TEL AVIV, Israel (AP) — El plan del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, para reformar la judicatura del país enfrentaban una creciente oposición el lunes, y el presidente de Israel pidió una pausa en el proceso legal. Las universidades de todo el país cerraron sus puertas en protesta y los sindicatos convocaron una huelga general.
La resistencia al plan se consolidaba unas horas después de que decenas de miles de personas salieran a las calles del país en una muestra espontánea de indignación tras la decisión de Netanyahu de despedir a su ministro de Defensa, que había pedido una pausa en la reforma.
El presidente, Isaac Herzog, que ejerce un puesto ceremonial, pidió al gobierno que hiciera una pausa en el proceso de reforma y dejara a un lado las consideraciones políticas por el bien de la nación.
“Toda la nación es presa de una profunda preocupación. Nuestra seguridad, economía, sociedad, todo está bajo amenaza”, dijo. “¡Despierten ya!”.
La iniciativa de reforma ha desencadenado una de las mayores crisis internas de Israel, con oposición generalizada de líderes empresariales, funcionarios legales e incluso el ejército.
La agrupación de sindicatos Histadrut, que representa a más de 700.000 trabajadores en diferentes sectores, desde banca a transportes o salud, anunció una huelga general que podría paralizar gran parte de la economía israelí.
Arnon Bar-David, líder del grupo, dijo que habían tomado la decisión para apartar a Israel de “un abismo”.
Una calma tensa regresó a las calles del país tras una agitada noche de protestas, en la que decenas de miles de manifestantes, entre cánticos de “el país está en llamas”, encendieron hogueras en la principal autopista de Tel Aviv y bloquearon esa y otras carreteras de todo el país.
La destitución del ministro de Defensa, Yoav Gallant, parecía indicar que el primer ministro y sus aliados seguirían adelante esta semana con el plan de reforma. Gallant era el primer miembro importante del partido Likud, que lidera la coalición de gobierno, que hablaba en contra del plan, y dijo que las profundas divisiones amenazaban con debilitar al ejército.
Más allá de las marchas, las universidades de todo el país cerraron “hasta nuevo aviso” en protesta por la insistencia del gobierno en seguir adelante con sus planes.
El gobierno de Netanyahu aún parecía mantener sus planes de votar esta semana en el parlamento una pieza central de la reforma, una ley que daría a la coalición de gobierno la última palabra sobre los nombramientos judiciales. También aspira a aprobar normas que darían autoridad al parlamento para revocar decisiones de la Corte Suprema y limitar la supervisión judicial de las leyes.
Según reportes, el mandatario pasó la noche en reuniones y tenía previsto hacer declaraciones el lunes. Medios israelíes dijeron que detendría la reforma, algo que no pudo confirmarse de forma independiente. Algunos miembros del partido Likud de Netanyahu dijeron que apoyarían al primer ministro si atendía a las peticiones de pausar los cambios, pero su ideólogo, el ministro de Justicia Yariv Lavin, un popular miembro del partido, ha dicho que renunciaría.
Netanyahu y sus aliados dicen que el plan restablecerá el equilibrio entre las ramas judicial y ejecutiva y frenará lo que consideran una corte intervencionista con tendencias progresistas.
Sin embargo, los críticos afirman que las normas eliminarán el sistema israelí de controles y garantías y concentrarán el poder en las manos de la coalición de gobierno. También afirman que Netanyahu, que está inmerso en un juicio por cargos de corrupción, tiene un conflicto de interés.
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