Con un total de 346.900 toneladas, la producción de acero crudo tuvo un incremento del 10,5% en agosto con respecto a julio, y una caída del 17,8% comparado con el mismo mes del año anterior, según informó este viernes la Cámara Argentina del Acero. También mostró un incremento en la medición mensual la producción de laminados, que alcanzó las 324.400 toneladas y ello implicó un alza del 10,6% respecto de julio. Frente a agosto del año pasado, también ese rubro registró una contracción, en este caso, del 18,5 por ciento.
“Comienzan a verse algunos signos de reactivación en los sectores vinculados a la cadena de valor metalmecánica. El sector automotor recupera producción y aumenta respecto de mes anterior y los patentamientos ya superan a los de agosto del año pasado. Maquinaria agrícola también mejora sus perspectivas y las ventas superan a las del 2023. Por su parte, el sector de envases parece haber tocado un piso de actividad y se encuentra a la expectativa de un repunte”, precisa el parte de prensa de la entidad. También menciona al sector energético, que “continúa traccionando la actividad industrial asociada, principalmente de la mano de la inversión para el aumento de la producción de petróleo”.
Pero al tiempo que el sector comienza a ver la luz luego de meses complicados en materia de actividad, como la gran mayoría de la industria, también se muestra inquieto por la reciente norma que dio a conocer el equipo económico y que habilitará un mayor nivel de importaciones.
Cambios en el reglamento técnico
Se trata de la modificación del reglamento técnico del acero, que permitirá que aquellas empresas que deban certificar la importación de acero y materiales para la construcción podrán presentar declaraciones juradas con certificaciones internacionales válidas en todo el mundo, que serán equivalentes a las del Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM), y “evitar así complejos trámites que generaban meses de demora y costos adicionales para la producción”, había informado el equipo productivo de Economía cuando dictó la resolución, a fines de agosto.
Según la institución, el sector “apoya los esfuerzos de desburocratización de toda la economía” y espera poder “contribuir en este sentido en la aplicación de la medida que anunció el gobierno”. “Ahora bien, es importante aclarar que este Reglamento Técnico (tal como rige en los mercados como el de los Estados Unidos y la Unión Europea) tiene por objetivo garantizar la seguridad estructural de las construcciones antes de que se produzcan fallas que se detectarían en el tiempo, una vez ya instaladas las estructuras de acero”, aclaró la cámara.
Lo que teme la industria es que esta flexibilización genere un fuerte crecimiento de las importaciones, especialmente de China -algo que ya viene advirtiendo el CEO del Grupo Techint, Paolo Rocca- y dudan del efectivo control que el Gobierno pueda realizar en el mercado, una vez que el acero haya ingresado al país. Por otro lado, y con ánimo de plantear la necesidad de competir en igualdad de condiciones con los productos que ingresan del exterior, las empresas del sector le pidieron al Estado, en todos sus niveles -nacional, provincial y municipal-, que avance “con urgencia en la reducción de los impuestos distorsivos que penalizan la agregación de valor en la Argentina”.
Desde la cámara se están teniendo reuniones con funcionarios del equipo económico para intentar que en la reglamentación del mencionado reglamento técnico se incorporen algunos pedidos de la industria. Pero desde el Gobierno precisaron a Infobae que “no hay mucho por hacer, ya que la resolución es lo suficientemente clara”.
Cuando fue publicada la medida en el Boletín Oficial, desde Economía informaron que en 2023 se importaron 568 mil toneladas de acero. Y que en el caso de las bobinas laminadas en caliente, mientras que en la Argentina tienen un precio de 1.600 dólares, en Latinoamérica valen 1.060 dólares; en Asia y Europa, entre 700 y 750 dólares; y en los Estados Unidos, 1.285 dólares, lo que arroja una diferencia del 50% entre los valores que se pagan en Argentina y el resto del mundo, en promedio. “Respecto al hierro redondo para la construcción, en nuestro país la tonelada tiene un costo de entre 1.600 y 2.200 dólares, cuando en Brasil cuesta 1.200 dólares y en Estados Unidos, 850 dólares. Esto da una brecha de entre el 33% y el 160%. Esta diferencia se explica en gran medida por la excesiva burocracia y el intervencionismo estatal, lo que se conoce comúnmente como el costo argentino”, había explicado el equipo del ministro de Economía, Luis Caputo.
Los sectores demandantes de acero
En cuanto a los sectores que demandan acero, se observan variaciones significativas:
- Construcción: A pesar del crecimiento del mes anterior, en agosto los despachos de cemento registraron una caída del 3% respecto de julio, y se mantienen un 26% por debajo del mismo mes del año pasado.
- Sector automotor: La producción automotriz aumentó un crecimiento de 16% respecto a julio, aunque presenta una baja del 18% en comparación con agosto de 2023. Los patentamientos disminuyeron un 4% mensual, pero subieron un 5% interanual. Las exportaciones de vehículos registraron incrementos del 16% respecto a julio y del 14% interanual.
- Maquinaria agrícola: Mejora sus perspectivas, con un aumento del 7% en la inscripción de acoplados en comparación con julio y un 3% más respecto al año anterior.
- Energía: Los despachos hacia zonas de actividad energética se mantienen favorables, con niveles estables que continúan traccionando la producción industrial.
- Línea blanca: Los despachos a fabricantes de electrodomésticos muestran una recuperación leve, con expectativas de crecimiento en los próximos meses debido a las promociones y el retorno de la financiación.
Hacer Comentario