de dos a seis años de prisión.
En marzo del año pasado el Congreso local aprobó incrementar la sanción a un rango de tres a siete años de prisión. Los legisladores aprobaron también que cuando el valor de lo robado supere lo equivalante a 500 veces la Unidad de Medida y Actualización Vigente (UMA), la pena será de cinco a 10 años de prisión y de 200 a mil 500 días de multa.
Sin embargo, dicha reforma al Código Penal capitalino aún no entra vigor, por lo que el castigo sigue siendo el previamente descrito.
Prueba de la gravedad de la situación en la CDMX es que tan sólo entre 2015 y 2020 la Comisión Federal de Electricidad (CFE) reportó mil 208 kilómetros de cables de cobre robados principalmente en las zonas Centro Oriente y Valle de México. Esto representó un daño económico de 273 millones 800 mil pesos.
Robo de cables afecta también al Metro de la CDMX
El cableado del que depende el suministro eléctrico en inmuebles de la CDMX no es el único que suele ser robado, también el del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STCM).
Recientemente el director general del Metro, Guillermo Calderón, señaló al crimen organizado como responsable del robo de cable en las instalaciones de este medio de transporte, ya que quienes cometen este delito saben cómo extraer grandes volúmenes y cómo comercializarlo.
Entre 2019 y enero de 2023, el STCM ha reportado el robo de 14 kilómetros de cable de cobre en la Ciudad de México. En 2022, se registraron 32 toneladas, equivalentes a 4.7 kilómetros de cable sustraído, lo que obligó a una reposición con un costo de 50 millones de pesos, según informó la diputada local Guadalupe Espinosa.
El costo del cable procesado para la instalación varía entre 800 y 1000 pesos por metro, mientras que el precio por kilo de cobre oscila entre 120 y 130 pesos. Estos daños han llevado a la Dirección General del Metro a presentar 57 denuncias ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX).
Los tramos con mayor incidencia de robos incluyen: Cuatro Caminos-Panteones y Xola-Taxqueña en la línea 2; Indios Verdes-La Raza en la línea 3; Instituto del Petróleo-Valle Gómez y Aragón-Oceanía en la línea 5; Pantitlán-Guelatao en la línea A; y Ciudad Azteca-Bosque de Aragón en la línea B, según reportes del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
En este contexto fue que Espinosa propuso tipificar en el Código Penal, el robo de cable de cobre en la Ciudad de México. Su iniciativa consiste en imponer de dos a seis años de prisión, así como una multa de entre 60 a 600 días dependiendo del monto de lo robado estimado en la Unidad de Cuenta de la Ciudad de México.
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