En un avance que podría cambiar la forma en que vemos nuestro uso diario del baño, la inteligencia artificial (IA) reveló una serie de datos sobre la eficiencia del uso del agua en el hogar.
Esta pregunta que resultaría, para muchos, trivial pero que tiene implicaciones significativas para el ahorro de agua y la higiene: ¿cuántas veces es recomendable usar el inodoro antes de bajar la cisterna?
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En un mundo globalizado por las nuevas tecnologías están integradas en casi todos los aspectos de nuestra vida, desde cómo trabajamos hasta cómo nos entretenemos, la IA está demostrando ser una herramienta invaluable incluso en los asuntos más cotidianos.
El agua, esencial para la vida en el planeta, enfrenta desafíos cada vez mayores debido al aumento de la población y al cambio climático. En muchos lugares, la disponibilidad de agua dulce es limitada, lo que hace que el uso eficiente del agua sea una prioridad urgente. Este análisis sobre el uso del inodoro no solo arroja luz sobre nuestros hábitos cotidianos, sino que también podría tener un impacto significativo en la conservación del agua a nivel global.
Estos podrían llevar a que se realicen cambios en la infraestructura del baño, como sistemas de descarga de agua más eficientes, o incluso a cambios en el comportamiento individual.
A este resultado de la IA se suma el racionamiento de agua en Bogotá, como parte del plan de contingencia presentado por la Alcaldía de Bogotá, encabezada por el alcalde Carlos Fernando Galán y que se empezó a llevar a cabo desde el jueves 11 de abril en todas las localidades de la ciudad y algunos municipios que se surten del agua suministrada por empresa de Acueducto y Alcantarillado con el fin de ahorrar agua, para evitar una emergencia mayor ante la falta de lluvias que permitan llenar los embalses.
Así mismo, también se pretende que con esta medida muchas personas busquen diversas alternativas para que se puedan suplir algunas de las necesidades básicas de los capitalinos.
El modelo que reveló la IA partió del análisis de varias variables, entre las que se incluyeron la frecuencia de uso del inodoro, la cantidad de agua que se usa en cada descarga y los niveles de contaminación bacteriana que existen en el baño. Al unir toda la información, se pudieron identificar una serie de patrones que indican cuándo es más eficiente bajar el agua y cuándo se podría ahorrar el líquido sin llegar a comprometer la higiene de estos lugares y por ende la salud de las personas.
Los hallazgos que se evidenciaron es que en muchas ocasiones, no es indispensable tirar de la cadena luego de usar el inodoro. De acuerdo con esto, la inteligencia artificial afirma que es posible bajar la cisterna una vez cada tres o cuatro usos con el fin de que se mantengan los niveles adecuados de higiene.
Otra de las conclusiones que arrojó la IA, es que se podría ahorrar una buena cantidad de agua implementando en el hogar diversos hábitos a la hora de descargar el inodoro. Sin embargo, se debe tener en cuenta que hay algunos casos en los que no es necesario esperar a llegar a los tres o cuatro usos del baño para tirar de la cadena.
Uno de ellos, es cuando se sufre de algún episodio de enfermedad gastrointestinal o cuando el inodoro es usado para desechar materiales que pueden llegar a ser foco de contaminación bacteriana. En estos casos, se debe priorizar, ante todo, la higiene, sobreponiendo esta situación a tener un mayor consumo de agua.
La reducción de las descargas de agua en el inodoro, no solo permiten ahorrar agua sino que también contribuyen a que se minimice la cantidad de líquido contaminado, ya que en ella se transportan agentes patógenos y contaminantes, que contribuyen a que se reduzca la transmisión de enfermedades que se pueden dar por el agua contaminada.
El resultado arrojado por la IA permite a los usuarios tener mejores prácticas en el uso del agua y también optimiza el uso responsable del agua, evitando el despilfarro sin comprometer la higiene y la salud de las personas.
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